Respiradores, hisopos y reactivos para la prueba de PCR: Cuba ha tenido que fabricar su propio material para enfrentar al coronavirus, sortear el embargo estadounidense y “ahorrar millones de dólares” en importaciones, explicaron el miércoles científicos de la isla.
“La soberanía tecnológica es importantísima en el combate contra la COVID”, dijo a la prensa José Luis Fernández Yero, director del centro cubano de ensayos inmunológicos.
El embargo estadounidense instaurado en 1962, que busca provocar un cambio de régimen en Cuba, permite desde 1992 enviar hacia la isla medicinas y material médico, en caso de que sea para beneficio exclusivo de la población.
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Pero en los hechos, los bancos y otros intermediarios son reticentes a la idea de acompañar dichas operaciones, incluso desde otros países que no sean Estados Unidos, por temor a las sanciones estadounidenses.
“Hace más de 45 años que Cuba trabaja en el desarrollo de equipos médicos”, señaló Fernández. Pero frente a una nueva enfermedad se han presentado nuevas necesidades.
Para las pruebas de PCR, Cuba también fabricó “los hisopos que se utilizan para la toma de la muestra, algo que la institución no hacía para nada antes del inicio del COVID, que el país tenía que importar grandes cantidades”. También tuvo que diseñar la “solución que se utiliza para transportar la muestra” y un “reactivo” para determinar si es positiva o negativa.
El objetivo era “lograr soberanía tecnológica desde la toma de la muestra hasta la interpretación final de los resultados”, precisó. Los científicos cubanos también diseñaron cuatro modelos de respiradores artificiales.
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Gracias a este esfuerzo “nuestro país se está ahorrando y se podrá ahorrar muchos millones de dólares” en importaciones, agregó Eduardo Martínez, presidente del grupo farmacéutico estatal BioCubaFarma.
El país, que hizo de la salud y la educación los pilares de su sistema socialista, cuenta con dos candidatos vacunales, Soberana 2 y Abdala, en tercera y última fase de ensayos clínicos, antes de ser aprobadas. Este miércoles se terminó de poner la primera de las dos dosis de Soberana 2 a 44.000 voluntarios en La Habana.
“En el mes de junio, (se espera) poder tener los resultados de la eficacia de la vacuna, que esperamos que sea alta”, indicó Martínez, debido a que “un porcentaje muy alto de pacientes” vacunados en fase 2 desarrollaron anticuerpos contra la enfermedad.
Las autoridades, que prevén iniciar la campaña de vacunación en junio, tienen la intención de vacunar este año a toda la población.
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Cuba enfrenta actualmente un tercer brote de la pandemia, pero sigue siendo de las naciones menos afectadas del continente americano, con 75.263 casos de contagio y 424 decesos, en una población de 11,2 millones de habitantes.
Fuente: AFP.