Un equipo forense descubrió en Bogotá una fosa común con múltiples restos humanos mientras buscaba los de una mujer víctima de desaparición forzada en 1995, según informó este lunes la embajada de Estados Unidos, país que apoya a la fiscalía en estas labores.
Durante la exhumación “se descubrieron 26 restos”, señaló la representación diplomática en Twitter. Sin embargo, no identificó el punto donde fue hallada la fosa en Bogotá, que también ha sufrido el prolongado conflicto interno aunque con menos intensidad que en los campos colombianos.
A lo largo de seis décadas los grupos armados, tanto de ultraizquierda como de ultraderecha así como agentes estatales, han cometido violaciones de derechos humanos.
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La fiscalía también se abstuvo de ofrecer detalles sobre el hallazgo. Apenas informó que “los restos fueron enviados al laboratorio de genética para proceso de identificación”, según un mensaje compartido en su chat de prensa.
Solo cuando terminen los exámenes podrá saberse a cuántas presuntas víctimas corresponden los restos. Financiador de la lucha antidrogas, Estados Unidos está apoyando técnicamente a la fiscalía colombiana en las labores de localización e identificación de desaparecidos.
“El objetivo de la asistencia técnica (...) es fortalecer la capacidad para identificar y localizar tumbas clandestinas, judicializar responsables, establecer las circunstancias de las muertes y lograr una entrega digna y verdad para los familiares sobrevivientes”, destacó la embajada.
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El conflicto que se libra en Colombia ha dejado unos 120.000 desaparecidos, según la estatal Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas. Una cifra casi cuatro veces superior a la de las dictaduras de Argentina, Brasil y Chile en el siglo XX.
Fuente: AFP.
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Paraguay avanza hacia nuevos enfoques en resolución de crímenes
- Por Lourdes Torres
- Periodista
- lourdes.torres@nacionmedia.com
- Fotos: Néstor Soto/Gentileza
La intersección entre la arqueología, la antropología y la criminalística ha dado lugar a un campo de estudio fundamental en la investigación de crímenes: la arqueología forense. Este enfoque permite la búsqueda, localización e identificación de restos humanos, y su aplicación es crucial en la resolución de casos de desapariciones y homicidios.
En Paraguay, las estadísticas oficiales dan cuenta de un incremento de la criminalidad, que llevó a observar la necesidad de una mayor especialización para la resolución de los casos. Una figura destacada en este ámbito es la licenciada Ruth Alison Benítez, pionera en el desarrollo de la investigación pericial basada en conocimientos técnicos de arqueología forense.
La profesional se ha aventurado a introducir y avanzar en la arqueología forense en Paraguay, jugando un papel crucial en el desarrollo de esta disciplina en el país. Con una sólida formación en diversas disciplinas como ciencias sociales, ciencias humanas y ciencias forenses, ha aplicado sus conocimientos en antropología, sociología, arqueología, criminología y criminalística en varios casos clave que han requerido su experiencia para la resolución o identificación de casos.
Su enfoque innovador se destaca por adaptar metodologías internacionales propias para el contexto local y por su labor en la formación de nuevos profesionales en este campo emergente.
En Paraguay, la científica forense ha sido una de las principales dedicadas al desarrollo de la investigación pericial basada en los principios de la arqueología y la antropología forense. A través de su trayectoria y contribuciones, Benítez ha logrado posicionar estas disciplinas como herramientas clave para la resolución de casos complejos, tanto en el ámbito criminal como en la identificación de víctimas de conflictos y violaciones a los derechos humanos. Por ello ha conformado el Equipo Forense Paraguay (EFOP).
AUXILIARES DE JUSTICIA
Para conocer mejor sobre su trabajo, La Nación/Nación Media conversó con Alison Benítez, quien comenzó explicando que la arqueología, aunque tradicionalmente se asocia con el estudio de culturas pasadas y los estudios de sitios históricos, también se aplica en el ámbito forense especialmente en investigaciones de criminalística.
Benítez mencionó que las técnicas se integran en escenarios de crimen donde pueden encontrarse restos humanos, objetos o evidencias enterradas. Además, en contexto de secuestros y desapariciones, para lo cual los expertos forenses pueden ser llamados a la búsqueda, identificación y excavación de áreas específicas donde se sospecha que se han ocultado cuerpos o evidencias. Indicó que son auxiliares de justicia que colaboran con sus conocimientos a la resolución de casos, en su caso particular en el acompañamiento de las víctimas.
“Cuando se presenta una denuncia de desaparición y hay indicios que sugieren que la persona puede no estar con vida, es fundamental abordar la investigación con sensibilidad y un enfoque multidisciplinario. Es cuando la evaluación inicial es primordial desde la recopilación de información sobre la persona desaparecida incluyendo antecedentes, relaciones personales y posibles conflictos. Entrevistamos a familiares, amigos y personas cercanas para obtener un perfil más completo y posibles pistas sobre su paradero; luego analizamos indicios, definida como examen de pruebas físicas, la correlación de datos con los indicios encontrados para determinar patrones o conexiones que puedan indicar lo que sucedió”, comentó.
Aclaró que la arqueología y la antropología forense son disciplinas que pueden determinar los indicios que llevan a pensar que se trata de la persona buscada. “Por eso, en ciencias forenses se habla de equipo multidisciplinario, que reúne a especialistas en dactiloscopia, medicina forense, genética, ADN. La combinación de distintas especialidades permite abordar el caso desde múltiples ángulos, lo que enriquece la investigación y podrían tener mayor certeza sobre la persona desaparecida”, explicó.
LIMITACIONES
Mencionó que antes de que se animara a tomar la posta de la arqueología forense, muchas investigaciones relacionadas con la búsqueda de restos humanos y la recuperación de evidencia se llevaban a cabo de manera superficial, pues las limitaciones como falta de expertise, escasez de profesionales capacitados en antropología y arqueología forense impedían la aplicación de métodos adecuados para la recuperación y análisis de restos.
Esto provocaba que las investigaciones no fueran tan exhaustivas como se requería, afectando la calidad de la evidencia recolectada. Por otra parte, los enfoques superficiales con los cuales algunas búsquedas se realizaban sin un protocolo riguroso resultaban en la pérdida de información valiosa y la posibilidad de contaminar la escena del crimen.
Ante esta situación, indicó que se solicitaba ayuda a profesionales de otros países, sobre todo de la Argentina, que cuenta con un Equipo de Arqueología Forense (EAF), que en muchas ocasiones ayudaron en la capacitación del personal judicial y policial de nuestro país, sobre todo cuando se trataba de la búsqueda de desaparecidos durante la dictadura.
“Fue entonces cuando me aventuré a buscar una solución a partir de los conocimientos en ciencias sociales y forenses, reuniendo así a la antropología sociocultural, a las comunicaciones, arqueología forense y la criminalística en la resolución de casos”, explicó. A raíz de la falta de especialistas en estas materias, señaló que hay ciertos casos emblemáticos en Paraguay que no se resolvieron en tiempo y forma, e incluso aún no resuelven a la fecha. Por ello, viendo este gran vacío en el campo investigativo se impulsó la conformación del Equipo Forense Paraguay (EFOP). Este equipo trabaja de forma independiente y de acuerdo al requerimiento de la Justicia o de las partes.
CAMPO DE ACCIÓN
La especialista refirió que en la actualidad existen casos que están en proceso de investigación, principalmente casos de personas desaparecidas, que requieren de la activación de un protocolo que integre conocimientos de arqueología forense y antropología sociocultural a fin de mejorar significativamente la calidad y la eficacia de las investigaciones.
“Una coordinación efectiva puede garantizar que todos los involucrados en la investigación, desde las fuerzas del orden hasta los especialistas forenses, trabajen de manera ordenada, alineada y eficaz. Seguidamente, la importancia de la estandarización de métodos que permite la aplicación consistente de técnicas arqueológicas y antropológicas, lo que aumenta la fiabilidad de los hallazgos. Estos conocimientos técnicos y especialidades pueden aportar mucho en casos como desaparición de personas en contextos complejos como el narcotráfico”, explicó. Benítez destacó que la aplicación de la técnica de arqueología forense, específicamente en un caso que actualmente está en proceso de investigación, requiere de mayor apoyo de las instituciones del Estado para avanzar y llegar al objetivo.
“Pongo ejemplo de otros países, que han logrado resolver casos complejos con la ayuda de la arqueología y antropología forense y no estoy hablando de la ayuda del ADN, la genética o solamente la balística, sino con ayuda de la antropología forense”, comentó.
NECESITAN APOYO Y GARANTÍAS
Siguiendo los ejemplos y experiencias de otros países como México, Guatemala o Colombia, que han tenido experiencias desafortunadas en las que el investigador, arqueólogo o antropólogo forense terminaron siendo víctimas de desaparición o asesinados por avanzar en su trabajo, recordó que acá en Paraguay también ya han vivido situaciones de amedrentamiento o amenazas cuando les toca indagar sobre casos complejos. Por ello, subrayó los riesgos que enfrentan los profesionales que trabajan en el ámbito de la arqueología forense y la antropología, especialmente en contextos en los que el crimen organizado y la impunidad son prevalentes. Apuntó que este tipo de violencia puede ser resultado de su compromiso con la justicia y la verdad en contextos de impunidad. En este contexto remarcó que los equipos forenses necesitan de garantías para llevar adelante su trabajo.
“Nosotros necesitamos que las instituciones nos apoyen y protejan para que podamos avanzar, son casos que necesitan de resolución, no deben quedarse en el tintero, estamos constantemente observados por la comunidad internacional incluso, especialmente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que puede reclamar la falta de resolución de casos de personas desaparecidas, como Yuyu, Edelio, el señor Urbieta o el exvicepresidente Denis”, expresó.
INTERÉS ACADÉMICO
A pesar de lo incipiente que aún es la aplicación de la arqueología forense en el país, la licenciada Benítez rescata que esta especialidad es bien recibida en el ámbito judicial, lo que sugiere que las técnicas y métodos utilizados están comenzando a ser reconocidos como valiosos para las investigaciones de crímenes. Además, sostiene que lo más valioso es que las universidades e instituciones académicas están interesadas en implementarla en los programas curriculares como, por ejemplo, en el área de identidad humana. Esto resalta un aspecto crucial sobre el desarrollo de la arqueología forense en Paraguay y la importancia de la educación en este campo.
“Esto ayudará mucho tanto a futuros profesionales criminalistas o a los profesionales ya en carrera tanto de la Fiscalía, de la Policía y otros agentes peritos externos que podrían especializarse en esta área. A nivel país, contamos con dos o tres especialistas nada más, es imposible para un perito abarcar todas las áreas. Por eso celebro el interés de las instituciones académicas y universidades en introducir por primera vez materias que sean de arqueología y antropología forense”, concluyó.
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Sequía: oso junto a embalse seco prende las alarmas en Bogotá
El video de un oso andino que se pasea desorientado por un terreno árido donde antes abundaba el agua que abastece a Bogotá, la capital colombiana sumida en una severa crisis por la intensa sequía, prendió ayer viernes las alarmas de autoridades. El inusual registro publicado por el acueducto de la ciudad muestra al también conocido como “oso de anteojos” (Tremarctos ornatus) elevarse en dos patas para avistar mejor su hogar convertido en un desierto.
“¡Él también necesita agua! Y necesita que sigamos juntos por un consumo responsable”, anotó en la red X la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAB). De pelaje negro y antifaz blanco, el oso fue grabado cuando un equipo de la entidad documentaba con un dron las consecuencias del cambio climático en el páramo de Chingaza, una zona de reserva natural ubicada a unos 30 kilómetros de la ciudad.
Claves para enfrentar el calentamiento global, los páramos son ecosistemas de alta montaña en zonas ecuatoriales, de vegetación robusta, apta para retener agua y resistir variaciones de temperatura. “Del buen funcionamiento del páramo depende su bienestar”, anotó la entidad en referencia a esta especie -endémica en las regiones andinas montañosas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia- y en estado vulnerable de conservación, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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Bogotá está bajo un racionamiento de agua por zonas desde abril debido al muy bajo nivel de los embalses que surten a sus ocho millones de habitantes. Los de la zona de Chingaza están en un 43 %. La temporada seca ha desatado incendios forestales en los alrededores de la capital y otras regiones del país.
El río Amazonas, uno de los más largos y caudalosos del mundo que atraviesa buena parte de Sudamérica, se redujo hasta en un 90 % en los últimos tres meses en Colombia. El país, con una de las mayores riquezas naturales del mundo, acogerá la COP16 sobre biodiversidad que se celebrará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali (suroeste).
Fuente: AFP.
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Encarnación: exhuman a un bebé para investigar si murió por negligencia médica
Este miércoles por la mañana se llevó a cabo la exhumación del cuerpo de una bebé de 6 meses, que falleció el 6 de abril, luego de que sus padres denunciaran que la misma habría fallecido a consecuencia de una supuesta negligencia de médicos del Hospital Pediátrico Municipal de Encarnación. Sin embargo, la autopsia no se practicó porque “ya no es apto para labotarorio”, explicó la abogada Mariela Rivarola, que continuará el proceso con historial clínico y testimoniales.
Analía Acevedo, madre de la pequeña Jazmín, denunció ante la fiscalía que había llevado a su hija a consulta en el mencionado centro asistencial donde los médicos le aplicaron una inyección para contrarrestar los episodios de fiebre y vómitos, pero tras la aplicación de estos medicamentos se confirmó el fallecimiento de la pequeña el pasado 6 de abril.
Según la madre, era una pequeña sana, que contaba con todas sus vacunas al día y se alimentaba solo de leche materna, por lo que no se explican su muerte repentina tras la intervención de los médicos. Ante esta acusación, la fiscal Raquel Bordón solicitó un anticipo de prueba jurisdiccional a través de la cual se realizó la exhumación del cuerpo.
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Agotar instancias
En conversación con la corresponsal de Nación Media, Rocío Gómez, para el programa “Arriba hoy” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media, la madre denunciante exigió que se agoten las instancias de investigación para aclarar qué ocurrió, asegurando que con esta iniciativa no solo esperan obtener justicia por la muerte de la pequeña, sino evitar que se den eventuales casos similares en el Hospital Pediátrico Municipal.
El cuerpo de la menor fue derivado a la morgue del Hospital Regional de Encarnación donde se procederá a la extracción y examinación de los órganos para posteriormente ser remitidos al departamento de patología de la morgue judicial en Asunción donde se realizaran los exámenes pertinentes para conocer la causa de la muerte de la pequeña y si se trataría de una negligencia médica.
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Decomisan 130 ranas venenosas en aeropuerto de Bogotá
Las autoridades de Bogotá decomisaron ayer lunes 130 ranas venenosas que iban a ser traficadas desde el aeropuerto de la capital colombiana hacia Sao Paulo y arrestaron a una brasileña que las llevaba en una maleta. Las ranas cocoi o arlequín (oophaga histrionica) provenían del departamento de Nariño (suroeste) “y la ciudadana (brasileña) adujo que las había regalado una comunidad local”, dijo en un video compartido a medios la secretaria de Ambiente de Bogotá, Adriana Soto.
La policía informó que la mujer fue capturada “por el delito de tráfico de fauna” y quedó en manos de la fiscalía. Los coloridos anfibios, que están en peligro de extinción, estaban en rollos fotográficos dentro de una maleta. De acuerdo con Soto, la extranjera viajaba de Bogotá a la ciudad brasileña de Sao Paulo haciendo una escala en la capital de Panamá. Las ranas arlequín son venenosas, miden menos de cinco centímetros y habitan los bosques húmedos del Pacífico, entre Ecuador y Colombia, además de otros países del Centro y Sur de América.
“Esta especie en peligro de extinción es apetecida en los mercados internacionales”, aseguró Juan Carlos Arévalo, comandante de la policía en Bogotá, quien añadió que “coleccionistas” privados pueden llegar a pagar hasta 1.000 dólares por cada una. Colombia, uno de los países más biodiversos del mundo, sufre por el tráfico de especies, especialmente de anfibios, mamíferos pequeños y partes de animales marinos como tiburones.
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Fuente: AFP.