La Unión Europea puso este miércoles bajo estricta vigilancia la exportación de vacunas anti-COVID producidas en su territorio, para garantizar el abastecimiento de dosis a los habitantes del bloque, afectados por la tercera oleada de la pandemia de coronavirus.
Al formular el anuncio, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo que se buscaba añadir “reciprocidad y proporcionalidad” al mecanismo legal de control de exportaciones adoptado en enero, y por ello “hemos adoptados dos ajustes” para eliminar los “desequilibrios”. A partir de ahora, añadió Dombrovskis, se deberá considerar “dos elementos adicionales” para autorizar exportaciones: reciprocidad con el país de origen, y proporcionalidad en los pedidos.
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En esta revisión, la Comisión constató que en ciertos países bloquean exportación de dosis de vacunas hacia la UE “ya sea por fuerza de ley, por arreglos contractuales u otros, negociados con los fabricantes”. Esta revisión de las normas ocurre en medio de una agria controversia entre la Comisión, el laboratorio AstraZeneca y las autoridades del Reino Unido.
Fuentes de la Comisión lamentan que la UE es el principal exportador de vacunas anti-COVID en todo el mundo, pero que no recibe vacunas producidas en territorio británico. AstraZeneca queda en el medio de esa disputa. El laboratorio ya adelantó importantes retrasos en la entrega de dosis negociadas con la UE, aunque la Comisión señala que numerosas dosis fabricadas en territorio europeo van al Reino Unido.
En una nota oficial, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que la UE esta “orgullosa de ser sede de los productores de vacunas que entregan no apenas a los ciudadanos europeos sino alredor del globo”. Sin embargo, añadió, “vías abiertas deben funcionar en los dos sentidos”.
Reacción británica
“Mientras nuestros países miembros enfrentan una tercera oleada de la pandemia y no todas las compañías [farmacéuticas] están haciendo entregas de acuerdo a los contratos, la UE es el único mayor productor (...) que sigue exportando vacunas en larga escala a decenas de países”, apuntó Von der Leyen. Esta “revisión” del sistema de control de exportaciones motivó una reacción inmediata del gobierno británico.
Un portavoz del gobierno dijo a la prensa que “las vacunas son una operación internacional” y añadió que el país “continuará trabajando con nuestros asociados europeos”. La misma fuente también expresó su confianza en que “nuestro abastecimiento sigue en orden”. Por su parte, el servicio de prensa de la Comisión apuntó que el mecanismo de control de exportaciones adoptado en enero ha “mejorado de forma significativa” la transparencia en esas transacciones.
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No obstante, añadió que el objetivo de la medida es “garantizar el acceso oportuno de los ciudadanos europeos a las vacunas contra el COVID-19”. Desde que este mecanismo de control de exportaciones fue adoptado en enero, más de 300 autorizaciones fueron emitidas por los países del bloque, referidas al envío de 40 millones de dosis hacia 33 naciones.
Por la normativa, un laboratorio que posea una planta de fabricación de vacunas anti-COVID en territorio de la UE debe obtener una autorización del país donde esté instalada la unidad fabril para poder exportar fuera del bloque. Apenas se ha registrado hasta ahora un único bloqueo de exportación, decidido por Italia -con autorización de la Comisión Europea- sobre dosis de AstraZeneca destinadas a Australia.
Fuente: AFP.