De acuerdo con las cifras reportadas por la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, en Beijing se han registrado 587 casos de coronavirus, que incluyen 8 fallecimientos, mientras que en Shanghai hubo 536 casos y 6 muertes.
Esta universidad es el centro de recopilación de datos estadísticos sobre el COVID-19 más importante entre todos los que fueron creados a medida que avanzaba la pandemia y se actualiza continuamente.
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Estas cifras desmienten la información que circula en redes sociales, que mencionan que extrañamente el virus, cuyos primeros casos se dieron a conocer en la ciudad china de Wuhan, no se han extendido a estas dos ciudades importantes del país.
China vacunó solo al 2 %
Pero la pregunta que ahora flota en el ambiente real y el digital es ¿por qué China siendo el mayor fabricante mundial de dos vacunas contra el COVID-19, Sinopharm y Sinovac, sólo ha vacunado a menos del 2% de su población?. Cerca de 30 millones de los cerca de 1.400 millones de habitantes de China Popular, han sido vacunados y el gobierno de Xi Jinping parece que prefiere vender sus vacunas en el extranjero antes que vacunar a su propia población.
Crece la influencia
Los analistas Ernesto Londoño y Letícia Casado coincidieron en The New York Times y explicaron : “Gracias a sus vacunas, la influencia de China crece en los países latinoamericanos”. Un par de ejemplos ilustran cómo el gobierno de Beijing utilizó la pandemia mundial para reforzar sus intereses por convertirse en la mayor potencia hegemónica mundial.
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Brasil y Paraguay
El primero de ellos fue en Brasil, donde China logró que el presidente Jair Bolsonaro cediera al proyecto 5G a cambio de obtener las ansiadas vacunas. También se especula que en Paraguay, buscan romper el vínculo diplomático y cooperativo existente con la República de China (Taiwán), a quien China Popular considera una provincia rebelde apoyada por los Estados Unidos.
Tres vacunas chinas
Son tres las vacunas creadas en China: la producida por el laboratorio Sinopharm y su vacuna “Vero”, Sinovac con la llamada “CoronaVac” y, finalmente, CanSino Biologics con la llamada “Ad5-nCoV” en la última fase de ensayos clínicos.
A las vacunas chinas se suman más dudas, ya que las autoridades sanitarias de Perú suspendieron el uso de Vero después de que un paciente experimentara parálisis en los brazos. Japón también rechazó CoronaVac para los Juegos Olímpicos, alegando que no quieren promocionarla entre los participantes.
Las vacunas chinas están cubiertas por un pesado manto de dudas, razón por la cual no fueron aprobadas para su uso en Estados Unidos o Europa, lo que obliga a evaluar seriamente su uso en los países latinoamericanos y en el Brasil, la “Coronavac” fue estadísticamente probada, llegando a una efectividad de poco más del 50 %, contra el 98 % de la vacuna de Pfizer y el 80 % de AstraZeneca.
China se beneficia
El analista político Nahen Reyes cree que todo indica que el gran ganador en este contexto pandémico ha sido China Popular, que no sólo se beneficia del comercio de vacunas, sino que le permite utilizarlas como una poderosa y eficaz herramienta en la conquista de sus objetivos estratégicos.
También el almirante Craig S. Faller, jefe del Comando Sur, explicó al Senado de los Estados Unidos, que su país está más enfocado en vacunar a su gente, al contrario de China y Rusia, quienes están solamente pensando en vender sus vacunas a nivel mundial, lo que ha debilitado la posición norteamericana en el hemisferio.
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