Italia anunció este viernes un nuevo confinamiento para frenar el repunte de COVID-19, en plena polémica en Europa sobre la administración de la vacuna de AstraZeneca y sus posibles efectos secundarios, un inyectable que la OMS instó a continuar utilizando.
El gobierno de Mario Draghi decidió al término del Consejo de Ministros que del 15 de marzo al 6 de abril las regiones de Italia “donde el número semanal de contagios supere los 250 por 100.000 habitantes, pasarán a ser consideradas rojas”.
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Italia, que esta semana superó la barrera de las 100.000 muertes por el virus, vive un fuerte aumento de contagios y decesos, mientras los hospitales amenazan con verse desbordados, en gran parte debido a la variante británica, según los médicos. Aunque el país puso en marcha su plan de vacunación a finales de diciembre, las entregas se han ralentizado considerablemente y solo 1,8 millones de personas -de una población de 60 millones- habían recibido dos dosis de vacuna hasta el viernes.
La situación en Italia y otros países europeos contrasta con la de Estados Unidos, donde los espectaculares avances en la vacunación dieron al presidente Joe Biden motivos para ser optimista y pensar que sus conciudadanos tendrán “buenas opciones” de celebrar su habitual fiesta del 4 de julio. Biden ordenó a los estados que levanten progresivamente las restricciones por edad para que todos los estadounidenses adultos sean elegibles para recibir la vacuna antes del 1 de mayo, en lugar de finales de mayo como estaba previsto en un primer momento.
Temores en torno a AstraZeneca
En la Unión Europea (UE) se acaba de aprobar una cuarta vacuna, la de Johnson&Johnson, que podría acelerar las campañas de inmunización, con la vacunación de 200 millones de europeos, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pero entre las que están autorizadas, la del laboratorio anglosueco AstraZeneca se vio afectada por temores relacionados con la formación de coágulos, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró el viernes que no hay razón para dejar de vacunar con ella.
“Sí, deberíamos continuar utilizando la vacuna de AstraZeneca (...) no hay razón para no utilizarla”, declaró Margaret Harris, una vocera de la institución. Después que Dinamarca, Islandia y Noruega suspendieran su uso, este viernes también lo hizo Bulgaria, donde se registró un deceso. Por su parte, Tailandia decidió retrasar el lanzamiento de su campaña de vacunación con AstraZeneca, que iba a empezar el viernes.
El país asiático, que hasta ahora logró contener la pandemia (26.000 casos y 85 muertes), espera ahora las conclusiones de Dinamarca y Austria para utilizar sus dosis del fármaco. La Agencia Nacional de Salud danesa pidió prudencia ante “los casos graves de coágulos en personas vacunadas”, aunque “por el momento” no se ha establecido una relación causal.
A principios de esta semana, Austria dejó de administrar un lote de AstraZeneca después de que una enfermera de 49 años muriera por “graves trastornos de coagulación” pocos días después de ser vacunada. Estonia, Lituania, Letonia, Luxemburgo e Italia también dejaron de utilizar dosis del inyectable.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que el jueves afirmó que el riesgo de coágulos no era mayor en los vacunados con AstraZeneca, propuso este viernes agregar alergias graves a la lista de posibles efectos secundarios, tras detectarse reacciones de este tipo en Reino Unido. El jueves, el laboratorio anglosueco y el gobierno británico reaccionaron para defender una vacuna “segura” y “eficaz”.
“El momento más crítico”
En Alemania, las autoridades sanitarias informaron de un fuerte aumento de los contagios, alarmadas ante la aparición de una “tercera ola”. Portugal, por su parte, presentó un plan de desconfinamiento gracias a tener “uno de los niveles de contagio más bajos de Europa”.
La Comisión Europea, preocupada por “varios puntos calientes”, anunció que prorrogaba hasta finales de junio su mecanismo de control de exportaciones de vacunas, impuesto desde finales de enero. Un año después de que la OMS decidiera calificar el COVID-19 de pandemia, el virus ha matado a más de 2,6 millones de personas en todo el mundo, según el último recuento de AFP.
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Los países más afectados son Estados Unidos y Brasil, que en las últimas 24 horas volvió a superar por segunda vez los 2.000 decesos diarios, llevando su número total de fallecidos a más de 272.000. El estado de Sao Paulo anunció el jueves la imposición de un toque de queda nocturno y la suspensión de torneos deportivos para enfrentar “el momento más crítico” de la pandemia en el gigante sudamericano.
En Chile, la región Metropolitana -a la que pertenece Santiago- dio un paso atrás e impuso en lo que queda de marzo una cuarentena parcial, con confinamiento domiciliario obligatorio los fines de semana. En cuanto a la investigación, los avances continúan: la empresa biotecnológica estadounidense Novavax confirmó que su vacuna era un 89% eficaz contra el COVID-19, pero que su eficacia se reducía considerablemente contra la variante sudafricana. El grupo farmacéutico francés Sanofi anunció, por su parte, el lanzamiento de los primeros ensayos en humanos de su segundo proyecto de vacuna.
Fuente: AFP.