En la víspera de que se cumpla un año desde que la OMS declaró la pandemia, Brasil volvió a registrar este miércoles un récord diario de muertes, mientras Estados Unidos aprobó un gigantesco plan de estímulo económico para acelerar su recuperación.

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se manifestó “profundamente preocupada”, por los “niveles alarmantes de propagación” del COVID-19. Y etiquetó como pandemia a la crisis sanitaria, que luego afectó a todos los continentes, excepto la Antártida.

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La cifra de fallecimientos, que por entonces llegaba a 4.000, creció por encima de los 2,6 millones en la actualidad, en más de 117 millones de infecciones. Los focos de la pandemia han cambiado de continentes y de países, siendo Brasil el que ahora concentra buena parte de las preocupaciones.

El gigante sudamericano volvió a confirmar este miércoles su situación crítica al superar por primera vez los 2.000 muertos diarios por coronavirus, con 2.286 fallecidos, un segundo récord consecutivo. Así, el total ascendió a 270.656 muertes, según datos oficiales.

Con 212 millones de habitantes, Brasil también reportó 79.876 nuevos casos en las últimas 24 horas, el tercer peor registro desde que el COVID-19 llegó a su territorio en febrero de 2020. Y acumuló 11,2 millones de contagios. El promedio de víctimas fatales alcanzado en la última semana da cuenta de la gravedad de la situación, ya que esos niveles nunca habían sido registrados durante la primera ola de la pandemia en 2020.

Los expertos atribuyen este agravamiento, que tiene al límite la capacidad de los hospitales, a lo contagioso de nuevas variantes del COVID-19 halladas en el país, y a la confusión ante las diversas indicaciones sobre cómo afrontar la pandemia de parte de líderes políticos.

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Muchos gobernadores optan por medidas restrictivas y de distanciamiento y uso de máscaras, a diferencia del presidente Jair Bolsonaro, que las ha desestimado desde el inicio. El opositor y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva llamó a la población a vacunarse y a no seguir “ninguna decisión imbécil” del mandatario ni del Ministerio de Salud.

Incluso la OMS y la OPS han advertido de la necesidad de medidas para que Brasil no se convierta en un peligro regional, mientras la vacunación avanza a paso lento. El único país que supera su balance de víctimas fatales es Estados Unidos, que dio un paso para afrontar la crisis derivada de la pandemia.

El Congreso estadounidense aprobó este miércoles el masivo plan de estímulo por 1,9 billones de dólares impulsado por Joe Biden. Este plan, que solo obtuvo respaldo demócrata, ayudará según el gobierno y expertos a una economía muy dañada por el COVID-19. El eje está en los ciudadanos de a pie, con la extensión del seguro por desempleo y la entrega de cheques de ayudas directas para hogares de bajos ingresos.

Biden dijo que la ley da una “oportunidad” a los trabajadores. En momentos en que la vacunación en Estados Unidos avanza a paso firme, la farmacéutica Eli Lilly dio noticias alentadoras sobre un tratamiento. La combinación de dos anticuerpos sintéticos redujo en un 87% las hospitalizaciones y muertes en ensayos de fase 3 con pacientes de alto riesgo, informó.

“Trauma colectivo”

Tras un año conviviendo con la pandemia, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) dijo que “las pesadas cargas de trabajo”, la “insuficiente dotación de recursos”, el “agotamiento” y el “estrés” hacen que millones de trabajadores del sector se planteen dejar su puesto.

Según la federación mundial que agrupa a este sector del personal sanitario, al menos 3.000 enfermeros murieron de COVID-19, aunque se cree que el número es mayor. El sector podría vivir un éxodo masivo ante el “trauma colectivo” provocado por la pandemia, que los ha agotado física y mentalmente. “Hay gran cantidad de enfermeras experimentadas abandonando la profesión o considerando hacerlo tras la pandemia”, advirtió el CIE en un comunicado.

Semana Santa a la vista

En Europa, varios “puntos calientes” preocupan a las autoridades, como “Tirol en Austria, Niza y Mosela en Francia, Bolzano en Italia y partes de Baviera y Sajonia en Alemania”. Polonia también expresó su preocupación tras un nuevo récord de casos de contaminación que las autoridades atribuyen a una “relajación creciente” de la población y la propagación de la variante inglesa.

Un estudio publicado el miércoles estima que la variante inglesa es un 64% más mortal que la original. La Unión Europea podría contar muy pronto con la vacuna Johnson & Johnson, de una sola dosis, y cuya autorización podría concretarse el jueves. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció además este miércoles un acuerdo con el laboratorio BioNTech-Pfizer para el suministro en marzo de cuatro millones de dosis adicionales de su vacuna.

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Mientras, aunque intermitentes, las medidas restrictivas continúan. Las regiones españolas aplicarán un cierre perimetral durante Semana Santa y sólo permitirán acceder a su territorio en casos de máxima necesidad. Madrid será la excepción, ya que las autoridades rechazaron la medida en pos de una política más laxa y favorable a la economía.

Las regiones sólo permitirán entrar en sus territorios a personas que deban, por ejemplo, ir a trabajar, al médico o atender a personas dependientes entre el 28 de marzo y el 4 de abril. Las medidas incluyen mantener el actual toque de queda nocturno, como mínimo de 23:00 a 6:00, y restringir reuniones.

En tanto, en América Latina siguen los intentos de retomar las clases presenciales en el mes de inicio del ciclo lectivo en varios países. El Salvador anunció este miércoles la reapertura de las escuelas de forma semipresencial desde el 6 de abril, tras casi un año.

Fuente: AFP.

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