El presidente de Perú, Francisco Sagasti, reveló este lunes pasado que 487 personas se vacunaron irregularmente contra el COVID-19 en el país, entre ellas dos ministras y otros funcionarios de su gobierno. Perú está sumido en un escándalo de presunta corrupción en plena segunda ola de la pandemia en medio de la campaña de las elecciones de abril, que inicialmente involucraba al exmandatario Martín Vizcarra (2018-2020), pero se extendió al actual gobierno.

Sagasti dijo en un mensaje al país por televisión que “487 personas, entre ellas muchos funcionaros públicos, aprovecharon su posición para ser inmunizadas con las vacunas [chinas] de Sinopharm que llegaron en complemento a aquellas que se utilizaron en los ensayos clínicos” en Perú.

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Además de Vizcarra y excolaboradores de él, “lamento profundamente que en la lista que ha proporcionado la Universidad Peruana Cayetano Heredia [a cargo del ensayo de la vacuna china en el país] se encuentran personas que han formado parte de nuestro gobierno, entre ellas las exministras Elizabeth Astete [de Relaciones Exteriores] y Pilar Mazzetti [Salud]”, expresó Sagasti.

“Comprenderán por ello que estamos indignados y con un sentimiento profundo de dolor”, agregó. Vizcarra recibió la vacuna en octubre, semanas antes de que fuera destituido por el Congreso en un juicio político relámpago, mientras que Mazzetti y Astete se inmunizaron en enero.

El expresidente alegó que fue “voluntario” en el ensayo de la vacuna china, antes de que la misma recibiera la luz verde el 31 de diciembre, pero la Universidad Cayetano Heredia lo desmintió. Vizcarra, que dejó el poder con un alto nivel de aprobación, pidió este lunes “disculpas” a sus compatriotas “por no haber informado de ese hecho en ese momento”, pero insistió en que fue voluntario del ensayo, igual que su esposa y un hermano.

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“Me someto a las investigaciones [de la fiscalía] en aras a esclarecer esta situación”, agregó, negando que haya “mentido” o cometiera un delito. La tormenta política desatada el jueves derivó en huracán el domingo, cuando la canciller Astete reconoció que se había vacunado y dimitió.

“La renuncia de la ministra (...) es un hecho político muy importante. Los opositores a Vizcarra y a Sagasti de alguna manera ganan” de cara a las elecciones del 11 de abril, dijo a la AFP el analista Luis Benavente. Astete, sustituida el lunes por el excanciller Allan Wagner, renunció dos días después que Mazzetti, quien era titular de Salud desde los días de Vizcarra. Ocho funcionarios de la cancillería están entre los vacunados, dijo Wagner.

Campaña electoral

La revelación de Astete colocó al gobierno de Sagasti en el centro de la controversia. El domingo se conoció que Sinopharm entregó a Perú 3.200 dosis extras, aparte de las destinadas a los 12.000 voluntarios. La embajada china expresó este lunes que “no tiene información de la identidad de los vacunados”, pues el ensayo estuvo a cargo de universidades peruanas, y rechazó el uso de “los términos como vacunas de cortesía, donaciones o prebendas” empleados por medios peruanos.

Este escándalo estalló apenas iniciada la campaña electoral. Fue bautizado como ‘Vacunagate’ y no dejó indiferente a ningún político peruano. El caso acapara los medios y las redes sociales, aunque sin movilizar a ciudadanos a las calles. La mitad de Perú, incluida Lima, está confinada todo febrero por la segunda ola de la pandemia, en la que se cuadruplicaron los contagios y decesos, en relación a diciembre.

Si bien en otros países presidentes y funcionarios se vacunaron en público para dar ejemplo, en Perú las críticas apuntan a que hubo autoridades que recibieron las dosis anticipadamente y sin comunicarlo.

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“Es un tema más ético. No puedes tú inocularte y tu familia (...) cuando hay gente en la primera línea, doctores, que se han muerto”, dijo a la AFP la trabajadora Anaís Rojas. “No lo veo [este asunto] como una prioridad en este momento, dada la coyuntura en la que estamos, [pero] considero que sí se debe hacer una investigación”, indicó Kevin Calero, empleado administrativo.

Sagasti, de 76 años, se vacunó en público el primer día de inmunización al personal sanitario, el pasado martes, ocasión en que incentivó a los peruanos a hacerlo. El presidente peruano y los jefes de los demás poderes públicos (legislativo, judicial, fiscalía y contraloría, entre otros) prometieron “la realización de las investigaciones correspondientes”, en una declaración conjunta este lunes.

¿Delito o falta ética?

El país andino cuenta por ahora con un millón de dosis de la vacuna china, de las que han sido aplicadas unas 77.000 al personal sanitario. Todavía no hay fecha de inicio de la vacunación al resto de la población. A pesar de las críticas a los vacunados, no hay consenso entre los juristas si cometieron algún delito o solo una falta ética.

Sin embargo, el asunto amenaza con frenar “el apoyo a Vizcarra [que busca un escaño en el Congreso] y al candidato presidencial Julio Guzmán”, del partido centrista de Sagasti, según Benavente. Con 33 millones, Perú acumula 43.703 fallecidos por COVID-19, con 1,23 millones de casos confirmados.

Fuente: AFP.

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