Los socorristas cavaban este jueves un pozo para acceder al túnel donde están atrapadas unas 30 personas tras la devastadora crecida de un río causada por la rotura de un glaciar, que el domingo arrasó un valle en el Himalaya (norte de India), dejando 32 muertos y 170 desaparecidos.

En Tapovan, en el desfigurado valle del estado de Uttarakhand, los socorristas luchan día y noche para desplazar las toneladas de magma de rocas, barro y nieve que obstruyen el túnel de una central hidroeléctrica devastada por la crecida. Más de 170 personas están desaparecidas en Uttarakhand, un estado indio un poco más pequeño que Suiza situado en el Himalaya. Cuatro días después de la catástrofe se encontraron solamente 32 cuerpos.

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En el túnel, mientras la esperanza de encontrar supervivientes se reduce, las operaciones avanzan lentamente, debido a su carácter estrecho y a la cantidad de escombros que obstaculizan el paso. El jueves se intentaba abrir una brecha desde uno de los túneles adyacentes con la esperanza de llegar a las personas atrapadas, dijeron las autoridades.

“Los túneles se comunican más allá de los escombros y el barro”, dijo Vivek Pandy, un socorrista al diario Times of India. “Esperamos que los trabajadores atrapados estén en un túnel adyacente al que podamos llegar”, agregó. Los familiares de las personas atrapadas no ocultan su impaciencia ni callan sus críticas.

“Toda esta operación de rescate es una broma”, dijo el miércoles Sanjay Pant, de Uttar Pradesh, cuyo hermano Abhishek, de 24 años, probablemente se encuentra en el túnel. “¡Utilizan una sola excavadora!”, exclama, quejándose de la lentitud de las operaciones y de los medios implementados para remover los escombros.

Un cuerpo hallado a 110 km

Santosh Yadav, oriundo también de Uttar Pradesh, cuyo cuñado Sanjay está atrapado en el túnel, se asombra por la silenciosa ausencia de la dirección de “la empresa para la que trabajó durante trece años”. Para Yadav, es evidente que las víctimas, “si aún están en vida, no podrán sobrevivir allí mucho tiempo, en un túnel con un frío helado, sin aire, ni agua, ni comida”.

Una enorme masa de agua devastó el domingo el valle del río Dhauliganga, confluente del Ganges, destruyendo todo a su paso, sumergiendo un complejo hidroeléctrico y arrasando carreteras y puentes, según imágenes filmadas por aterrorizados residentes locales.

La rotura del glaciar en el origen de la tragedia fue atribuida al calentamiento global, pero otras hipótesis señalan como causas posibles la construcción de represas, el dragado del lecho de los ríos para extraer arena destinada a la construcción o la tala de árboles para construir nuevas carreteras. Encontrar más cuerpos bajo toneladas de escombros y barro será difícil y llevará muchos día y es posible que algunos nunca aparezcan o sean hallados a centenas de kilómetros.

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El cuerpo de Manoj Chaudhary, un policía de 42 años, fue encontrado a 110 km de distancia de la represa, cerca de un ghat (lugar de cremación) en los alrededores de ciudad donde nació, informó el diario Indian Express, que destacaba esa increíble coincidencia. Manoj Chaudhary fue incinerado el martes con honores de estado.

“Apareció exactamente en ese ghat, en el que fueron incinerados nuestros propios ancestros”, declaró Anil Chaudhary, su hermano mayor. “Es una coincidencia, pero gracias a Dios su cuerpo encontró el camino del ghat de nuestros antepasados”, dijo al diario Indian Express.

Fuente: AFP.

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