El gobierno de Joe Biden anunció el miércoles que Estados Unidos prolongará por cinco años el tratado de desarme nuclear con Rusia New START, unos días después de que Moscú aprobara la extensión, pese a las crecientes tensiones con el Kremlin.
El anuncio se produce un día antes de la expiración del pacto, en medio del cruce de declaraciones entre Washington y Moscú por el arresto del opositor ruso Alexéi Navalni, que ha sido denunciado por Estados Unidos y por los europeos.
“El presidente Biden prometió mantener al pueblo estadounidense a salvo de las amenazas nucleares restaurando el liderazgo de Estados Unidos en el tema del control de armamento y la no proliferación”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado. “Hoy, Estados Unidos dio el primer paso para cumplir con esa promesa”, añadió.
“Especialmente en tiempos de tensiones, tener límites verificables sobre las armas nucleares de Rusia con alcance intercontinental es de vital importancia”, indicó el Departamento de Estado, que destacó que este pacto hace que el país norteamericano, sus aliados y el mundo entero sean un lugar más seguro.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el viernes la prolongación, lo que implica que este tratado que fue acordado bajo el gobierno del demócrata Barack Obama en 2010 va a seguir vigente hasta el 5 de febrero de 2026.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú celebró la extensión afirmando que asegura la “preservación” de un mecanismo clave para “mantener la estabilidad estratégica”.
Temas candentes
El gobierno de Biden ya había dejado en claro que extendería el tratado, pero que también presionaría a Rusia en otras áreas, el enfoque opuesto al de Trump, quien expresó polémicamente su admiración por Putin.
Blinken exigió el martes a Rusia la liberación “inmediata e incondicional” de Navalni después de que el opositor fuera condenado a prisión. También la de miles de manifestantes opositores.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, volvió a pedir a Rusia que libere a dos ciudadanos estadounidenses: Paul Whelan, condenado por cargos de espionaje; y Trevor Reed, un exmarine encarcelado por agredir a policías estando borracho.
Liberarlos “inmediatamente después de extender New START demostraría que Rusia está lista para dejar atrás asuntos intratables”, dijo Psaki a los periodistas.
Biden también quiere investigar la intromisión rusa en las elecciones estadounidenses, las supuestas recompensas de Moscú a los talibanes para matar a soldados norteamericanos en Afganistán y su supuesta participación en el hackeo masivo SolarWinds.
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Más allá del control de armas, “mantenemos claridad sobre los desafíos que Rusia plantea a Estados Unidos y al mundo”, dijo Blinken. El Partido Republicano criticó a Biden por extender New START.
“Una prórroga de cinco años otorga a Putin exactamente lo que pidió y hace que Estados Unidos pierda influencia crítica para traer a Rusia de regreso a la mesa de negociaciones”, dijeron Mike McCaul y Mike Rogers, republicanos de los comités de la Cámara de Representantes a cargo de Relaciones Exteriores y Defensa.
Desafíos
La OTAN también acogió positivamente el anuncio y expresó su apoyo porque cree que el pacto “contribuye a la estabilidad internacional”. Agregó que la “extensión del tratado es un inicio y no el final de los esfuerzos para hacer frente a las amenazas nucleares y a las nuevas amenazas a la estabilidad estratégica”.
No obstante, indicó que “la OTAN sigue teniendo una visión clara sobre los desafíos que plantea Rusia”. El tratado New START, uno de los pocos remanentes de los antiguos pactos de la Guerra Fría, limita a 1.550 el número de cabezas nucleares que pueden ser desplegadas por cada uno de los dos países, un 30% menos que el límite de 2002.
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Las negociaciones fueron infructuosas durante la presidencia de Trump, que intentó ampliar el tratado para incluir a China, cuyo arsenal crece rápidamente, aunque lejos del material que poseen Rusia y Estados Unidos.
Trump rompió las negociaciones tras insistir en que los términos de verificación fueran más estrictos y que el tratado incluyera a las denominadas armas tácticas, que Rusia utiliza en las zonas conflictivas cerca de sus fronteras.
En el comunicado, Blinken indicó que Estados Unidos va a utilizar estos cinco años de prórroga para llevar a cabo una diplomacia que aborde “todas” las armas nucleares de Rusia y que reduzca “los peligros del creciente y moderno arsenal de China”.
Fuente: AFP.