Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegaron este miércoles al instituto de virología de Wuhan como parte de su investigación sobre el origen del coronavirus en esta ciudad china, horas después de que América Latina y el Caribe superaran los 600.000 muertos por COVID-19.
La visita de la OMS es muy delicada para China, que niega ser responsable del estallido de la pandemia en el 2019. El instituto de Wuhan cuenta con varios laboratorios de alta seguridad donde los investigadores trabajan con coronavirus y el expresidente estadounidense Donald Trump acusó a la institución de dejar salir el virus que causó el COVID-19, provocando la pandemia. Pekín ha negado tajantemente la acusación.
El equipo de una decena de investigadores de la OMS “espera un día muy productivo y hacer todas las preguntas que deben hacerse”, declaró a la prensa uno de los expertos, Peter Daszak, al llegar a la entrada del instituto. El régimen comunista esperó más de un año para autorizar la visita de la OMS, cuyo equipo tuvo que someterse a una cuarentena de 14 días antes de comenzar el trabajo la semana pasada.
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Con semejante demora, muchos analistas dudan de que los expertos internacionales hallen indicios reveladores del comienzo de la epidemia. En todo caso, la semana pasada un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que la visita de la OMS “no es una investigación”.
600.000 muertos en Latinoamérica
En tanto, los países de América Latina y el Caribe totalizaron 601.256 muertos por la pandemia (entre 19.057.391 casos), situándose detrás de Europa (747.887) y por delante de Estados Unidos y Canadá (464.204) y Asia (241.391), según un balance de la AFP con base en datos oficiales. Brasil y México concentran la mitad de los fallecidos en la región con 226.309 y 159.100 decesos registrados respectivamente.
Pero Perú es el país más afectado de la región respecto a su población, con 125 decesos cada 100.000 habitantes, seguido de México (123), Panamá (123), Argentina (107) y Colombia (107).
Justamente en Perú, el sacerdote Juan López, vestido con traje de bioseguridad, dio apoyo espiritual a decenas de pacientes de COVID-19 en un pequeño hospital de 100 camas habilitado en una escuela en Huanco, una región amazónica de las más afectadas por el virus. A nivel mundial, el coronavirus deja más de 103 millones de infecciones y 2,2 millones de muertos.
Carrera por las vacunas
Mientras crecen los números, el mundo sigue su carrera por las vacunas, que se administran a veces en lugares sorprendentes, desde el célebre Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, el estadio de Wembley y una catedral en Londres, o Disneylandia en California, hasta en autobuses, como en Remis, Francia, o en Jordania cerca de la frontera con Siria.
Ya se han registrado más de 101,3 millones de administraciones de vacunas en 77 países o territorios, según un recuento de la AFP. Los países de altos ingresos, que albergan solo el 16% de la población mundial, concentran el 65% de las dosis administradas. Israel es de lejos el país más avanzado: más de un tercio de su población (37%) ha recibido al menos una dosis.
Estados Unidos, en tanto, está a la cabeza de las vacunaciones en términos absolutos, con 32,2 millones de dosis administradas (7,9% de su población). Algunas farmacias comenzarán a ofrecer vacunas a partir del 11 de febrero como parte de los esfuerzos para aumentar rápidamente las dosis aplicadas. En la Unión Europea se administraron 12,7 millones de dosis al 2,3% de la población.
Ricos y pobres
Pero poco más de un tercio de la población mundial (35%) vive en países que todavía no empezaron a vacunar, en su mayoría naciones desfavorecidas que “miran y esperan”, en palabras del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ningún país de renta baja inició por el momento una campaña de inoculación masiva. Estos países esperan las primeras entregas de dosis, previstas este mes, en el marco del sistema Covax lanzado por la OMS y la Alianza para la Vacunación (GAVI) y con el que se busca garantizar la distribución de vacunas a los países más desfavorecidos.
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Unos pocos países ricos, como Japón, Corea del Sur o Australia, tampoco empezaron a vacunar. Venezuela, en tanto, tiene reservadas entre 1,4 y 2,4 millones de vacunas AstraZeneca a través del Covax, que llegarían en febrero, dijo Paolo Balladelli, jefe de la misión de la OMS y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la nación sudamericana, que figura entre la treintena países de Latinoamérica y el Caribe que recibirán vacunas por medio de ese sistema.
Promesas en medio de la lentitud
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que estaba abierta, con condiciones, a la idea de que la UE utilice la vacuna rusa tras la publicación de resultados científicos positivos sobre su efectividad. Según los resultados publicados el martes por la revista médica The Lancet y validados por expertos independientes, la vacuna Sputnik V, sobre la que se había acusado a Rusia de carecer de transparencia, tiene una efectividad del 91,6% contra las formas sintomáticas de COVID-19.
Además de en Rusia, la Sputnik V fue aprobada en exrepúblicas soviéticas como Bielorrusia y Armenia, aliados como Venezuela e Irán, pero también Corea del Sur, Argentina, Argelia, Túnez o Pakistán. México, el primer país latinoamericano en aplicar una vacuna contra el COVID-19 el 24 de diciembre, aprobó también este martes el uso en emergencia de la Sputnik V. Hasta ahora, solo ha utilizado la fórmula de Pfizer/BioNTech, aunque ya había dado luz verde también a la de AstraZeneca.
Fuente: AFP.