Las acciones de la estatal brasileña Eletrobras sufrían fuertes caídas el martes en la Bolsa de Sao Paulo, tras la renuncia sorpresiva de su presidente, vista como una posible señal de retroceso de los planes de privatización del gobierno.
A inicios de la mañana, los papeles de Eletrobras llegaron a derrumbarse un 10%, pero luego recuperaron algo de terreno. Hacia las 12:30 locales (15:30 GMT), los títulos ordinarios caían 7,47% y los preferenciales 5,26%, en tanto que el índice Ibovespa operaba en alza de 1,24%.
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La renuncia de Wilson Ferreira Junior, al frente desde 2016 de la mayor generadora de electricidad de América Latina, causó el domingo una conmoción política, pero el mercado brasileño solo acusó el golpe este martes, porque el lunes fue feriado en Sao Paulo.
La preocupación de los inversores se reflejó sin embargo el lunes en la Bolsa de Nueva York, donde los papeles ADR de Eletrobras (títulos equivalentes a acciones) cayeron 8,45%, tras haberse hundido hasta un 11,2%.
Ferreira había sido nombrado por el presidente Michel Temer (2016-2018) y confirmado por Jair Bolsonaro en 2019, con la misión de “desestatizar” una de las joyas de la corona de Brasil, dentro del plan de privatizaciones del ministro de Economía, Paulo Guedes.
Pero el tiempo pasó, la pandemia de coronavirus complicó los planes de ajuste y las resistencias a deshacerse de la firma se acentuaron en el seno mismo de la derecha.
Según medios brasileños, la gota que hizo desbordar la paciencia de Ferreira fueron declaraciones de legisladores señalando que la privatización de Eletrobras no formaba parte de las prioridades de los próximos dos años.
El propio Ferreira lo admitió implícitamente al declarar el lunes ante periodistas: “Se necesita un gran capital político para una decisión de esa envergadura. Esos proyectos se activan normalmente en los dos primeros años de gobierno, pero [la privatización] se trabó a inicios de 2020 por la pandemia y en el segundo semestre no avanzó”.
La reacción del mercado fue atenuada, según analistas, por la posibilidad de que el sucesor de Ferreira mantenga el compromiso con la línea privatizadora.
La consultora Eurasian Group (EG) cree además que “la cada vez más probable victoria de los aliados del gobierno [para dirigir] la Cámara y el Senado la semana próxima sigue haciendo muy probable la venta de la compañía”.
EG ve sin embargo “dos riesgos” para ese proyecto, con la mira puesta en las elecciones presidenciales de octubre de 2022. “Si la popularidad de Bolsonaro sigue cayendo y si la segunda ola de COVID-19 coloca a la salud pública al borde del colapso, la privatización de Eletrobras dejará de ser una prioridad del Congreso”, afirma.
Fuente: AFP.