Miles de trabajadores de Ford protestaron este martes contra el cierre de todas las fábricas de automóviles de la empresa norteamericana en Brasil, anunciado el lunes de manera sorpresiva por la compañía estadounidense.
Desde primera hora de la mañana, unos 3.000 trabajadores, con máscara de protección contra el coronavirus, se concentraron frente a la fábrica de Camaçari, en el estado de Bahia (nordeste), y unos 500 frente a la de Taubaté (interior de Sao Paulo), las dos que cerrarán de manera inmediata, constataron fotógrafos de la AFP. Una tercera fábrica en Ceará (noreste) seguirá funcionando hasta el último trimestre del año.
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“Fue una noticia chocante, la peor posible”, dijo a la AFP Felipe Monteiro, tecnico electrónico de 34 años que lleva 16 en la fábrica de Taubaté, de 850 trabajadores, tras una asemblea del Sindicato de Metalúrgicos realizada en un ambiente entristecido.
“Desde hace años venimos renunciando a varios derechos y esperábamos una postura diferente de la empresa en relación a las inversiones que necesitaba para continuar”, agregó Monteiro, casado, con dos hijos y “sin ninguna perspectiva” tras la decisión de Ford.
El anuncio, en el marco de una reestructuración del grupo de Detroit (Estados Unidos) en Sudamérica, cayó como una bomba en Brasil, que tiene niveles récord de desempleo, al que se sumarán ahora casi 5.000 trabajadores de estas plantas. El presidente Jair Bolsonaro afirmó que Ford decidió marcharse de Brasil porque “quiere subsidios”.
“¿Qué quiere Ford? ¿A Ford le faltó decir la verdad, no? Quieren subsidios. ¿Quieren que sigamos dándoles 20.000 millones de reales (unos 3.600 millones de dólares) como se hizo en los últimos años? ¡No!”, declaró Bolsonaro ante simpatizantes frente al palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia. Ford “perdió la competencia. Lo lamento”, agregó, sin dar mayores explicaciones sobre los montos mencionados.
Mercado en caída
El mercado brasileño de Ford será abastecido en adelante a partir de la producción en Argentina, Uruguay y otros orígenes. Ford registra en la región déficits desde hace varios años, agravados por el derrumbe del sector en Brasil en 2020 debido a la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 203.000 muertos en el país.
La venta de vehículos nuevos en Brasil se derrumbó un 26,16% en 2020 bajo el impacto de la pandemia. El año pasado se patentaron 2,05 millones de automóviles, frente a 2,787 millones en 2019. La decisión de la empresa multiplicó las críticas contra el gobierno de Jair Bolsonaro por sus dificultades para crear un ambiente de negocios favorable.
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En declaraciones divulgadas por el sitio de noticias G1, el presidente del Sindicato de Metalúrgicos da Bahia, Júlio Bonfim, dijo que la decisión muestra “la inestabilidad económica del país y la incertidumbre económica por parte del gobierno federal”, así como el impacto de la pandemia. La prensa atribuyó ampliamente la partida de Ford a los altos costes de producción y el complejo sistema tributario en Brasil.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, del partido DEM (centro-derecha), afirmó el lunes que “el cierre de Ford es una demostración de la falta de credibilidad del gobierno brasileño, de reglas claras, de seguridad jurídica y de un sistema tributario racional”. El Ministerio de Economía “lamentó” la iniciativa de Ford, que contrasta con la “fuerte recuperación observada en la mayoría de los sectores industriales”.
Fuente: AFP.