El gobierno argentino decidió restringir a partir de este viernes las actividades nocturnas y la circulación de personas, con medidas que determinará cada provincia de manera independiente, en momentos en que se han acelerado los contagios de COVID-19.
“El mundo y Argentina están en un momento bisagra donde se inicia la vacunación pero a la vez tenemos que seguir cuidándonos. La pandemia no está superada”, dijo en una rueda de prensa el jefe de gabinete, Santiago Cafiero.
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Argentina registra una aceleración en el número de contagios, que sobrepasan 1,6 millones desde marzo pasado con más de 44.000 muertos sobre un población de 44 millones de habitantes.
Las limitaciones implican el cierre nocturno de locales gastronómicos, restricciones en el transporte público y en la circulación de las personas. Según indicó Cafiero, el mayor incumplimiento de los protocolos sanitarios ocurre en las actividades nocturnas.
Representantes del sector de la Salud expresaron su preocupación por la situación debido a que “el recurso humano está agobiado, además de desilusionado con tanta desidia”, dijo la Asociación de Médicos de la Actividad Privada en un comunicado.
“La gente se relajó mucho y se juntaron muchas cosas: fin de año, las fiestas, la gente cansada con ganas de reunirse, los que se van de vacaciones y no quieren pensar en barbijos y distanciamiento... pero el virus no se toma vacaciones y el comienzo de la vacunación es un paso muy lento”, advirtió la infectóloga Carlotta Russ, asesora presidencial.
Sin toque de queda
La falta de consenso entre los gobiernos federal y provinciales impidió avanzar en un toque de queda. Algunas provincias, como Córdoba o Mendoza o la Ciudad de Buenos Aires, rechazaron limitar la circulación de las personas, y otras difieren en el horario adecuado para el cierre de establecimientos.
En la capital argentina, donde viven 2,8 millones de personas y gobierna la oposición, el vicealcalde Diego Santilli anunció que pese al “aumento exponencial de casos” no habrá restricciones a la circulación nocturna, aunque sí cerrarán los locales comerciales de 1 a 6 de la madrugada. Las reuniones sociales quedan limitadas a un máximo de 10 personas. El alcalde Horacio Rodríguez Larreta está aislado en su casa con coronavirus.
En otras provincias como Chaco, La Pampa, Santiago del Estero y Formosa las restricciones nocturnas rigen desde el martes último, con matices de alcance y horario. En las 24 jurisdicciones del país el número de nuevos casos diarios se ha acelerado en las últimas dos semanas y en algunas saltó al doble o al triple.
En la provincia de Buenos Aires (que no incluye la capital argentina), con casi el 40% de la población del país, los nuevos casos reportados pasaron de 1.996 el 27 de diciembre a 5.319 el jueves, con un total de 709.333 positivos desde marzo pasado. También en la capital se duplicó el número diario que pasó de 728 a 1.556 en igual lapso, con un total de 181.989 contagios.
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La ocupación de camas de terapia intensiva a nivel nacional es de 54,7% en promedio, pero sube a 59,6% en Buenos Aires y su periferia, según el ministerio de Salud. El gobierno federal prorrogó además hasta el 1 de febrero el cierre de fronteras con prohibición de ingreso para extranjeros no residentes, así como para la llegada de vuelos directos provenientes del Reino Unido.
Argentina aplica la vacuna rusa Sputnik V desde el 29 de diciembre, cuando inició una primera fase de inoculación con 300.000 dosis dirigida al personal sanitario. Hasta ahora se han vacunado 107.542 personas, informó el viernes el ministerio de Salud. Se espera recibir a fines de enero 1,5 millones de dosis adicionales de la Sputnik V. También aprobó la vacuna de Pfizer-BioNTech y la de AstraZeneca/Oxford, aunque éstas aún no están disponibles.
Fuente: AFP.