El gobierno francés aplazó este martes el examen de un proyecto de ley que obligaría a los ciudadanos a vacunarse contra el COVID-19 para poder circular libremente, una propuesta que provocó alarma entre la oposición.

A pesar de que Francia prevé salir en abril del estado de emergencia sanitaria provocado por la pandemia de COVID-19, el proyecto de ley presentado ante el Consejo de ministros tenía por objetivo “establecer un marco jurídico sostenible frente a las crisis sanitarias”, según el gobierno. Posteriormente, el ministro de Salud, Olivier Véran, explicó que el texto “no tiene el objetivo de vacunar obligatoriamente contra el coronavirus”.

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“Hace falta confianza para que los franceses se vacunen libremente [por lo que] el gobierno no propondrá este texto ante el parlamento antes de unos cuantos meses, antes de salir de la crisis. El debate está cerrado”, añadió. En particular, el proyecto brindaría al primer ministro la potestad de decretar varias prohibiciones, de circulación, cierre de establecimientos e incluso concentraciones en la vía pública.

Estas restricciones pueden estar subordinadas a “presentar los resultados de un test de detección negativo o al seguimiento de un tratamiento preventivo, incluida la administración de una vacuna”. La oposición ve detrás de esto una vacunación obligatoria disfrazada. “De una manera solapada, este texto no prevé hacer la vacunación obligatoria, sino impedir toda la vida social a las personas que no lo estén”, señaló la presidenta de RN (extrema derecha), Marine Le Pen, denunciando una “medida de naturaleza totalitaria”.

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“Aunque el ejecutivo había indicado que la vacunación no sería obligatoria, presenta un proyecto de ley que condiciona nuestros movimientos a ésta, introduciendo una forma de desigualdad entre los ciudadanos”, afirmó por su parte el diputado Julien Aubert (derecha).

El asunto es delicado: de acuerdo a una encuesta reciente, el 59% de los franceses no tiene intención de vacunarse contra COVID-19, lo que convierte a Francia en uno de los países europeos con mayor resistencia a la vacuna. A finales de noviembre, el presidente Emmanuel Macron anunció que la vacunación, que comenzará el próximo domingo en residencias de ancianos, no sería obligatoria.

Fuente: AFP.

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