La Cámara de Diputados aprobó este viernes la legalización del aborto en Argentina, pero el proyecto aún debe someterse a la votación del Senado, instancia que hace dos años rechazó una iniciativa similar.

La aprobación fue recibida con un estallido de alegría por miles de jóvenes de pañuelo verde, emblema de la campaña a favor de la legalización del aborto, que pasaron toda la noche en las afueras del Congreso, en Buenos Aires, a la espera de la votación en este país de mayoría católica y cuna del papa Francisco.

El proyecto de ley, que permitirá el aborto hasta la semana 14 de gestación, tuvo 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones, informó la secretaría de la Cámara de Diputados al cabo de una sesión de 20 horas. Se espera que el Senado lo trate antes de fin de año.

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Al ritmo de los bombos y en clima festivo, miles y miles de mujeres de pañuelo verde hicieron vigilia en los alrededores del Congreso.

Separadas por una valla, manifestantes del pañuelo celeste, que se oponen a la iniciativa, también aguardaron el resultado de la votación, que recibieron con frustración.

La legalización del aborto se discutió por primera vez en el parlamento argentino en 2018, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-19), cuando fue aprobada por los diputados pero rechazada en el Senado en medio de enormes movilizaciones de mujeres.

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Este año, la iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) fue presentada por el presidente peronista de centroizquierda Alberto Fernández como un modo de “garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”.

“El aborto es legal en países del primer mundo y otros desarrollados y con fuerte religiosidad, como Italia, España e Irlanda. Ahora avanzamos en Argentina. Si esto fuera un problema masculino, habría sido resuelto hace mucho tiempo”, declaró al canal 13 de TV el ministro de Salud, Ginés González García.

En la sesión, la diputada Ana Carolina Gaillard, del oficialista Frente de Todos, enfatizó que “el debate no es sobre aborto sí o aborto no, sino sobre aborto seguro o aborto inseguro”, al evocar las muertes que se derivan de las interrupciones clandestinas del embarazo, unas 3.000 desde 1983, según el presidente Fernández.

“Soy católico pero tengo que legislar para todos. Es un tema de salud pública muy serio”, declaró el presidente Fernández el jueves.

Analistas de salud calculan entre 370.000 y 520.000 los abortos clandestinos anuales en Argentina, con 39.000 internaciones cada año en centros de salud pública, según estadísticas del gobierno.

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Verdes contra celestes

“Creemos que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo. Es importante que el Estado nos proteja. Que sepan los legisladores que votan en contra que cargarán en sus manos la sangre de las mujeres que mueran por abortos clandestinos”, dijo a la AFP Melisa Ramos, de 21 años, frente al Congreso.

“¡Aborto legal ya, gratuito y en el hospital!”, se leía en pancartas. Del otro lado de las vallas, se manifestaron las ‘celestes’, bajo la consigna “¡Salvemos las dos vidas!”. Exhibían muñecos que representaban bebés con sangre.

En Argentina, el aborto solo se permite en caso de violación o peligro de vida para la mujer, legislación vigente desde 1921. Si el Senado aprueba el aborto legal, Argentina se sumará a Cuba, Uruguay y Guyana como países que lo permiten en América Latina. También está autorizado en Ciudad de México.

Mil días de asistencia

El oficialismo ha desplegado gestos políticos tendientes a sumar votos. El principal fue enviar otro proyecto de ley, el Plan de los 1.000 días, destinado a apoyar económica y sanitariamente a mujeres desde el embarazo y a sus hijos en los primeros años de vida.

La sesión de los diputados continuaba el viernes para votar el Plan, con apoyo casi unánime de los bloques, según el dictamen de comisión.

El proyecto para la legalización del aborto prevé la objeción de conciencia individual y también la de un establecimiento de salud en caso de que todos sus médicos hagan objeción. Pero tendrán obligación de derivar a la paciente para su atención en otro centro hospitalario.

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