La ciudad de Nueva York reabrió el lunes sus escuelas primarias públicas, pero una lenta remontada de la epidemia de coronavirus podría empujar a las autoridades a ordenar de nuevo el cierre de las salas de los restaurantes en los próximos días.
Unos 850 centros escolares reabrieron sus puertas el lunes “con alegría y esperanza”, afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
La primera metrópolis de Estados Unidos, la más afectada por la primera ola de la epidemia en primavera y donde se registran unas 24.000 muertes de COVID-19, había cerrado todos los centros escolares públicos el 19 de noviembre, después de que más del 3% de los test realizados fueran positivos.
Pero revisó después este criterio y, en vista de los débiles porcentajes de infección en las escuelas, decidió no solo reabrirlas para los alumnos más pequeños, sino también prepararse para recibir de nuevo a los niños todos los días.
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Los centros públicos de enseñanza media y secundaria siguen, sin embargo, cerrados y continúan ofreciendo, al menos hasta enero, enseñanza por internet. Esta reapertura se produce incluso en momentos que la tasa de positivos aumenta en la primera metrópolis de Estados Unidos, donde ronda el 5%.
Pese a que este repunte sigue más controlado que en el resto del país -el estado de Nueva York, junto a Vermont, Maine y Hawai tiene una tasa de positivos entre los más bajos de Estados Unidos-, inquieta también a las autoridades, puesto que llega acompañado de una subida en las tasas de hospitalización.
Si estas cifras no se estabilizan en cinco días, los restaurantes de la ciudad, que pueden recibir clientes en su interior si se respeta un máximo del 25% de capacidad, deberán cerrar sus salas, advirtió el gobernador Andrew Cuomo.
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En otras regiones del estado de Nueva York, donde los restaurantes pueden alcanzar una capacidad del 50%, se vería limitada al 25%.
Al pedir a los neoyorquinos que hagan todo lo posible para revertir la tendencia, Cuomo subrayó que todavía se espera que la tasa de hospitalización siga aumentando, tras los reencuentros familiares por el Día de Acción de Gracias y la cercanía de las celebraciones de Hanouka y Navidad.
Según el respetado inmunólogo Anthony Fauci, invitado a la rueda de prensa de Cuomo, esta superposición de periodos festivos podría derivar en un pico de la epidemia a mitad de enero.
“Si no se escuchan las medidas de salud pública que hay que seguir”, advirtió, “la mitad de enero puede ser un periodo muy oscuro para nosotros”.
Fuente: AFP.