Los brasileños comenzaron a votar este domingo por los alcaldes de 57 ciudades, entre ellas San Pablo y Río de Janeiro, las dos más ricas y pobladas, en la segunda vuelta de unas elecciones marcadas por la crisis económica y el rebrote del nuevo coronavirus.

Los centros de votación abrieron a las 7:00 locales (10:00 GMT) y cerrarán a las 17:00 (20:00 GMT), en una jornada realizada bajo estrictas medidas sanitarias por el coronavirus, que incluye el uso de mascarilla, un horario preferencial para ancianos y mantener distancia entre las personas. La primera vuelta en los casi 6.000 municipios del país, hace dos semanas, registró un avance de los partidos de centro y centroderecha tradicionales, en tanto que solo dos de los trece candidatos apoyados por el presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, fueron elegidos y otros dos están en balotaje.

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La izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva perdió decenas de municipios y quedó fuera de la segunda vuelta en San Pablo, capital económica del país, de 12,5 millones de habitantes. Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, formado por disidentes del PT), de 38 años, disputará la alcaldía con el edil actual, el centrista Bruno Covas (PSDB), de 40.

Boulos obtuvo en la primera ronda el 20% de los sufragios, contra el 32% de Covas. Pero el líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (PTST) acortó las distancias con una campaña que supo llegar a los jóvenes a través de las redes sociales y la promoción de causas como la igualdad racial y de género.

Su empuje, sin embargo, pareció tocar techo en la última encuesta Datafolha publicada el sábado, que le da el 45% de intenciones de voto, frente al 55% para Covas. Boulos fue diagnosticado el viernes de COVID-19, lo cual lo privó de un día de campaña y del último debate televisivo con su adversario.

Disputa en 18 capitales estatales

En Río de Janeiro, de 6,7 millones de habitantes, la contienda parece decidida a favor del exalcalde Eduardo Paes (Demócratas, centroderecha), que cuenta con el 68% de la intención de voto, frente al 32% del alcalde actual, Marcelo Crivella, un pastor evangélico aliado de Bolsonaro.

El 15 de noviembre, 147,9 millones de electores fueron convocados a las urnas para escoger alcaldes y concejales de 5.569 municipios. Ahora, 38 millones definirán las disputas en 57 ciudades, entre ellas 18 de las 26 capitales estatales. Los comicios se llevaron a cabo con seis semanas de retraso debido a la pandemia de COVID-19, que ya deja 6,2 millones de casos y más de 172.000 muertos, un balance de fallecidos superado solo por Estados Unidos.

El promedio de decesos, que había superado los 1.000 por día entre junio y agosto, cayó a menos de 350 en la segunda semana de noviembre, para repuntar a unos 500 actualmente. La enfermedad y las medidas de confinamiento ordenadas para contenerla hundieron la economía, llevando el desempleo a un nivel récord, con 14,1 millones de personas en busca de trabajo.

Los alcaldes que asumirán sus funciones el 1 de enero del 2021 –y por un período de cuatro años– deberán enfrentar gigantescos desafíos en materia de seguridad, transporte o educación con las arcas vacías por la crisis, que solo se espera que comience a amainar cuando aparezca una vacuna.

Mensaje para el 2022

Una derrota de Crivella y la definición en San Pablo entre dos hombres críticos de su gestión dejarían a Bolsonaro sin aliados en esas dos circunscripciones estratégicas. El mensaje de las urnas parece ser que “Bolsonaro no era el fenómeno que la gente creía y si esa lectura es correcta, tendrá dificultad en ser reelegido” en el 2022, afirmó el analista político Michael Mohallem, de la Fundación Getúlio Vargas.

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Las municipales se realizan dos años antes de las elecciones presidenciales y legislativas y sus resultados son observados como posibles marcadores de tendencias. Aparte de la expectativa creada por Boulos en San Pablo, la izquierda vivirá este domingo otros embates importantes, incluyendo un duelo interno doblado de rivalidad familiar.

En Recife (noreste), se enfrentan dos nietos del histórico caudillo pernambucano Miguel Arraes (1916-2005): el socialista Joao Campos y Marilia Arraes, del PT de Lula. Manuela D’Ávila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) disputa con el centroderechista Sebastiao Melo la alcaldía de Porto Alegre (sur), reciente escenario de protestas después de que dos guardias de seguridad mataran a golpes a un hombre negro en un supermercado Carrefour.

Fuente: AFP

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