El nitrato de amonio es un químico que se usa como fertilizante, pero también como explosivo y varios informes de inteligencia internacionales indican que la organización terrorista libanesa proiraní Hezbolá lo ha utilizado y almacenado (a veces con nefastas consecuencias, como se pudo comprobar con la explosión del pasado mes de agosto en el puerto de Beirut que dejó 204 muertos) y que pretende seguir usándolo.
Según informaciones de esta semana, el próximo objetivo podría haber sido de nuevo la comunidad judía argentina.
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Hace pocos días, Argentina aumentó la seguridad en su frontera con Paraguay y en sus comunidades judías por un aviso anónimo llegado a las redes sociales de su embajada en Gran Bretaña. El mensaje decía que existía una posibilidad de que “materiales para construir una bomba cruzaran la frontera norte de Argentina”.
Más específicamente, el aviso anónimo advertía que había una persona tratando de enviar nitrato de amonio desde Paraguay a Argentina, y añadía que los químicos se usarían para atacar a un “objetivo judío”.
Conexión Paraguay
“Es muy revelador que esto suceda ahora, cuando la vinculación con el nitrato de amonio y Hezbolá es más potente aún tras la explosión del puerto de Beirut, y cuando la conexión Paraguay con un posible atentado antijudío en Argentina vuelve a resurgir”, explicó Leah Soibel, experta en geopolítica mediooriental.
En la larguísima investigación (no concluida) para descubrir a los culpables de la masacre de 1994 en Buenos Aires, que mató en el centro judío AMIA a 86 personas, y que apunta a Irán como promotor y a la organización terrorista Hezbolá como actor, también aparecía la conexión Paraguay, recuerda la experta.
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“La Fiscalía argentina creía que los atacantes de la AMIA también cruzaron por Paraguay en el poroso borde que separa Paraguay, Argentina y Brasil, lo que llamamos la Triple Frontera, donde se sabe que grupos extremistas islamistas como Hamás y Hezbolá encuentran refugio”, dijo Soibel.
Nitrato de amonio y Hezbolá, una larga historia
Después de que el pasado mes de agosto una enorme explosión en un almacén de nitrato de amonio sacudiera el puerto de Beirut, matando a más de 200 personas, comenzaron a publicarse informes sobre el consistente uso de ese químico por parte de la organización terrorista chiita asentada en El Líbano.
Según un informe del Departamento de Estado estadounidense del pasado mes de setiembre, cantidades importantes de nitrato de amonio de Hezbolá fueron trasladadas a través de varios países europeos.
El embajador Nathan Sales, coordinador en la lucha contra el terrorismo de EEUU, lo detalló: “Desde el 2012 la organización ha establecido depósitos de nitrato de amonio en toda Europa mediante el transporte de botiquines de primeros auxilios, cuyos paquetes fríos contienen la sustancia”.
Seguidamente agregó: “Puedo revelar que tales cachés se han movido a través de Bélgica, Francia, Grecia, Italia, España y Suiza. También puedo revelar que se han descubierto o destruido importantes alijos de nitrato de amonio en Francia, Grecia e Italia. Tenemos motivos para creer que esta actividad aún está en marcha”.
Una amenaza global
La Fundación para la Defensa de las Democracias también ha advertido del uso por parte de la organización terrorista de ese químico. Se encontraron restos de él en una redada antiislamista en Londres en el 2015.
Además, en el atentado del 2012 en Burgas, Bulgaria, que mató a varios israelíes, atribuido a Hezbolá se utilizó un explosivo con base de nitrato de amonio. Este químico aparece una y otra vez en informes relacionados con Hezbolá y sus ataques en el extranjero, incluido el de la AMIA.
“El uso de este material no solo es ajeno a Hezbolá, sino que su líder, Hasan Nasrala, amenazó pocos días después de la explosión del puerto de Beirut con usar ese arsenal contra Israel”, explicó la experta en geopolítica de Medio Oriente.
“Con estos últimos acontecimientos y conexiones se entiende que Hezbolá no solo es un elemento peligroso para Israel, con su constante amenaza de lanzar sus 150.000 misiles iraníes contra el país, sino que amenaza otros muchos lugares del mundo”, dijo.
Por eso, según Soibel, es importante la presión internacional para que los países declaren a Hezbolá organización terrorista: “Para impedir o limitar su gran capacidad de movimiento y gestión”, concluyó la experta.
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