Los brasileños acuden este domingo a las urnas para elegir alcaldes y concejales, en unos comicios municipales eclipsados por la pandemia de COVID-19 y que, según analistas, confirmarán el giro a la derecha iniciado en 2018.
Dos años después de las elecciones que alzaran a Jair Bolsonaro y pusieran fin a una seguidilla de victorias presidenciales de la izquierda, casi 148 millones de personas son llamadas a elegir las autoridades en 5.569 ciudades, donde serán responsables de políticas como saneamiento, transporte, atención básica de salud y educación.
La pandemia de coronavirus, que ha provocado alrededor 165.000 muertes en el país y recesión económica, obligó a postergar los comicios seis semanas, impidió el “cuerpo a cuerpo” de las campañas presenciales y podría afectar también la comparecencia a las urnas. Además de las medidas de higiene, máscara obligatoria y distanciamiento, los circuitos electorales abrieron más temprano (10H00 GMT) para evitar aglomeraciones y cuentan con un horario preferencial para los mayores de 60 años, grupo de riesgo para el coronavirus.
Giro a la derecha
En términos de movimientos políticos, los analistas esperan un voto por la continuidad, sin la emergencia de “outsiders” como en 2016 o 2018, y un fortalecimiento de partidos tradicionales de la derecha y centroderecha como MDB, PSD, PP y DEM. Estas elecciones “profundizarán un poco lo que vimos en 2018: el avance de los partidos de derecha y centroderecha”, dijo a la AFP Oswaldo Amaral, politólogo de la Universidad de Campinas.
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Candidatos con influencia religiosa y con énfasis en un discurso de seguridad pública -muchos de ellos expolicías o exmilitares- deben obtener buenos resultados. Pero esta consolidación de la derecha no se traduce necesariamente en un apoyo a Bolsonaro, cuyos candidatos en las grandes ciudades no han escalado en las encuestas a pesar de que la popularidad del mandatario se ubica en torno al 40%.
El periodista conservador Celso Russomanno en Sao Paulo y al alcalde evangélico Marcelo Crivella en Rio de Janeiro se ubican en segundo o tercer lugar en los sondeos, muy por debajo de los líderes: el alcalde paulista Bruno Covas (PSDB, centro) y el exalcalde Eduardo Paes (DEM, derecha) en Rio. Dependiendo del desempeño el domingo, podrían quedarse afuera de una segunda vuelta el 29 de noviembre.
Además, fuera de los apoyos individuales, “Bolsonaro es el primer presidente desde la redemocratización de Brasil que va a unas elecciones municipales sin partido, por lo que será difícil contabilizar si tiene una victoria o una derrota”, explicó Felipe Nunes, politólogo de la Universidad Federal de Minas Gerais. Bolsonaro abandonó en 2019 el Partido Social Liberal (PSL), su novena bancada en 30 años de carrera, para fundar la Alianza por Brasil, que todavía no fue oficializada.
Izquierda dividida
En la vereda de enfrente, la izquierda todavía se lame las heridas de las dos últimas elecciones. El Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sigue provocando altos índices de rechazo y, en general, sin alianzas con otros partidos progresistas, tampoco despunta en las encuestas. Salpicado por los escándalos de corrupción y el impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff, el PT vivió en las elecciones municipales de 2016 la peor derrota electoral de su historia, al perder 60,2% de las alcaldías conquistadas cuatro años antes.
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Este año las encuestas señalan que algunos candidatos de izquierda podrían pasar a una segunda vuelta en ciudades importantes, como el líder del movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, aspirante en Sao Paulo por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL); y la candidata del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) Manuela D’avila, que lidera la carrera en Porto Alegre (sur).
En Recife, Fortaleza y Belém también hay candidatos izquierdistas con chances de vencer. Pero a nivel nacional, la recuperación del peso político de la izquierda pasa por la formación de una alianza para las presidenciales en 2022, opina el politólogo André Cesar, de la consultora Hold. “La gran cuestión es si, pasado el pleito (municipal), estos partidos buscarán algún tipo de alianza con miras a la sucesión presidencial”, sostiene Cesar.
Fuente: AFP