Una nueva ola de COVID-19 embiste a Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia en el mundo, y es probable que su economía se siga deteriorando y tarde años en recuperar su robusto estado anterior a la llegada del virus.

Incluso con noticias prometedoras sobre una exitosa candidata a vacuna, es poco probable que la misma se distribuya ampliamente hasta dentro de muchos meses.

Las infecciones por coronavirus en Estados Unidos han alcanzado nuevos niveles récord de más de 150.000 al día, lo que ha hecho que las autoridades de muchas zonas impongan nuevas restricciones.

El COVID-19 “todavía determina el curso de la economía”, estimó la economista Diane Swonk de la consultora Grant Thornton, en un análisis.

“El aumento actual de los casos es mucho más preocupante (...) y se espera que sea más perturbador para la actividad económica”, añadió.

Las autoridades dicen que un número cada vez mayor de casos se han originado en reuniones privadas relativamente pequeñas.

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“Compren un pavo pequeño”, instó Swonk para la próxima festividad de Acción de Gracias, en la que los estadounidenses se reúnen tradicionalmente con la toda la familia.

Chicago, la tercera ciudad más poblada del país, ha pedido a sus residentes que se queden en casa, mientras que en Nueva York y Minnesota los establecimientos que venden alcohol deben cerrar a las 22:00.

La mayor economía del mundo mostró durante el verano boreal signos prometedores de recuperación de la peor recesión desde la Gran Depresión, pero ahora corre el riesgo de sufrir otro revés, especialmente en ausencia de un nuevo paquete de estímulos del Congreso.

“Estamos empezando a oír de los economistas que están pensando en reducir sus proyecciones de PIB debido al COVID-19”, dijo Maris Ogg de Tower Bridge Advisors.

Si bien el auge de las ventas de viviendas y automóviles ha sido un punto brillante en la economía, junto a un repunte de la industria manufacturera, los consumidores están preocupados por el aumento de los casos. Y un indicador del ánimo de los consumidores se desplomó en noviembre por primera vez desde julio.

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¿Hasta 2023?

La nueva ola de infecciones llega en medio de una transición política delicada: el demócrata Joe Biden ganó las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, soterrando la candidatura a un segundo mandato del republicano Donald Trump, quien sin embargo aún no reconoce la derrota.

Los demócratas conservaron su mayoría en la Cámara de Representantes, pero no se sabrá hasta principios de enero si lograron arrebatar el control del Senado a los republicanos.

Esa incertidumbre ha echado por tierra las esperanzas de una rápida aprobación de un nuevo y masivo paquete de ayuda financiera para familias y empresas en dificultades por la pandemia, así como para los gobiernos estatales y locales con limitaciones presupuestarias.

En marzo, el Congreso aprobó múltiples proyectos de ley de gastos para responder a la pandemia, a los que se atribuyó el impulso de la economía, pero muchas de las disposiciones de la Ley CARES, de 2,2 billones de dólares, han expirado.

Con al menos 11 millones de trabajadores estadounidenses aún desempleados, republicanos y demócratas siguen divididos sobre la estructura y el tamaño del próximo paquete.

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Swonk dijo que incluso un “flaco” estímulo de 1 billón de dólares podría hacer que la actividad volviera, a mediados del 2021, a sus niveles anteriores a la crisis.

Pero advirtió que “el empleo no alcanzaría su pico anterior hasta finales del 2023. Una vacuna no puede llegar lo suficientemente rápido para alimentar a las familias hambrientas”.

El vicepresidente de la Reserva Federal (Fed), Randal Quarles, dijo el martes que no espera que la economía se recupere hasta 2022 o principios del 2023.

Los consumidores necesitan recuperar la confianza para volver a los patrones de gasto normales, como ir al cine, comer fuera o ir de vacaciones.

Por ejemplo, en la capital, Washington, solo el 10% de los empleados regresó a sus puestos de trabajo en octubre, según datos del DowntownDC Business Improvement District.

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Recuperación desigual

La tasa de desempleo de Estados Unidos cayó al 6,9% en octubre, desde un pico de 14,7%. Pero un tercio de los desempleados lleva más de seis meses sin trabajo y esto preocupa a los economistas.

“No vamos a volver a la misma economía”, dijo recientemente el jefe de la Fed, Jerome Powell, quien explicó que la economía será más dependiente de la tecnología.

“Me preocupa que esto lo haga aún más difícil de lo que ya era para muchos trabajadores”, especialmente los empleados de servicios de bajos ingresos, quienes tienen más probabilidades de ser mujeres y pertenecer a minorías, dijo.

Powell destacó además que muchas mujeres se han visto obligadas a salir del mercado laboral “no por elección propia”, mientras los niños no están recibiendo la educación que deberían.

Fuente: AFP.

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