El Vaticano anunció este jueves último que el papa Francisco anuló nuevamente sus audiencias generales de los miércoles en presencia de fieles, a raíz del resurgimiento de la pandemia de COVID-19 en Italia.
“A partir del próximo miércoles, 4 de noviembre, las audiencias generales del Santo Padre recomenzarán a ser transmitidas desde la biblioteca del Palacio Apostólico. Esta decisión fue tomada porque se detectó un caso positivo de COVID-19 en la audiencia general del 21 de octubre, y con el objetivo de evitar cualquier posible riesgo futuro para la salud de los participantes”, indicó el Vaticano.
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Se trata de la misma medida tomada en marzo tras el primer brote de coronavirus en Italia, por lo que el Vaticano había decidido aplicar las mismas restricciones adoptadas por las autoridades de la península. Francisco celebraba por lo tanto las audiencias y el rezo del Ángelus dominical en solitario desde la biblioteca papal, en el palacio apostólico, las cuales eran trasmitidas en directo para las televisiones y páginas internet.
Sin embargo, desde el 2 de septiembre, se admitía un grupo de fieles a las audiencias generales que pasaron a celebrarse primero en el patio de San Dámaso y desde hace algunas semanas, en la tradicional sala Pablo VI dentro del Vaticano. Pero debido a la emergencia sanitaria por el nuevo brote de coronavirus en Europa, el pontífice celebrará las audiencias de los miércoles y la misa por los difuntos del 2 de noviembre en forma privada y sin fieles.
Teme “la señora COVID”
Francisco evitó el miércoles saludar personalmente, como solía hacerlo, a algunos de los fieles que asistían a la audiencia general en el aula Pablo VI. “Me encantaría bajar y saludarlos a todos, pero debemos mantener la distancia”, explicó a los asistentes, todos con mascarilla.
“Si bajo, la gente se agrupa (...) y eso contraviene el cuidado y las precauciones que debemos tener ante esta señora llamada COVID, y que nos hace tanto daño”, explicó. El papa y sus asistentes, que celebraron la audiencia desde el palco, no usaban mascarilla, mientras los guardias suizos y los fotógrafos oficiales tienen la obligación de llevarla puesta.
El Vaticano anunció el 17 de octubre que había registrado un caso de coronavirus en la residencia Santa Marta, donde vive el papa Francisco, precisando que la persona infectada había “dejado temporalmente” el lugar. En total once guardias suizos resultaron positivos al coronavirus a mediados de octubre, según informó el comandante del cuerpo militar encargado de la seguridad del papa y de la Ciudad del Vaticano.
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El papa ha sido criticado por su tendencia a no usar la mascarilla y en pocas ocasiones ha sido fotografiado con ella pese a que es obligatoria en la Ciudad del Vaticano. El sábado apareció sin mascarilla durante la visita oficial del jefe de gobierno español, Pedro Sánchez y pronunció un discurso ante la delegación, sentado y a debida distancia.
Francisco, de 83 años, que de joven fue operado en un pulmón, está “constantemente vigilado” a nivel médico y ha sido sometido en varias ocasiones a pruebas de diagnóstico del coronavirus, según fuentes religiosas.
Fuente: AFP.