Estados Unidos anunció la venta de 100 sistemas de defensa costera Harpoon a Taiwán por unos 2.400 millones de dólares, provocando una dura reacción de China, molesta ya por una operación similar de venta de armas a la isla dada a conocer la semana pasada.

La transacción “mejorará las capacidades de defensa de Taiwán”, señaló el lunes el Departamento de Estado al anunciar la operación, a pesar de que ese mismo día China decidió sanciones contra las empresas estadounidenses involucradas en anteriores ventas de armas a Taiwán, una isla a la que considera parte integrante de su territorio.

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La venta involucra a 100 baterías de defensa costera Harpoon (HCDS), que pueden contar hasta 400 misiles RGM-84L-4, con un alcance máximo de 125 km. Estos misiles, fabricados por la división de defensa de Boeing, pueden ser colocados en plataformas fijas o montados en camiones.

La oficina de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, emitió un comunicado agradeciendo a Estados Unidos por la venta y sostuvo que “mejorará las capacidades de guerra asimétrica”. Estados Unidos considera prioritario contrarrestar la influencia de China en la región Asia-Pacífico. También pretende brindarle a Taiwán una capacidad de defensa creíble contra una posible invasión del ejército chino.

Washington anunció el miércoles una operación de venta de armas a Taiwán por 1.800 millones de dólares, incluidos 135 misiles de defensa costera Slam-ER de próxima generación, que a diferencia del Harpoon tienen un alcance mayor que el ancho del Estrecho de Taiwán que separa a la isla de China.

Advertencia china

Taiwán tiene una población de unos 23 millones de personas y ha sido gobernada desde hace 75 años por un régimen que se refugió en ese territorio luego de que los comunistas tomaran el poder en China continental durante la guerra civil china.

La República Popular China considera al territorio insular como una de sus provincias y amenaza con usar la fuerza en caso de una proclamación formal de independencia o intervención externa, especialmente estadounidense. Pekín pidió por primera vez la semana pasada a Estados Unidos que “cancele” esta venta “para evitar dañar aún más las relaciones” entre ambos países.

Al no recibir respuesta de Washington, anunció el lunes sanciones contra las empresas armamentistas estadounidenses, las “personas y entidades que hayan tenido un mal comportamiento” durante la venta. Los gigantes del sector Lockheed Martin, Raytheon y la rama de defensa de Boeing manifestaron su preocupación al respecto.

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Este martes, China se declaró “firmemente opuesta” a esa venta de armas, e instó a Washington a “anularlas” para “no perjudicar más las relaciones sino-estadounidenses así como la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, según Wang Wenbin, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.

“Continuaremos tomando las medidas necesarias para salvaguardar la soberanía nacional y los intereses en materia de seguridad”, señaló a la prensa el vocero.

Fuente: AFP.

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