El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió al futuro presidente de Bolivia, Luis Arce, retomar la “cooperación constructiva” que tenían ambos países en el gobierno de Evo Morales, según una carta divulgada este jueves.
En una misiva de felicitación a Arce por su triunfo electoral el domingo, Putin propuso retomar “el desarrollo y la cooperación bilateral constructiva”. “Fortaleceremos la relación entre nuestros países para beneficio de los pueblos”, respondió Arce, quien publicó la carta del jefe del Kremlin en su cuenta de Twitter.
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Las relaciones entre Rusia y Bolivia fueron muy cálidas en tiempos de Morales (2006-2019), quien visitó varias veces Moscú, la última vez para la inauguración del Mundial de Fútbol en 2018.
Una gira en 2013 fue la que alcanzó mayor notoriedad, cuando a su regreso de Moscú el avión presidencial boliviano fue impedido de ingresar a los espacios aéreos de Francia, Italia, España y Portugal.
Según La Paz, Estados Unidos había alertado a esos cuatro países que en el avión viajaba Edward Snowden, el informático estadounidense detrás de las revelaciones sobre los programas secretos de espionaje norteamericano, quien se había refugiado en Rusia meses antes.
Al no poder proseguir hacia el Atlántico, el avión tuvo que aterrizar de emergencia en Viena, donde Morales permaneció por más de 24 horas para retomar luego su viaje a Bolivia, tras disculpas de los gobiernos de las cuatro naciones.
Mientras esperaba la autorización para retomar su viaje, Morales fue visitado en el aeropuerto de Viena por el presidente austriaco, Heinz Fischer, a quien condecoró dos años después y le agradeció por haberle “salvado la vida”.
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“Si no podíamos aterrizar en ningún aeropuerto y si el combustible no alcanzaba (para retornar) hasta Moscú, con seguridad se caía” la aeronave, expresó Morales.
Arce dijo que planea tener buenas relaciones con todos los países en el marco del “respeto a la soberanía de Bolivia”, lo que podría implicar que Bolivia y Estados Unidos vuelvan a nombrar embajadores (no tienen desde 2008).
La actual presidenta interina derechista de Bolivia, Jeanine Añez, que sucedió a Morales cuando renunció en 2019, rompió relaciones con la Venezuela de Nicolás Maduro y reconoció al líder opositor Juan Guaidó.
Además, Áñez echó a los médicos cubanos del país andino apenas asumió y meses después cerró las embajadas bolivianas en Irán y Nicaragua para “ahorrar”. Si bien Rusia reconoció al gobierno de Añez, la relación ha sido fría.
Dos empresas estatales rusas tienen actividades en Bolivia. La petrolera Gazprom explora con la francesa Total el bloque Incahuasi (sureste) y la agencia atómica Rosatom construye una planta de medicina nuclear en El Alto, ciudad vecina a La Paz.
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Fuente: AFP.