El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el sábado estar “mucho mejor” y que pronto volverá a la campaña electoral, pero su médico señaló que aún no está fuera de peligro aún cuando se declaró “cautelosamente optimista”. “Llegué aquí, no me sentía bien. Me siento mucho mejor ahora”, dijo Trump desde el hospital militar Walter Reed, en la periferia de Washington en un video que divulgó en Twitter.

“Estamos trabajando duro para que vuelva (...) Creo que volveré pronto y espero terminar la campaña tal como la inicié”, agregó, apareciendo relajado, con un traje azul y una chaqueta. Poco después su médico Sean Conley dijo que el presidente “aun no está fuera de peligro”, pero dijo ser “cautelosamente optimista”.

“El presidente Trump continúa evolucionando bien, habiendo logrado un sustancial progreso desde el diagnóstico”, dijo Conley en una nota. “Aunque aún no está fuera de peligro, el equipo sigue siendo cautelosamente optimista”, añadió. En su video, Trump reconoció la incertidumbre sobre el curso de su enfermedad, que puede afectar a los pacientes en recuperación sin previo aviso.

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“Estoy empezando a sentirme bien. No lo sabré hasta los próximos días, supongo que esa es la verdadera prueba, así que veremos qué sucede en los próximos días”. El informe en gran parte optimista de Trump se produjo después de que una fuente al tanto de la salud del presidente, más tarde identificada como el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, difundiera una evaluación mucho más alarmante.

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“Los signos vitales del presidente durante las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas”, dijo Meadows. “Todavía no estamos en un camino claro hacia una recuperación completa”. Por la noche admitió que los médicos estuvieron muy preocupados, pero no se al riesgo de que Trump debiera ceder interinamente el poder.

“Ayer (viernes) de mañana estábamos realmente preocupados” dijo Meadows a Fox News. “Tenía fiebre y el oxígeno en la sangre había caído rápidamente”, añadió. “Sin embargo, señaló Meadows, nunca se consideró ni hubo riesgo de transición del poder”. Más temprano, en un primer informe, Conley había dicho que el presidente no había tenido fiebre durante 24 horas y que la tos, la congestión nasal y la fatiga que presentaba habían mejorado. Un segundo médico, Sean Dooley, dijo que la función cardíaca, renal y hepática del presidente era “normal”.

¿Qué pasa en la Casa Blanca?

Conley se sumó a la confusión al sugerir que Trump había sido diagnosticado el miércoles, no el jueves, según había informado la cuenta oficial, pero luego dijo que se había equivocado. Poco después de que Trump llegara al hospital, Conley indicó en un memorando que el presidente estaba comenzando a recibir remdesivir y una dosis de ocho gramos de un cóctel de anticuerpos experimental.

Ni los médicos ni la Casa Blanca explicaron por qué estaba tomando medicamentos de eficacia no probada si su progreso era satisfactorio. El optimismo de Trump sobre sus perspectivas de recuperación se atenuó con la noticia de que varias personas de su entorno han dado positivo al coronavirus.

Su asesor de campaña Chris Christie y varios senadores que forman parte de una lista creciente de allegados al presidente que resultaron contagiados tras asistir un evento en la Casa Blanca el fin de semana pasado. Ese grupo incluye a la esposa del presidente, Melania, la confidente cercana Hope Hicks, la exasistente principal Kellyanne Conway, el jefe de campaña Bill Stepien, y los senadores republicanos Thom Tillis y Mike Lee. E igualmente tres periodistas acreditados. Un tercer senador republicano, Ron Johnson, de Wisconsin, anunció el sábado que había dado positivo.

“Falsa sensación de confort”

Expertos en salud pública expresaron su alarma por un posible brote relacionado a la celebración el 26 de setiembre de la nominación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett a la Suprema Corte de Justicia. “Se basaron demasiado en las pruebas de diagnóstico. Sabemos que esas pruebas tienen una tasa muy alta de falsos negativos”, dijo Ali Nouri, presidente de la Federación de Científicos Estadounidenses.

“Confiar simplemente en esos diagnósticos para determinar quién puede entrar y salir de la Casa Blanca y no adoptar otras protecciones, como el distanciamiento social y las mascarillas, crearon una falsa sensación de confort en la Casa Blanca”, añadió.

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Trump, quien está siendo aventajado en las encuestas por su rival demócrata de 77 años Joe Biden, fue forzado a congelar o rediseñar el tramo final de las elecciones del 3 de noviembre. Entre las incertidumbres se cuentan dos debates entre los candidatos y resolver si Trump deberá ceder temporalmente el cargo al vicepresidente Mike Pence si su salud empeora.

Biden, quien estuvo ante Trump durante un debate de 90 minutos el martes, anunció que las pruebas de COVID-19 a las que se sometió le dieron negativo el viernes y que se realizará otra hoy Durante el debate había recordado que reclamó muchas veces un enfoque serio de la crisis del coronavirus, que ha causado la muerte de más de 208.000 personas en Estados Unidos, y que Trump se mofó de él por usar tapabocas.

Fuente: AFP.

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