Latinoamérica debe aprovechar la recuperación pospandemia para impulsar un nuevo modelo de crecimiento que contemple el medio ambiente, dijo el jueves un alto funcionario del Banco Mundial (BM), al alertar sobre crecientes problemas en la región vinculados al calentamiento global.
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, dijo que los planes para superar la contracción económica provocada por la pandemia presentan una oportunidad para atender los desafíos del cambio climático.
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“No quiero minimizar la crisis actual” de la COVID-19, “pero no podemos olvidar que la crisis del cambio climático es seria y es grave y requiere acciones urgentes”, afirmó, al participar en la 24ª conferencia del banco de desarrollo CAF.
Jaramillo resaltó que “si no se toman acciones pronto”, para 2050 habrá 17 millones de “refugiados climáticos” en la región por problemas de agua, de productividad agrícola y de aumento del nivel del mar, entre otras consecuencias del calentamiento global. El impacto en los bosques y en las poblaciones que dependen de éstos para subsistir ya es notorio.
“Estamos viendo un aumento inusitado en la cantidad de incendios forestales, sobre todo en la Amazonía, pero también en muchos bosques de la región”, dijo. Las grandes sequías asociadas al fenómeno del Niño ahora son “más graves” y han vuelto los bosques “mucho más inflamables”. “Esto nos preocupa muchísimo”, señaló.
Desmantelar subsidios “dañinos”
Por eso, Jaramillo dijo que “todas las economías y todos los países de América Latina deben aprovechar este momento para repensar su futuro”. “Sería un error garrafal volver al mismo patrón de crecimiento que teníamos antes de esta pandemia”, enfatizó.
¿Por qué? Simplemente porque ese modelo no era productivo, no era incluyente y no estaba en armonía con el medio ambiente, dijo. Jaramillo también llamó a terminar con los incentivos a los combustibles fósiles, que “lamentablemente han sido masivos” y “son malos para todos”.
“Dado que los precios del petróleo están ahora muy bajos, este es un muy buen momento para desmantelar estos subsidios”, dijo. Llamó también a trabajar con los gobiernos para revisar otros subsidios “dañinos del pasado”, como los de uso excesivo del agua, para poder tener un crecimiento “mucho mejor” en el futuro.
Acento verde en Chile, Colombia y Uruguay
Con un tercio de los 904.000 muertos por COVID-19 en el mundo, América Latina y el Caribe es la región más afectada por la pandemia, que provocará una contracción de 9,1% del PIB regional en 2020, según estimaciones de la Cepal.
Pero con “cauto optimismo”, Jaramillo se dijo “alentado” por planes de recuperación posCOVID recientemente anunciados en algunos países que tienen en cuenta el medio ambiente.
Es el caso de Chile, que prevé un 30% de inversión en proyectos verdes, dijo. O el de Colombia, que aboga por el “crecimiento limpio y la mejora de su bioeconomía”, con “planes para estimular la transición energética, incluida mucha inversión en resiliencia climática”, agregó.
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También señaló a Uruguay, al que el BM otorgó un préstamo de 400 millones de dólares para mitigar el impacto de la COVID-19, que tiene “un gran componente para enfrentar la pésima sequía” que el país sufrió a principios de año.
Jaramillo puso como ejemplo la estrategia de Corea del Sur para salir de la crisis financiera de 2008. “Decidieron que su recuperación iba a ser un modelo de crecimiento verde y creo que hay muchas lecciones allí”, dijo.
El vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, que asumió su cargo el 1 de julio, supervisa las relaciones con 31 países de la región y una cartera de proyectos, asistencia técnica y subvenciones en curso cercana a los 32.000 millones de dólares.
Fuente: AFP.