Comunidades enteras de la costa oeste de Estados Unidos eran arrasadas por incendios que obligan a amplias evacuaciones y a advertencias de las autoridades de que puede haber muchos muertos. Hasta el momento se contabilizan al menos siete fallecidos en los estados de California, Oregón y Washington, pero las autoridades advierten que el número puede aumentar debido s la imposibilidad de acceder a áreas afectadas para socorrer a las víctimas.
En Oregón, al menos cinco localidades quedaron “sustancialmente destruidas”, al tiempo que se realizaban extensas evacuaciones en el estado, dijo la gobernadora Kate Brown. “Quiero ser franca al decir que esperamos ver una gran pérdida... Esta podría ser la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades debido a los incendios forestales en la historia de nuestro estado”, agregó en conferencia de prensa.
Los estados vecinos de California y Washington también luchan por contener los incendios que se extienden a gran velocidad desde el fin de semana debido a una intensa ola de calor, seguida de vientos fuertes y secos. Entre los muertos reportados figura un bebé de un año, cuyos padres resultaron con graves quemaduras mientras trataban de huir de un incendio en el estado de Washington.
Tres personas no identificadas fallecieron en el norte de California, mientras que otras dos muertes fueron confirmadas en Oregón, en la región del Santiam Canyon. “No van a ser los únicos fallecidos allí (en Santiam)”, aseguró el sheriff del condado de Marion, Joe Kast.
Sandra Spelliscy, funcionaria de Talent, Oregón, dijo que solo “ruinas” humeantes pueden verse en grandes zonas de su comunidad. “Hay numerosos vecindarios donde no quedaron estructuras en pie”, dijo. Elementos de emergencia ordenaron la evacuación de Estacada, una ciudad rural unos 48 km al sureste de Portland. Jason Valean, de 29 años, huyó de su casa a pie con sus dos perros y esperaba nervioso a su madre en el centro del lugar.
“Ella quería mantener a los perros en su corral, pero no la iba a dejar”, dijo y añadió que había liberado a sus cerdos con la esperanza de que se pusieran a salvo. Otra residente dijo que planeaba quedarse a pesar de la orden de evacuación porque le preocupaba el saqueo, aunque su marido se estaba marchando con su hijo y su nieta.
“Atemoriza”
En California, habitantes de la Bahía de San Francisco amanecieron con un cielo anaranjado similar a los escenarios apocalípticos de las películas de Hollywood. Y en algunas zonas, el cielo era tan oscuro que parecía ser de noche y en otras había cenizas cayendo como nieve.
“Los cielos anaranjados de esta mañana son el resultado del humo de los incendios forestales”, dijeron funcionarios de la oficina de calidad del aire de la Bahía de San Francisco en un mensaje en Twitter. “Sabemos que el humo, la oscuridad y el brillo naranja atemoriza. Mantengan la calma y traten de mantenerse bajo techo”, tuiteó a su vez el departamento de bomberos.
Gran parte del humo provenía del norte, donde surgió el llamado “Bear Fire” durante la noche y a una velocidad sin precedentes, combinándose con fuegos previos para arrasar unas 100.000 hectáreas y amenazar la ciudad de Oroville. Advertencias de evacuación llegaron incluso a la ciudad de Paradise, donde hace dos años tuvo lugar el más mortífero incendio de la historia moderna de California con 86 fallecidos.
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El cercano “August Complex Fire” también se expandía rápidamente para convertirse en el segundo más grande en la historia del estado, afectando unas 170.000 hectáreas. En tanto, agotados bomberos corrían entre las llamas del “Creek Fire”, en el centro de California, mientras gruesas columnas de humo subían del bosque de Sierra, ahora cerrado al igual que los 18 parques nacionales del estado.
En una casa cerca de Shaver Lake, los restos chamuscados de una lavadora y un juego de jardín yacían junto el chasis cubierto de cenizas de una pick-up. “Da miedo... simplemente dejamos todo”, dijo Sandy Clark, de 68 años, quien dejó su casa y se fue a un hotel, en lugar de a un refugio, por miedo a contraer coronavirus.
Devastación
Decenas de miles de personas han sido evacuadas a la fuerza en la región. En el estado de Washington, donde la ciudad de Malden quedó diezmada, el gobernador Jay Inslee describió los incendios como “sin precedentes y descorazonadores”.
“Vivimos en un mundo nuevo. Ya no es el Washington de antes”, expresó al denunciar al cambio climático como principal agente del desastre. “La devastación puede verse por todo nuestro estado”. El gobernador de California, Gavin Newsom, añadió: “Literalmente, ya no tengo paciencia para quienes niegan el cambio climático... Ese punto de vista es completamente inconsistente con la realidad”.
En California, los incendios han devastado más de un millón de hectáreas este año, un récord absoluto, cuando aún quedan casi cuatro meses de temporada seca por delante. Más de 14.000 bomberos combaten unos 28 grandes incendios a lo largo del estado más poblado de Estados Unidos.
Fuente: AFP.