Médicos del centro hospitalario Sheba, Tel Aviv (Israel), darán sesiones de radiación a pacientes de COVID-19 en una terapia experimental aprobada recientemente por el Ministerio de Sanidad israelí. Según médicos de todo el mundo, la pandemia del COVID-19 provoca en algunos pacientes inflamación de pulmón que muchos no habían visto antes y que es muy difícil de tratar.

Los profesionales de este centro médico argumentan que la radiación selectiva en los pulmones es capaz de reducir la inflamación y prevenir o reducir los efectos de la neumonía que causan muchas de las muertes por coronavirus. En los próximos días empezarán terapia experimental con 30 pacientes tras la aprobación de las autoridades sanitarias israelíes.

“La radiación en bajas dosis es muy efectiva a la hora de reducir los tipos de células inflamatorias que invaden los pulmones de los pacientes con coronavirus”, dijo el director del Departamento de Radiación Oncológica, Zvi Symon, y agregó: “Ayuda a evitar que oxigenen la sangre y que ello cause que los sistemas fallen y el paciente muera. Tengo la esperanza de que esto salve vidas”.

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El médico explica que las dosis que van a aplicar no matarán al virus ni modificarán la multiplicación viral en el cuerpo, pero sí que reducirán la inflamación en los pulmones y aclaró que es esta inflamación la que causa la muerte de los afectados. Symon señaló: “Hemos visto que en animales, una baja radiación tiene un amplio espectro de efectos antiinflamatorios”.

Se han alzado voces críticas que señalan que este tipo de terapia puede causar cáncer, sin embargo, Symon dijo que cree que los beneficios son mayores que los riesgos.

¿A quién va dirigido?

El tratamiento está pensado para los enfermos más frágiles, los que no soportarían entubación u otros tratamientos invasivos. “Creo que esta intervención es mucho más leve que una intervención de cuidados intensivos y realmente podría ayudar a las personas mayores que se consideran demasiado frágiles para los cuidados intensivos”, dijo Symon.

Este tratamiento llamado terapia de radiación de dosis lenta, (LDRT, por sus siglas en inglés), está siendo experimentado en otros hospitales del mundo para diferentes propósitos como preparar a pacientes oncológicos para trasplante de su propia médula ósea, por ejemplo.

“Hace 70 años, cuando mucha gente con neumonía moría por fallo respiratorio, hubo radiólogos oncológicos que los trataron con radiación. Tenemos literatura de 700 pacientes que recibieron radiación por dificultad respiratoria”, explicó. “Los resultados fueron muy positivos, pero el tratamiento dejó de usarse cuando la muerte por neumonía se redujo gracias al uso de antibióticos y terapias antimicrobiales”, añadió.

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