El gobierno brasileño protagonizó este viernes último un verdadero embrollo, cuando el ministerio de Medio Ambiente anunció la suspensión de operaciones contra la deforestación amazónica y los incendios a causa de recortes presupuestarios, antes de desdecirse rápidamente.
El primer comunicado ministerial generó conmoción al indicar que “a partir de las 0:00 del lunes se interrumpirán todas las operaciones de combate a la deforestación ilegal en la Amazonía, así como todas las operaciones de combate a los incendios en el Pantanal y otras regiones”.
La causa invocada fue el bloqueo, por parte de un órgano ligado al ministerio de Economía, de cerca de 60 millones de reales (casi 11 millones de dólares) del presupuesto del IBAMA y el ICMbio, dos agencias estatales de asuntos ambientales.
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Las reacciones no se hicieron esperar, cuestionando la política del gobierno de Jair Bolsonaro, partidario de la apertura de la selva amazónica a actividades mineras y agropecuarias.
WWF-Brasil lamentó “la absurda cancelación de todas las operaciones”, en momentos en que “los índices de deforestación e incendios en la Amazonía aumentan, así como los focos de incendio registran récords en el Pantanal”. Esa decisión, agregó, “refuerza el mensaje del gobierno federal de que el crimen no será castigado y que, por lo tanto, compensa”.
El vicepresidente Hamilton Mourao, al frente del Consejo Nacional de la Amazonía, salió rápidamente a desmentir el anuncio y achacó al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, haber actuado con “precipitación”.
“El ministro se precipitó y no es eso lo que va a suceder. No serán bloqueados los 60 millones del Ibama y el ICMbio”, dijo Mourao, para quien Salles “creó una polémica que no debió existir”.
Finalmente, el Ministerio de Medio Ambiente informó, menos de dos horas después del primer comunicado, que “por la tarde se desbloquearon los recursos financieros de IBama y el ICMBIO y que por lo tanto las operaciones del combate a la deforestación ilegal y las quemadas se proseguirán normalmente”.
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Según Mourao, el gobierno busca “recursos para poder pagar la ayuda de emergencia” con la cual palió la pérdida de ingresos de millones de brasileños afectados por las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus. Pero, adujo Mourao, “cada ministerio ofrece lo que puede”.
La creación en enero del Consejo Nacional de la Amazonía, con Mourao al frente, después de la crisis diplomática provocada por la deforestación récord de 2019, quitó protagonismo a Salles.
En julio, la deforestación en la Amazonía brasileña se redujo un 36% respecto al nivel récord de julio de 2019, pero en el período agosto 2019-julio 2020 (año de referencia en el calendario de la deforestación), la tala alcanzó 9.205 km2, un 34,5% más que en los doce meses anteriores.
En el Pantanal brasileño, un santuario de la biodiversidad situado al sur de la Amazonía, los incendios se triplicaron en lo que va de agosto en relación al mismo mes del año pasado.
Fuente: AFP.