La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, anunció este lunes la postergación en cuatro semanas, al 17 de octubre, de las elecciones legislativas que se iban a celebrar en setiembre debido a la reaparición en el país de un brote del nuevo coronavirus.

Tanto la oposición como partidos de su propia coalición de centro-izquierda presionaron a la primera ministra para que atrasara los comicios desde que se detectaron nuevos casos de COVID-19 la semana pasada en Auckland, precipitando el confinamiento de la mayor ciudad del país.

El retorno del virus tras 102 días sin registrar ningún caso interrumpió la campaña electoral y hacía temer que muchos votantes se quedaran en casa por miedo a la pandemia en la cita con las urnas prevista inicialmente el 19 de setiembre.

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La líder de la coalición que gobierna Nueva Zelanda hace cuatro años, favorita en los sondeos aupada por su gestión de la crisis del coronavirus, reconoció la preocupación de los rivales de que la interrupción de la campaña electoral le habría beneficiado injustamente.

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Tras consultar a lo largo del fin de semana con los líderes de los partidos y la Comisión Electoral, Ardern eligió la fecha del 17 de octubre. El cambio, dijo, permitirá a todos los partidos realizar la campaña en las mismas condiciones y dejó claro que independientemente de la situación no pretende volver a cambiar la fecha de los comicios.

"Esta decisión da tiempo a todos los partidos en las próximas nueve semanas para realizar la campaña y a la Comisión Electoral suficiente tiempo para garantizar que la elección se puede realizar", dijo.

El virus fue detectado el pasado martes en cuatro miembros de una misma familia y este lunes ya había 89 casos confirmados, cinco de ellos hospitalizados.

Según la directora general del servicio nacional de Salud, Ashley Bloomfield, la cepa actual es diferente a la anterior por lo que se realizarán test para saber si entró en el país a través de mercancías congeladas almacenadas en un frigorífico de Auckland.

No obstante, Bloomfield aseguró que no hay evidencia de que el coronavirus se transmita por los alimentos o sus envoltorios y siguen considerando que la causa más probable del nuevo brote es el contagio humano.

“Sentido común”

Este país del Pacífico sur está siguiendo la misma estrategia que le ayudó a contener el coronavirus durante el confinamiento de siete semanas a principios de año, aislando los casos positivos, rastreando los contactos y realizando pruebas de diagnóstico generalizadas.

El éxito precedente catapultó la popularidad de Ardern hasta el 60%, que ya se había visto favorecida por su liderazgo en la gestión del ataque del año pasado en una mezquita de Christchurch y de la erupción de un volcán en Isla White.

Los sondeos auguran una victoria del Partido Laborista de Ardern que le permitiría gobernar en solitario, prescindiendo de los dos partidos menores que integran su actual coalición, los verdes y el populista Nueva Zelanda Primero (NZP).

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El principal partido opositor Partido Nacional pidió este fin de semana que se aplazara la elección hasta finales de noviembre o el próximo año.

La postergación de las elecciones también recibió el lunes el apoyo del NZP, socio de la coalición de gobierno, que consideró la opción de septiembre "irrevocablemente comprometida" por el resurgimiento del coronavirus.

"El sentido común ha prevalecido", dijo el líder del NZP y viceprimer ministro Winston Peters, a cuyo partido los sondeos le auguran un descalabro en las próximas elecciones.

Los verdes, los otros socios de la coalición laborista, consideran que el aplazamiento de cuatro semanas dará suficiente tiempo a las autoridades sanitarias para contener el foco de Auckland.

Fuente: AFP.

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