España registró más de 16.000 nuevos contagiados por coronavirus desde el viernes, informó el Ministerio de Sanidad este lunes, cuando algunas regiones como Baleares o País Vasco endurecieron las ya severas medidas decretadas por el gobierno central como cerrar locales nocturnos o restringir fumar en las calles.
Las cifras divulgadas por el ministerio daban cuenta de un total de 359.082 infectados por el virus en España, 16.269 contagiados más que en el último balance del viernes.
“No son cifras buenas, nos gustaría estar en cifras mucho más bajas”, reconoció el director del centro de emergencias sanitarias Fernando Simón, aun insistiendo en que se trata de “un incremento progresivo, suave, mucho más moderado o mucho más fácil de controlar que en otros períodos”.
España es el país de Europa Occidental con más infectados por coronavirus, con casi 343.000, y su tasa de contagios fue de 115 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, muy por encima de los 45 en Francia, 19 en Reino Unido y 16 en Alemania.
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Ante esta situación, el gobierno anunció el viernes un duro paquete de medidas que incluyen el cierre de discotecas, hora máxima de apertura en las noches para restaurantes y bares, prohibición de fumar en espacios abiertos si no se puede mantener al menos dos metros de distancia o limitación de las reuniones a diez personas.
Pero son las regiones, competentes en materia de salud, las que deben implementarlas y vigilar su cumplimiento. En varias de las 17 comunidades autónomas del país ya aprobaron las nuevas medidas y, en algunos casos, otras suplementarias. Es el caso del turístico archipiélago de Baleares que prohibió las fiestas en barcos y piscinas, incluso durante el día.
El País Vasco declaró la “emergencia sanitaria”, una figura que le permitirá tomar medidas incluso más severas, como por ejemplo restricciones locales de movilidad, ante “un posible tsunami” de contagios, según dijo su responsable de salud, Nekane Murga.
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Las disposiciones fueron repudiadas el domingo en una manifestación en Madrid que congregó a entre 2.500 y 3.000 personas, según un portavoz regional. Con gritos de “libertad” y pancartas que leían “el virus no existe” o “las mascarillas matan”, las personas se reunieron convocadas por las redes sociales en una céntrica plaza madrileña para denunciar una supuesta exageración de cifras del COVID-19 para justificar una restricción de libertades.
Como muchos de los asistentes no usaron mascarillas, obligatorias en el exterior en toda España, el delegado del gobierno en Madrid, José Manuel Franco, anunció a la radio Cadena Ser que “se sancionará con el máximo rigor lo que sucedió”.
De todas maneras, buena parte de los nuevos casos son asintomáticos y la letalidad del virus bajó considerablemente: desde que finalizó el 21 de junio el rígido confinamiento de toda la población por tres meses, se notificaron poco más de 300 de los 28.646 fallecidos del país por la pandemia.
Simón subrayó que el incremento de casos se explica por el aumento de la capacidad de detección, si bien reconoció que en algunos hospitales se “está empezando a generar un cierto estrés en el personal médico”.
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Fuente: AFP.