Durante una entrevista concedida al diario británico The Guardian, Karl John Friston, renombrado neurocientífico británico y autoridad en imágenes cerebrales, afirmó que “la población que podía verse afectada por el contagio del COVID-19 nunca ha sido del 100%”. Los modelos matemáticos de la epidemia se habrían equivocado al suponer que la mayoría de las personas no tiene inmunidad al nuevo coronavirus. En el Reino Unido, por ejemplo, alrededor del 80% de la población no estaría susceptible al SARS-CoV-2, dijo Friston, pero dos meses atrás, exponer esta posibilidad real habría sido considerado negativismo.
Ya principios del mes de mayo, el profesor de Stanford y el premio Nobel Michael Levitt dijo durante una entrevista televisiva en el programa británico LockdownTV que las curvas de crecimiento de la enfermedad nunca fueron realmente exponenciales, lo que sugiere algún tipo de “inmunidad previa”.
La evidencia de cierto nivel de resistencia e inmunidad ya ha sido publicada a mediados de mayo en la revista científica CelR, donde se estima que entre el 40% y el 60% de las personas no expuestas al virus del COVID-19 cuentan con resistencia proveniente de otras variedades de coronavirus.
Friston no minimiza a la pandemia y cree que los modelos apoyan la idea de que lo que suceda en las próximas semanas no va a tener un gran impacto en términos de desencadenar un repunte, porque la población está protegida en cierta medida por la inmunidad adquirida durante la primera ola. La verdadera preocupación es que una segunda ola podría estallar algunos meses después cuando esa inmunidad desaparezca.
Existen cuatro coronavirus responsables del resfriado común: Alpha coronavirus 229E y NL63, Beta coronavirus OC43 y HKU1 y han circulado siempre por el mundo y la mayoría de las personas se infecta con coronavirus comunes a lo largo de sus vidas siendo los niños pequeños quienes tienen más probabilidades de hacerlo. Un miembro prominente de SAGE, el grupo creado para desafiar al consejo científico del gobierno británico, es quien llega con la declaración de que la proporción de personas que no son susceptibles al COVID-19 puede alcanzar el 80%, al menos en el Reino Unido.
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Un científico influyente
El profesor Karl Friston no es virólogo, pero su experiencia consiste en comprender procesos biológicos complejos y dinámicos, representándolos en modelos matemáticos. En el campo de la neurociencia, fue calificado por la revista Science como el más influyente del mundo y es alguien quien, como científico extraordinario, pronto recibirá un premio Nobel.
Friston estima que, en circunstancias normales, la mayoría de las personas nunca contraerán la enfermedad, pero naturalmente en escenarios con una carga viral muy alta, como los lugares en donde tratan a pacientes con COVID-19, el virus puede superar estas defensas.
La preocupación principal del destacado neurocientífco radica que, en todo el mundo, la acción gubernamental coordinada más grande de la historia cerró por la fuerza a la mayoría de las sociedades con consecuencias que podrían durar generaciones y se habría basado en una ciencia defectuosa, con errores de cálculo y datos incorrectos. Puso como ejemplo a los Estados Unidos, donde es posible que los efectos secundarios ya sean más mortales que la propia pandemia.
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