La revista Science publicó un análisis sobre cómo el confinamiento a raíz de la pandemia por coronavirus, llevó a una reducción de hasta un 50% en el ruido sísmico en el planeta, desde marzo hasta mayo. Los científicos involucrados en el estudio informaron que el período silencioso de ruido sísmico 2020 es la reducción más larga y prominente registrada.

La investigación incluyó el análisis de 76 sismólogos de 66 instituciones especializadas en 27 países y recolectó datos de 268 estaciones sísmicas de todo el mundo. Los registros que se recibieron llegaron de Turquía, Chile, Costa Rica, Canadá, Australia, Irán, Luxemburgo, entre muchas otras. Algunos reportes son de grandes centros urbanos y campus universitarios y otros de locaciones pequeñas y remotas.

Todas las mediciones hechas cuentan lo mismo: que los primeros meses del año, cuando el virus sembraba “su reinado” por todo el planeta, la tierra estuvo quieta. La actividad humana cayó cuando los gobiernos de todo el mundo empezaron a imponer medidas preventivas ante la expansión de la enfermedad.

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“La actividad humana es una tercera fuente de señal sísmica”, explicó el artículo de Science, en el que se menciona que “la actividad humana cotidiana se registra como una señal casi continua, especialmente en los sismómetros de entornos urbanos”.

El Times Square, uno de los lugares donde se notó el vació de peatones y automóviles a principios de la pandemia. Foto: AFP.

La sismóloga Susan Hough, del Servicio Geológico de los Estados Unidos, no participó de la investigación pero aseguró que ya hay estudios previos que analizan las fuentes humanas del ruido sísmico, como camiones, trenes y fábricas. “Tenemos impacto en el planeta, damos pasos fuertes. Hay varias actividades humanas que son inductoras de terremotos y que generan vibraciones que los aparatos registran”, comenta, no sorprendida por la publicación.

Sin embargo, los autores del informe publicado en Science coinciden en que esta nueva base de datos ayudará a que los científicos puedan distinguir mejor los leves temblores de tierra naturales causados por el movimiento del ser humano, y a monitorear los niveles de la actividad humana durante la pandemia.

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