La eficacia del tratamiento de COVID-19 con el plasma no está probada, pero muchos paquistaníes desesperados arriesgan su vida con esta transfusión, alimentando un mercado negro en auge. Muchos países, entre ellos Pakistán, pusieron en marcha ensayos para comprobar si la transfusión de plasma sanguíneo de personas curadas puede ayudar, con sus valiosos anticuerpos, a eliminar el virus más rápidamente.
Pero algunos pacientes se ven cada vez más tentados a recurrir a clínicas privadas o al mercado negro, sin ninguna garantía sobre la procedencia o calidad del producto sanguíneo. ”Es el producto de la desesperación. Todo el mundo quiere creer que hay una respuesta al coronavirus”, afirmó a la AFP Fareeha Irfan, especialista paquistaní de salud pública.
“Es fácil aprovecharse de la credulidad de las personas que no son muy conscientes de lo que está sucediendo en el mundo científico”, agregó. Pakistán registra oficialmente unos 260.000 casos de coronavirus y 5.500 decesos. Pero las cifras reales son mucho mayores, porque las pruebas son limitadas.
“Había que tomar el riesgo”
La Sociedad Paquistaní de Hematología explicó que las informaciones que circulan sobre el plasma han contribuido a hacer creer a una parte de la población y del personal médico que este tratamiento era ya normal. “La utilización de plasma de personas curadas puede provocar reacciones potencialmente mortales, o incluso transmitir infecciones”, advirtió la Sociedad.
Nawaz Murad, un universitario de Lahore, cuenta que médicos le aconsejaron intentar, como último recurso, el tratamiento de plasma para su padre enfermo de COVID-19, cuya salud se deteriora rápidamente. En pánico, recurrió a Facebook, donde encontró un donador en pocas horas. Y para no perder tiempo, no se hizo ningún análisis a la sangre para descartar la presencia de infecciones como la hepatitis o el VIH.
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“Claro que había que tomar el riesgo. No teníamos otra opción que hacer la transfusión lo antes posible. No era una situación normal. Era una situación de estrés intenso para mi familia”, dice Murad. El donador dio gratuitamente su plasma. Pero Murad giró el equivalente a unos 100 dólares a un médico que hizo la transfusión a domicilio. Algunas clínicas cobran hasta 300 dólares.
Según el jurista Osama Malik, las autoridades provinciales y federales cierran los ojos ante el hecho de que los centros no autorizados cobran un alto precio por estas transfusiones. ”Los siete centros (oficiales de transfusión) no pueden hacer frente al elevado número de pacientes desesperados”, explicó a la AFP. El padre de Murad está ahora mejor y su familia lo atribuyen a la transfusión.
“Imposible” de impedir
Actualmente no hay ninguna certeza sobre el coronavirus, pero algunos estudios concluyeron que las transfusiones de plasma son útiles para combatir otras enfermedades infecciosas como el SRAS o el ébola. Zoraiz Riaz Syed, que dirige un grupo de sobrevivientes del coronavirus en Facebook, dice que ha conectado a más 750 personas con donadores de sangre.
Su grupo “ofrece una plataforma centralizada para todo Pakistán”, afirma, señalando la falta de confianza de la población en el deficiente sistema de salud del país. Un alto responsable de departamento de salud que supervisa los ensayos clínicos oficiales del tratamiento con plasma explicó que era “casi imposible” para las autoridades impedir las transfusiones fuera de los centros autorizados.
Pero reconoce que hay preocupación por el auge del mercado negro, donde intermediarios piden a veces hasta 900 dólares por una entrega rápida de plasma a pacientes en estado crítico. Por su parte, el grupo Facebook excluyó a algunos miembros que querían vender su plasma, lo que es ilegal en Pakistán, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Ministerio de Salud no respondió a consultas de la AFP. El gobierno abrió una línea telefónica para quejas de personas que se verían obligadas a pagar por una muestra de plasma.
Fuente: AFP