Millones de personas enfrentan nuevas restricciones este miércoles ante el avance de la pandemia del coronavirus en diversas partes del mundo, fundamentalmente en Estados Unidos, el país más afectado del planeta, donde los científicos prevén un agravamiento de los casos.
La epidemia también se ensaña con América Latina y el Caribe, que superaron los 150.000 fallecidos por COVID-19 este miércoles. En la región, mientras algunos gobiernos disponen nuevas restricciones, otros, a pesar del avance de la pandemia, deciden reabrir sus paralizadas economías de todas maneras para contener el hambre y la miseria.
En el resto del mundo, diversos países, desde España hasta Australia, han vuelto a imponer confinamientos para contener nuevos brotes. Desde que la pandemia surgió el año pasado en China, se han registrado más de 13,4 millones de casos y 581.554 muertes en todo el mundo.
Se informa de decenas de miles de casos todos los días en Estados Unidos, que tiene el mayor número de muertes en el mundo, con 136.000. Autoridades de estados del país que habían resuelto poner fin al confinamiento están dando marcha atrás.
De acuerdo con modelos manejados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en agosto el total de muertos en Estados Unidos podría superar los 150.000. Investigadores sostienen, sin embargo, que si se generaliza el uso de mascarillas se podría llegar a salvar la vida a 40.000 personas de aquí a noviembre.
Hasta la semana pasada el presidente estadounidense, Donald Trump, se había resistido a recurrir a usar una mascarilla e ironizaba sobre quien las portaba.
Pero el uso de tapabocas se va imponiendo en el país. El minorista más grande del mundo, Walmart, informó que requerirá de sus clientes el uso de mascarillas en todas sus tiendas a partir del 20 de julio para ayudar a detener la propagación del virus.
Con su decisión, Walmart se suma a un número creciente de empresas estadounidenses que han tomado disposiciones similares. La cadena dispone de más de 5.300 tiendas en el país y crece sobre todo en los estados del oeste y del sur donde la pandemia más avanza actualmente.
Te puede interesar: La epidemia del COVID-19 se agravará en EEUU, según las proyecciones
Entre el virus y el hambre
En América Latina, las cifras son particularmente preocupantes. La región supera los 3,5 millones de casos de COVID-19 y se ha convertido en la segunda con más fallecimientos después de Europa, donde la pandemia ha dejado más de 203.000 muertos.
En Venezuela, el gobierno decidió este miércoles una “radicalización” del confinamiento en Caracas y el vecino estado de Miranda ante el avance de la pandemia. Su par de El Salvador descartó a su vez avanzar en la reapertura de la economía ante una incesante alza de los casos, que llegaron el miércoles a los 10.645, con 286 fallecidos.
Perú sigue siendo uno de los países más afectados en la región (el segundo en total de casos, con más de 337.000, detrás de Brasil y el tercero en muertes, tras Brasil y México, con 12.417), pero el Ejecutivo resolvió este miércoles reanudar el transporte nacional aéreo y terrestre.
La economía peruana se está desplomando (cayó un 32,75% en mayo) y el gobierno se inclinó por proseguir con la reapertura tras 120 días de confinamiento.
Amenaza mortal
Partes de la región de Asia y el Pacífico, que habían tenido algo de éxito en la lucha contra la pandemia, están demostrando que el virus aún representa una amenaza mortal.
En Hong Kong, ante la reaparición de brotes, los bares, gimnasios y salones de belleza cerraron nuevamente el miércoles y entró en vigor la prohibición de reuniones de más de cuatro personas y la obligatoriedad del empleo de mascarillas en el transporte público.
También hubo alarma en Japón, donde el gobernador de Tokio advirtió que la capital estaba en su nivel más alto de alerta.
En el estado indio de Bihar, habitado por unas 125 millones de personas, se anunció un confinamiento de 15 días a partir del jueves, mientras Sudáfrica restableció el toque de queda para prevenir una "tormenta de coronavirus".
”Por favor, paren”
En Australia, las autoridades suplicaron a la población que respete las pautas de distanciamiento social. En Melbourne, donde unas 5 millones de personas permanecen confinadas desde la semana pasada para intentar contener un rebrote de casos, un grupo de personas fueron multadas por organizar una megafiesta.
“Nuestra preocupación son las fiestas y las reuniones sociales”, dijo Rick Nugent, comisionado interino del estado de Victoria y llamó a la población a ser consciente de los riesgos: “Por favor, paren”.
En Europa, las mascarillas serán de uso obligatorio en tiendas y supermercados de Inglaterra a partir de la próxima semana. Disneyland Paris, la atracción turística privada más grande de la región, reabrió sus puertas, pero con numerosas restricciones.
Las autoridades de la UE advirtieron a los gobiernos de la región que se preparen para una segunda ola de infecciones en coincidencia con la temporada de gripe invernal. “El virus todavía está entre nosotros”, dijo la comisionada de la UE Margaritis Schinas.
Las escasas buenas noticias de las últimas horas llegaron de Estados Unidos, donde la firma de biotecnología Moderna anunció la fase final del ensayo clínico de su vacuna contra el COVID-19, que se probará en 30.000 personas en el país a partir del 27 de julio.
El estudio se prolongará hasta octubre de 2022, pero los resultados preliminares se darán a conocer mucho antes. Moderna prevé producir al menos 500 millones de dosis por año.
Fuente: AFP.