Alrededor de 3,5 millones de personas regresaron este lunes al encierro estricto en Colombia, ante el "alarmante" crecimiento de contagios del nuevo coronavirus que, según autoridades, podría alcanzar su máximo de propagación en las próximas semanas.
Solo en la capital colombiana el confinamiento alcanza a 2,5 de sus 8 millones de habitantes. Hoy Bogotá concentra un tercio de los más de los 154.000 casos de COVID-19, detectados desde el 6 de marzo en el país.
Con una población de 50 millones de habitantes, en todo el territorio colombiano han fallecido desde entonces poco más de 5.400 personas, 1.168 de ellas en la capital. “Tenemos hoy un crecimiento de esta enfermedad a diario. Llevamos más de tres días reportando más de 2.000 casos positivos”, señaló la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en varios medios.
“La velocidad a la que está creciendo la pandemia en Bogotá es alarmante”, enfatizó. A raíz de ello, a partir de este lunes y hasta el 23 de agosto, la ciudad tendrá cuarentenas de 14 días por localidades (conjuntos de barrios), con el objetivo de sacar de circulación a 2,5 millones de personas por turno.
El sistema de cuidados intensivos habilitado en Bogotá para atender los casos más graves de la enfermedad alcanzó el 90% de ocupación, por lo que fue declarado en máxima alerta.
Leé también: Francia celebra el 14 de julio en “versión COVID”
Pasar el pico
También Medellín, la segunda ciudad del país, comenzó a aplicar restricciones similares que en principio impedirán el movimiento diario de un millón de sus 2,4 millones de pobladores hasta el 28 de julio, según la alcaldía.
Colombia decidió regresar paulatinamente al modelo más rígido de prevención de contagios, en momentos en que América Latina y el Caribe enfrentan un pico crítico de la emergencia sanitaria, que también ha desencadenado un severo retroceso económico.
Este lunes, la región se ubicó detrás de Europa como la zona más castigada en número de muertos por la pandemia. Colombia es el quinto país latinoamericano con más contagios y muertos después de Brasil, México, Perú y Chile.
En los barrios bogotanos donde comenzó a aplicarse la "cuarentena estricta", la policía reforzó la vigilancia y la actividad fue limitada a mínimos, salvo supermercados, farmacias y servicio de comida a domicilio.
Más de 400 soldados se sumaron a los operativos de control en las entradas y salidas de estos sectores. Durante el confinamiento, tampoco habrá venta de bebidas alcohólicas los fines de semana. “Hemos tomado estas medidas que valga decir son para pasar el pico” de contagios, que está previsto para las semanas próximas, dijo la alcaldesa López.
Según la mandataria, durante los últimos meses las autoridades trabajaron para postergar la fase de mayor contagio y decesos por la pandemia, pero llegó el “momento de enfrentarla”. La ciudad había pasado por un encierro general entre el 20 de marzo y el 27 de abril, cuando comenzó la emergencia.
Sin embargo, presionado por el desplome económico, el gobierno de Iván Duque ha ido liberando actividades y prorrogando las medidas de aislamiento, que irán hasta el 1 de agosto, aunque cada vez con más excepciones.
El gobierno prevé en 2020 uno de los "peores" desempeños económicos de la historia, con una caída estimada en 5,5%, según el ministerio de Hacienda.
En medio de la crisis sanitaria, Duque dio luz verde a una jornada sin impuesto sobre las ventas (IVA) -definida antes de la llegada del coronavirus -, lo que desató aglomeraciones en comercios.
La alcaldesa López achacó el actual “costo epidemiológico” a esa iniciativa, así como a las esporádicas protestas organizadas en Bogotá. “Las cifras demuestran que ambas son aglomeraciones de contagio masivo donde cientos disparan el contagio en miles”, volvió a criticar en Twitter.
Fuente: AFP