La OCDE prevé una recesión mundial de 6% para 2020 si la pandemia de COVID-19 “permanece bajo control” y de 7,6% en caso de una segunda ola, de acuerdo con las perspectivas económicas publicadas este miércoles.
Para 2021, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anticipa un fuerte rebote en el primer caso con un crecimiento de 5,2%, que se verá limitado al 2,8% si se produce una segunda ola de la pandemia.
"La elección entre salud y economía es un falso dilema. Si la pandemia no es controlada, no habrá recuperación económica robusta", advirtió por videoconferencia el secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría, en referencia al impacto de la pandemia que obligó a confinar a la mitad de la humanidad.
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A principios de marzo, mientras que el coronavirus ya había golpeado de lleno a China pero todavía no a las otras grandes economías del planeta, la OCDE apostaba aún a un crecimiento mundial de 2,4% para este año.
Se registre o no una segunda ola del nuevo coronavirus, “al final de 2021 la pérdida de ingresos superará a la de todas las recesiones anteriores de los últimos cien años salvo en periodo de guerra, con consecuencias terribles y duraderas para las poblaciones, las empresas y los gobiernos”, afirma la jefe economista de la OCDE Laurence Boone.
La zona euro se verá particularmente afectada con un retroceso previsto del Producto Interior Bruto (PIB) de 9,1% en el escenario más favorable, y de 11,5% en caso de segunda ola en 2020.
España sufrirá una caída de 11,1% en caso de que la pandemia ya haya pasado, y de 14,4% en caso de nueva ola.
En América Latina, Argentina tendrá un retroceso de 8,3% y 10,1% en su PIB respectivamente según ambos escenarios posibles.
El impacto será algo más leve en Brasil: -7,4% o -9,1%. Para México las estimaciones son similares, con una caída de 7,5% u 8,6%, de acuerdo al escenario.
Para Estados Unidos, la OCDE prevé una caída del PIB de 7,3% u 8,5%, respectivamente según los escenarios.
China, que el año pasado creció 6,1%, sufrirá en 2020 una contracción de 2,6% en su economía, que puede ser de 3,7% si el virus regresa con fuerza.
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De la integración a la fragmentación
Gurría instó a que la crisis actual sea la ocasión para una transición hacia un "crecimiento más sólido y más duradero". "El objetivo no es regresar a la normalidad", porque "la normalidad es lo que nos llevó adonde nos encontramos actualmente".
Por su lado la jefa economista de la OCDE sostuvo que "en todas partes, el confinamiento ha reforzado las desigualdades entre los trabajadores", ya que los más calificados han podido recurrir al teletrabajo y los más jóvenes y menos calificados están "a menudo en primera línea" en la lucha contra la pandemia.
La pandemia del nuevo coronavirus “aceleró el vuelco de una ‘gran integración’ a una ‘gran fragmentación’” de la economía mundial con la aparición de “restricciones adicionales al comercio y las inversiones”, afirma Boone.
Para que las economías puedan recuperarse, la OCDE propone "reforzar los sistemas de salud" y "facilitar las evoluciones de los oficios reforzando al mismo tiempo la protección de los ingresos", así como "volver más resistentes a las cadenas de abastecimiento".
"Los gobiernos tienen que aprovechar esta oportunidad para concebir una economía más justa y duradera, volver más inteligentes a la competencias y las regulaciones, modernizar la fiscalidad, los gastos y la protección social", continúa Boone.
La jefa economista de la OCDE apunta en particular al papel esencial de la confianza, sin la cual ni el consumo ni la inversión se recuperarán.
Fuente: AFP.
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