Y es que el parón económico envió al desempleo a cientos de miles de personas y disparó la pobreza de forma más aguda que cuando la crisis del 2008, el año en que estalló la burbuja inmobiliaria en España.
Por primera vez en sus vidas, muchas familias, sobre todo en Madrid, están teniendo que pedir comida en parroquias y asociaciones de vecinos.
El gobierno enfatizó que con la medida, presupuestada en 3.000 millones de euros anuales (3.340 millones de dólares), quiere eliminar la pobreza extrema, que según sus cálculos afecta a 600.000 hogares y 1,6 millones de personas.
Precisamente, en febrero, el Relator Especial de la ONU sobre la Extrema Pobreza, Philip Alston, dijo al término de una misión que España le estaba "fallando por completo a las personas que viven en la pobreza, cuya situación ahora se encuentra entre las peores de la Unión Europea".
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El ministro español de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, explicó que en el caso de España se reduce “mucho menos” que en otros países vecinos la tasa de pobreza extrema después de las transferencias públicas, quedando en un 9%, frente a una media europea del 5,4%.
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Fuente: AFP