Washington, Estados Unidos | AFP.

Los astronautas de la Nasa Robert Behnken y Douglas Hurley llegaron el miércoles al Centro Espacial Kennedy en Florida, desde donde despegarán en una semana a bordo de una cápsula diseñada por SpaceX, el primer vuelo tripulado estadounidenses después de nueve años de interrupción.

"El camino fue largo", dijo Hurley, quien participó en el último vuelo del programa de transbordadores de Estados Unidos en julio de 2011.

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Desde entonces, los astronautas estadounidenses se han trasladado a la Estación Espacial Internacional (ISS) exclusivamente en cohetes rusos Soyuz, una dependencia que el país está ansioso por romper.

Los dos hombres inaugurarán la cápsula Crew Dragon de SpaceX, probada con un maniquí a bordo el año pasado, pero nunca con humanos.

El 27 de mayo, un cohete Falcon 9 de la compañía espacial fundada por Elon Musk despegará del Centro Kennedy para poner en órbita la cápsula, que luego atracará en la ISS, donde actualmente se encuentran dos rusos y un estadounidense.

"Este es el momento ideal para ser astronauta, para poder volar a bordo de una nueva nave espacial", dijo Behnken en una conferencia de prensa en Florida, adonde llegaron desde Houston en un avión de la Nasa.

Ambos astronautas han estado en cuarentena desde el 13 de mayo.

El administrador de la Nasa, Jim Bridenstine, reiteró que esta será la quinta vez en toda la historia que se estrene un nuevo vehículo espacial estadounidense después de los programas Gemini, Mercury, Apolo y el de Transbordadores.

Pero a diferencia de estos viejos programas, cuyo costo era de decenas de miles de millones de dólares, la Nasa ha establecido asociaciones público-privadas, con SpaceX por un lado y el gigante aeroespacial Boeing por el otro.

La agencia espacial financió el desarrollo de las cápsulas de cada fabricante (la de Boeing se llama Starliner), pero sobre la base de contratos de servicio que garantizan seis viajes de ida y vuelta a la EEI, lo que redujo el gasto público.

El lanzamiento del 27 de mayo se realizará sin el público habitual debido a la pandemia de covid-19.

La NASA atraviesa un período agitado después de que el presidente Donald Trump ordenara a la agencia regresar a la Luna en 2024, imponiendo un calendario acelerado muy arriesgado.

El jefe del programa de vuelos tripulados, Doug Loverro, renunció abruptamente el martes apenas seis meses después de ser designado. Se desconocen los motivos.

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