Pekín, China. AFP.
No hay ceremonia en la iglesia, ni champán, ni banquete para 200 personas, pero en cambio, los novios están acompañados por miles y hasta millones de espectadores en línea. El coronavirus ha llevado a los chinos a recurrir a las bodas en línea, sin escatimar en efectos especiales.
En el mundo entero, la epidemia de COVID-19 ha obligado a muchas parejas a aplazar su boda o a hacerlo en pequeños grupos. Pero en un país tan poblado y conectado como China, las parejas no dudan en invitar a decenas de miles de personas a seguir la ceremonia por internet.
Es lo que han hecho Ma Jialun y su futura esposa Zhang Yitong. La pareja invitó a más de 100.000 desconocidos a seguir el día más feliz de sus vidas en tiempo real en la plataforma de vídeo en línea Bilibili.
En la depresión epidémica, “ha sido genial poder compartir nuestra felicidad con mucha gente, incluidos internautas desconocidos”, comenta Ma Jialun.
Para empezar con buen pie su nueva vida, los tortolitos han recibido incontables “me gusta”, felicitaciones, regalos y hasta los tradicionales “sobres rojos” virtuales, es decir dinero.
En el acto, solo una decena de personas estaban físicamente presentes para oír a la pareja darse el sí, quiero durante la ceremonia que se celebró el 1 de mayo en Hangzhou (este).
Ma y Zhang iban a casarse en enero, pero la aparición del nuevo coronavirus y la cancelación de transportes los llevó a cambiar el programa: ambos se encontraban en lugares diferentes y no pudieron reunirse hasta la víspera de su boda, tras tres meses de separación.
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Nosotros dos y 10 millones de ojos
Mientras la vida recupera la normalidad en el país asiático con la disminución drástica de casos de COVID-19, las grandes congregaciones y los banquetes de matrimonio siguen prohibidos.
En China, las bodas suelen consistir en una celebración en la alcaldía o en algún lugar de culto. Los novios se limitan habitualmente a invitar a sus allegados en un hotel o restaurante, después de multiplicar las sesiones de fotos con trajes de novios alquilados en lugares considerados románticos.
Para Liu Wenchao, la fiesta quedó reducida a su mínima expresión: él y su prometida intercambiaron los anillos, brindaron y comieron unos aperitivos solos en la habitación donde iban a pasar su noche de bodas.
Pero el vídeo del acontecimiento, difundido en diferido en Bilibili, fue un éxito: 5 millones de visitas y más de 860.000 “me gusta”.
“No me esperaba que a tanta gente le gustara nuestro video”, dice la recién casada, pro de la tecnología ya que enseña en línea. “Probablemente, la gente necesita noticias buenas durante este largo periodo de epidemia”, señaló.
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En línea todo es posible
Otra plataforma de vídeo en línea, Huajiao, produjo directamente una boda hollywoodiense, completamente virtual, para una de sus empleadas que se casó en abril. Como telón de fondo, un castillo de cuento de hadas. En primer plano: la prometida y su príncipe encantado se casan en un globo.
“Cuando preparábamos la fiesta, la novia nos explicó que su sueño era casarse en un globo delante de un castillo. Por tanto, hemos utilizado los efectos especiales para realizar su sueño”, dice Liu Qi, organizador de bodas en línea en Huajiao.
“Quizá no sea fácil hacerlo en la vida real pero en línea todo es posible”, se regocija.
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