Montevideo, Uruguay. AFP
El crucero australiano Greg Mortimer, con más de 100 casos de coronavirus a bordo, atracó este viernes en el puerto de Montevideo para iniciar la evacuación de pasajeros que abordarán un avión sanitario rumbo a Melbourne.
Alrededor de 110 australianos y neozelandeses desembarcarán del buque que estuvo fondeado en aguas uruguayas por dos semanas con más 200 personas a bordo, de las cuales 128 dieron positivo en pruebas de coronavirus, según la naviera propietaria del barco.
“Si todo sale bien, el Uruguay va a estar finalizando una misión humanitaria compleja, pero necesaria. Nosotros no lo consideramos una opción, sino un imperativo ético”, dijo el canciller Ernesto Talvi, ataviado con una mascarilla, en una rueda de prensa en el puerto, adonde llegó para observar el operativo.
El gobierno uruguayo, que considera a todas las personas del crucero como contaminadas por COVID-19, coordinó la evacuación tras una “muy estrecha colaboración” con su par australiano y con la naviera Aurora Expeditions.
De acuerdo con el cronograma difundido, sobre las 21:30 (00:40 GMT del sábado) comenzará el descenso de los pasajeros, que se trasladarán en buses al aeropuerto internacional de Carrasco con una fuerte escolta policial.
Una vez en la terminal aérea, irán directo a pista para subir al Airbus A340 equipado especialmente para una evacuación médica y con personal de salud a bordo que llegó a Montevideo esta madrugada. Tiene previsto partir hacia Australia a la 1:40 del sábado.
La evacuación se realizará "bajo estrictas medidas sanitarias", por lo que los pasajeros no pasarán por las ventanillas de migraciones ni manipularán equipaje.
Asimismo, el avión se organizará por zonas de riesgo, "con los pasajeros sentados según los resultados de las pruebas y el nivel de atención requerido", anunció este viernes Aurora Expeditions.
Imágenes televisadas del atraque del crucero mostraron cómo algunos pasajeros blandían una bandera con la inscripción "Gracias Uruguay".
Talvi aseguró que ha recibido numerosas muestras de agradecimiento en estos días. "Tenemos una carta que escribió un pasajero que realmente es conmovedora, absoluta y totalmente conmovedora. Solo esa carta valió todo esto", afirmó.
Cinco dados de alta
En tanto, cinco de las ocho personas que días pasados debieron bajar del buque para ser hospitalizadas en Montevideo por síntomas graves de coronavirus serán dadas de alta, informó el canciller.
Entre ellas, hay tres pasajeros australianos que abordarán el vuelo humanitario. Se trata del matrimonio que bajó del barco el miércoles con neumonía y de otro ciudadano australiano que había sido internado la semana anterior.
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Los otros que podrán dejar el sanatorio son dos filipinos miembros de la tripulación que volverán al buque para hacer la cuarentena.
Permanecerán internados en la capital uruguaya una ciudadana británica y dos australianos. Estos dos últimos, un hombre y una mujer que es la que se presenta más delicada de salud, tienen en el buque a sus parejas, que se quedarán en Montevideo.
“Con todas las garantías sanitarias, se los va a trasladar hasta el hospital para que queden acompañando a sus cónyuges. Es un momento complicado para ellos, no quisimos que se fueran cuando su marido y su mujer están aquí pasando un momento difícil y están solos”, dijo Talvi.
Una vez realizada la evacuación, quedarán todavía en el crucero más de 80 miembros de la tripulación y una veintena de pasajeros estadounidenses y europeos.
El ministro señaló que los tripulantes son más jóvenes "y por ende menos expuestos a riesgos".
Luego de aprovisionarse de agua, combustible y alimentos y evacuar residuos, el buque volverá el sábado a la zona de fondeo, a unos 20 km del puerto de Montevideo.
“Cuando la cuarentena termine los pasajeros que quedan seguramente van a poder regresar a través de líneas comerciales y la tripulación volverá al destino que tenía planeado el buque”, dijo Talvi.
La naviera informó este viernes que está trabajando en opciones de vuelos chárter para poder devolver a los europeos y estadounidenses a sus hogares.
El Greg Mortimer, con bandera de Bahamas, zarpó el 15 de marzo de Ushuaia, de dónde tenía previsto dirigirse a las Islas Malvinas, a las Islas Georgias del Sur y después navegar por la costa de la Península Antártica.
Pero tras los primeros signos de COVID-19 entre pasajeros, que según hipótesis pudieron contaminarse en la austral ciudad argentina, el buque cambió de rumbo y terminó varado frente a Montevideo.
El gobierno uruguayo no le dio permiso para desembarcar, pero envió un grupo de médicos y personal de laboratorio para realizar hisopados y brindar asistencia médica.
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