São Paulo, Brasil | AFP |

El estado brasileño de Ceará (noreste) registró 170 muertes violentas en seis días, en medio del motín de la policía militar en protesta por mejoras salariales, informó este martes la Secretaría de Seguridad regional.

Los homicidios se produjeron entre las 00H00 del miércoles y las 23H59 del lunes, en plena época de Carnaval. El número de casos prácticamente quintuplica el promedio de seis por día registrado desde inicios de año en ese estado.

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A pesar del aumento, los números reflejan una disminución desde el viernes, día pico de la ola de violencia, cuando fueron registrados 37 asesinatos.

El motín de los policías militares (PM), un cuerpo de mantenimiento del orden que depende de la autoridad de cada estado y que tiene prohibido por ley hacer huelga, estalló el martes pasado por la noche.

Un grupo de agentes ocupó cuarteles, atacó varias patrullas y se declaró en huelga, tras dos meses de infructuosas negociaciones por aumentos salariales. En los días siguientes se registraron robos de patrullas y destrucción de instalaciones policiales, y el número de muertes violentas en las calles se disparó.

El miércoles, el senador de centroizquierda Cid Gomes fue baleado cuando, a bordo de una retroexcavadora, intentó romper un piquete de policías amotinados en Sobral, ciudad a 230 km de Fortaleza (capital del estado).

Tras ser hospitalizado, el exministro de Educación del gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016) y hermano del excandidato presidencial Ciro Gomes recibió el alta este domingo y sigue la rehabilitación en su residencia de Fortaleza.

Ante el caos, el gobierno del presidente Jair Bolsonaro envió el viernes unos 2.500 efectivos militares y de la Fuerza Nacional, que actúa a pedido de los estados para reforzar la seguridad.

Este martes, en el octavo día de la paralización, por lo menos tres batallones seguían invadidos y un número elevado de agentes seguía en huelga, según la prensa local.

En una visita de varios ministros al estado de nordeste del país, el titular de Justicia, Sergio Moro, dijo el lunes que “no hay una situación de absoluto desorden en las calles” y que las “fuerzas federales tienen como único objetivo la protección de la población en reemplazo de los policías que paralizaron sus actividades”.

Según datos divulgados por la prensa local, hasta la noche de este lunes más de 200 agentes habían sido suspendidos temporalmente por su participación en el motín y 47 habían sido presos por deserción.

Con una población de 8,8 millones de habitantes, Ceará fue paralizada hace un año por más de 200 ataques de facciones criminales descontentas por el endurecimiento de las medidas de seguridad en las cárceles. Una nueva ola de violencia se produjo en septiembre.

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