Moscú, Rusia | AFP |
Siete personas y miles de personas evacuadas este lunes por explosiones provocadas por un incendio en un depósito de municiones en Siberia, indicaron las autoridades locales.
Las explosiones, causadas por un incendio cuyo origen se desconocía, comenzaron a las 10H00 GMT en un depósito de obuses en una unidad militar cerca del pueblo de Kamenka, precisó el comunicado publicado en la página oficial del gobernador de la región de Krasnoyarsk, Alexander Uss.
"Según nuestras estimaciones, unas 6.000 personas deben ser evacuadas", declaró Uss, quien se dirigió al lugar del siniestro, al canal de televisión Rossia 24. "Las evacuaciones terminaron o están en curso", agregó.
El personal del depósito también fue evacuado, indicó el gobernador.
Según fuentes médicas, siete personas resultaron heridas por las explosiones, y dos de ellas tuvieron que ser hospitalizadas, indicó la agencia estatal de noticias TASS.
Testigos publicaron en Internet videos en los que se podía ver una espesa humareda elevándose por encima de un bosque ubicado al lado del depósito.
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Humo en el Polo Norte: se agravan incendios en Siberia
Los incendios forestales que azotan a Siberia siguen empeorando este lunes, indicaron las autoridades rusas, una catástrofe que ha alcanzado tal magnitud que incluso el humo ha llegado al Polo Norte, según constató la NASA. Los científicos rusos apuntan a que los incendios actuales son una consecuencia del aumento global de las temperaturas.
En la región de Yakutia, un área enorme y escasamente poblada en el norte de Siberia, la situación “continúa empeorando con una tendencia creciente en el número y área de incendios forestales”, precisó este lunes la agencia meteorológica rusa Rosguidromet en su sitio web.
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Según este organismo, más de 3,4 millones de hectáreas de bosques se han quemado, incluso en puntos “de difícil acceso y remotas”. “Un humo espeso se extiende a lo largo de la vasta zona”, subrayó. La agencia espacial estadounidense NASA, por su parte, informó el sábado en un comunicado que el humo de los incendios en Yakutia había “atravesado más de 3.000 km hasta llegar al Polo Norte, lo que parece ser el primero en la historia documentada”.
La NASA asegura que “el humo denso y acre emitido por los incendios forestales cubrió el 6 de julio la mayor parte de Rusia”, fotografiada por satélites. Durante una visita a Yakutia a finales de julio, los bomberos y las autoridades locales dijeron a la AFP que carecían de hombres, equipos y otros recursos para hacer frente a la magnitud de los incendios.
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Los ecologistas cuestionan la política rusa de extinción de incendios forestales, incluido un decreto del Gobierno de 2015 que permite a las autoridades locales ignorar los incendios si el costo de apagarlos excede el daño estimado.
Según Alexei Yaroshenko, especialista sobre medioambiente de Greenpeace Rusia, los incendios ya han devastado 14,96 millones de hectáreas en este país desde el 1 de enero, el peor año después de 2012. Precisamente, los expertos en clima de la ONU (IPCC) publicaron este lunes un informe en el que afirman que la humanidad es “indiscutiblemente” responsable del cambio climático y no tiene más remedio que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, si quiere limitar los daños.
Fuente: AFP.
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Incendios en Siberia: “Necesitamos más gente”, piden los exhaustos bomberos
Pese a las espesas nubes de humo que se alzan sobre la gigantesca región siberiana de Yakutia, Yegor Zakharov y su equipo tratan de impedir que el humeante bosque arda todavía más. Miembro del Servicio Aéreo ruso de Protección Forestal, su equipo pasó recientemente una noche de julio patrullando cinco kilómetros de cortafuegos que cavaron en las inmediaciones de la localidad de Byas-Kyuel para impedir que el incendio avanzara.
Con respiradores artificiales para combatir el humo, los hombres encienden tiras de caucho que cuelgan de palos, y con ellos prenden el suelo reseco del bosque en el otro lado del cortafuegos en quemas controladas. El equipo ha perdido la cuenta de los incendios en los que han intervenido desde finales de mayo, la mayoría con éxito, otras veces no tanto, mientras Yakutia sufre otra de las peores temporadas de incendios en años.
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“Mantuvimos una propiedad durante ocho días, pero al final se quemó porque los tractores nunca llegaron”, lamenta Zakharov al explicar que, en estos casos, usan palas para cavar zanjas. Pero más que equipo, lo que necesita este líder de la brigada, de 35 años, es “más gente”.
Azuzados por las altas temperaturas estivales, los incendios han arrasado más de 1,5 millones de hectáreas en la pantanosa taiga de coníferas, y todavía queda un mes más de temporada de incendios en Siberia. En los últimos años, muchas regiones de Rusia han sufrido olas de calor y sequías generadas por el cambio climático, llegando a registrar récords de temperaturas.
Este es el tercer año consecutivo que Yakutia, la región más fría de Rusia, que bordea el Océano Ártico, registra incendios tan voraces que han desbordado al Servicio Aéreo de Protección Forestal.
Mano de obra limitada
La brigada, que cuenta 250 trabajadores permanentes y 150 contratados durante el verano, y lucha contra los incendios desde el aire --llega en paracaídas o en tractores--, es responsable de una región cinco veces el tamaño de Francia.
Su objetivo, dice el piloto jefe de observadores de Yakutia Svyatoslav Kolesov, es apagar completamente los incendios. Pero también tienen que contener las llamas que desbordan la capacidad del personal. El número de bomberos en la región está lejos de ser el idóneo, dice Kolesov a la AFP, recordando que cuando empezó en 1988 el servicio tenía unos 1.600 trabajadores que se han ido reduciendo año a año.
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Kolesov, que monitorea los incendios desde el cielo y da instrucciones a los equipos en tierra, dice que, con los recursos limitados, el grupo suele monitorear los nuevos focos hasta que se propagan. Solo entonces interviene un equipo. “Y si los incendios se propagan rápidamente y cubren pronto una gran zona, entonces tratamos de salvar zonas habitadas y objetivos estratégicos”, explica.
Los ambientalistas acusan que el Estado ruso infradota de recursos a los bomberos forestales. El ministerio de Medio Ambiente estipuló en 2015 que las regiones pueden ignorar un incendio cuando el coste de combatirlo supere los daños esperados. “Llevamos años diciendo que Rusia necesita como mínimo triplicar el presupuesto para combatir los incendios”, dice a la AFP Grigory Kuksin, el responsable de la unidad de incendios forestales de Greenpeace en el país.
“Todo se quemaría”
A principios de julio, Rusia movilizó al ejército y a los ministerios de emergencia para ayudar a Yakutia a combatir el fuego. Docenas de voluntarios participaron en la lucha. Pero la falta de fondos del Servicio Aéreo de Protección Forestal, el único grupo totalmente dedicado a este cometido, según Kolesov, se hacen palpables en tierra.
Zakharov dice que ha solicitado en varias ocasiones un cuatrimoto para que sus hombres puedan patrullar por el cortafuegos en vez de hacerlo andando. “Le presto la mayor parte del material al equipo que está cerca del incendio”, explica. Sin embargo, en una reunión reciente, las autoridades menospreciaron los avances que realizó su equipo de cinco trabajadores permanentes y ocho colaboradores durante el verano.
“¿Qué derecho tienen a criticarnos?” espetó Zakharov antes de que terminara el encuentro. “Nuestra gente ha estado trabajando sin descanso durante un mes entero. ¡Cualquiera empezaría a cansarse!”. El líder de la brigada y sus hombres están dispuestos a seguir luchando contra el fuego. Después de Byas-Kyuel, irán al próximo incendio sin ni siquiera descansar. “Si no estuviéramos, todo se quemaría”, dice Zakharov.
Fuente: AFP.
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Del Polo Sur al Polo Norte, desafían a la distancia
Las distancias físicas se volvieron un condicionamiento en el mundo por el COVID-19 y eso inspiró al programa “Asamblea”, transmitido por canal GEN, para conectar a dos personas que viven en polos totalmente opuestos, uno desde Siberia, Rusia, y el otro desde la Antártida.
A unos 17 mil km uno de otro, en una entrevista tan distante, viviendo a horas de viaje del Polo Sur y Norte, el Tte Cnel. Nahuel Tripay Base Milo, que se encuentra en la Base Militar Esperanza en Antártida, a 8.000 km de Asunción, describió lo que es vivir en un lugar alejado de todos.
Actualmente, viven tan solo 63 personas que representan 10 familias con 15 niños y adolescentes, trabajan de lunes a sábado, se levantan a las 7:00 e inician sus actividades laborales en la base militar a las 8:00, desde diferentes áreas y especialidades. Además, en plena pandemia es el único continente libre de COVID-19, comentó el teniente coronel.
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El rol fundamental de la base militar es el resguardo de los estudios científicos que se realizan en este sitio geográfico. “Es un lugar destinado a la paz y la ciencia, un día como hoy de 1961 nuestro país ratificaba el Tratado Antártico, firmado en el año 1959, entonces se compromete con las actividades relacionadas a la ciencia y las FFAA son el sostén logístico de la ciencia, vienen decenas de científicos a realizar estudios”, describió.
En otro lado del mundo, Camilo Román, profesor de Lenguas en Siberia, Rusia, comentó cómo fue a parar a un remoto lugar del mundo. Todo se inició con un oferta laboral en un instituto de lenguas que duraría aproximadamente 9 meses, pero la historia fue distinta cuando conoció a su actual esposa, con la que se casó hace 4 años y tiene un hijo de 2 años.
Realiza actividades educativas en otro instituto en la actualidad. Se destacan entre sus actividades laborales enseñar inglés, español y teatro.
Vive en Surgut, una ciudad fría, según mencionó. Además es considerada la capital petrolera. “Sería como Ciudad del Este con Itaipú”, añadió. En el lugar viven unas 500 mil personas, entre ellas inmigrantes.
Ahora están en temporada de verano y siendo las 6:00 tienen una temperatura de 11 ºC. Lo peculiar de esa zona es que en esta temporada se tienen las conocidas “noches blancas”, que significa que tienen las 24 horas del día la luz del sol por 3 meses. Mientras que durante el invierno la situación se invierte, ya que no tienen sol por 3 meses.
Ante la distancia y la proximidad, “La Asamblea” expuso experiencias diferentes de vida arriesgando la normalidad y la costumbre. Los dos invitados demostraron que pese a los kilómetros de distancia, la tecnología hoy en día los mantiene más próximos.
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Demanda china de marfil impulsa una “Fiebre del mamut” en Siberia
Yakutsk, Rusia | AFP
Agachado cerca de un cobertizo de madera en su jardín nevado, Prokopi Novogovitsin levanta una lona y saca una vértebra del tamaño de un plato. Es parte del esqueleto de un mamut, un animal que causa furor en Siberia por el marfil de sus colmillos.
"Unos amigos lo encontraron en el norte. Querían venderlo pero le faltan los colmillos, así que nadie lo quiso", explica Novogovitsin, habitante de la región rusa de República de Sajá, en la Siberia oriental.
En esta región rusa de tres millones de kilómetros cuadrados y ribereña del océano Ártico, el permafrost hace las veces de un enorme congelador que conserva los animales prehistóricos, especialmente los mamuts.
La demanda de colmillos de mamuts explotó el año pasado, después de que las autoridades chinas prohibieran la importación y venta de marfil de elefantes. Como los escultores de marfil son muy populares en China, los compradores pusieron la vista en Siberia.
De las 72 toneladas de colmillos de mamuts exportadas por Rusia en 2017, 80% fueron a China.
Según las autoridades, en la República de Sajá yacen 500.000 toneladas de colmillos de mamuts, bautizadas "el marfil de los hielos". Son un vestigio del Pleistoceno, un periodo que duró unos 2,5 millones de años y terminó hace 11.000 años y durante el cual miles de mamuts vivían en las estepas de Rusia.
Los cazadores y pescadores locales recopilaron durante años estos huesos en las corrientes de agua o cerca de las costas, pero sus precios se dispararon en la última década, lo que motivó la llegada de buscadores de fortuna.
Esto generó una nueva fuente de ingresos, pues el marfil de mamut de buena calidad se negocia a casi 900 euros (1.000 dólares) el kilo en la región. Al mismo tiempo, permitió un aumento de los descubrimientos paleontológicos.
Los cazadores de colmillos pueden obtener licencias, pero el comercio aún no está completamente regulado y algunos de ellos se quejan de la presión de las autoridades.
- "¡Devuelva el marfil al pueblo!" -
"Hay una fiebre por los mamuts en este momento", afirma a la AFP un cazador de marfil que trabaja de forma legal desde hace más de 10 años pero desea mantener el anonimato.
El Parlamento ruso intenta aprobar desde hace cinco años una ley que delimite totalmente este comercio.
El año pasado, varios buscadores de marfil se manifestaron en Yakutsk, la capital de la región, contra la confiscación de sus hallazgos por las autoridades. Algunos carteles rezaban: ¡Putin, devuelva el marfil al pueblo!".
Según el diputado regional Vladimir Prokopiev, mientras no se promulgue una ley, la situación estará en punto muerto.
Prokopiev recuerda que 90% de los buscadores encuentran marfil simplemente recogiéndolo del suelo y considera que debería prohibirse el uso de chorros de agua para cavar túneles en las márgenes de los ríos o a lo largo de los relieves, ya que esa práctica es perjudicial para el permafrost.
- "Oligarcas del marfil" -
Los coleccionistas de marfil están especialmente preocupados por un documental emitido recientemente en la cadena pública Rossia-24, que los acusaba de llevar a cabo un comercio "criminal" sobre el que las autoridades locales cerrarían los ojos.
Según Vadimir Porkopiev, el reportaje lo ordenaron los "oligarcas del marfil", mayoristas que solían garantizar la intermediación con los buscadores locales hasta que los chinos fueron a negociar directamente a la República de Sajá.
Sin embargo, Valeri Plotnikov, un paleontólogo de la Academia de Ciencias de la República de Sajá, considera que esta fiebre por los mamuts da pie a estudiar nuevos especímenes, como un león de las cavernas hallado el pasado verano boreal.
"Tenemos una simbiosis con los buscadores oficiales de marfil", afirma el científico, que explica que los buscadores de marfil les proporcionan valiosos especímenes de forma gratuita, pero siguen siendo sus propietarios y reciben una contrapartida económica cuando son expuestos en el extranjero.
Su laboratorio también recibe marfil confiscado a los buscadores que trabajan ilegalmente o en zonas protegidas.
Aisen Nikolaiev, gobernador de la República de Sajá, espera que en 2019 se adopte una ley que regule esta materia, aunque reconoce que "hay cierta resistencia".
Sin una ley nacional que clasifique el marfil de mamut como un recurso natural especial, su comercio permanecerá en "una zona gris".
Algunos habitantes, como Prokopi Novogovitsin, subrayan por su parte que la venta de colmillos de mamuts permite limitar la caza de elefantes. “Nuestros esqueletos muertos salvan elefantes vivos”.