Madrid, España | AFP | por Patrick RAHIR
Con una nueva cita electoral prevista en menos de un mes, España afrontaba este lunes semanas de negociaciones antes de formar gobierno, al día siguiente de que el socialista Pedro Sánchez ganara las legislativas sin mayoría absoluta.
El 26 de mayo, los españoles volverán a las urnas para votar en elecciones municipales, europeas y también regionales, en 12 de las 17 autonomías del país. Antes de decantarse por una opción u otra, Pedro Sánchez preferirá medir fuerzas de forma definitiva.
"Tenemos que ver qué sucede en los ayuntamientos (...) en muchas comunidades autónomas y por supuesto en el Parlamento Europeo", declaró este lunes la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, en una entrevista con Radio Nacional de España.
"No hay ninguna prisa", de momento "seguimos en campaña", enfatizó.
En este panorama, Sánchez, presidente en funciones desde este lunes, podrá tomarse tiempo para reflexionar. "Podemos seguir manteniendo el día a día, el rumbo de la administración general del Estado", destacó la vicepresidenta del ejecutivo, Carmen Calvo.
El líder socialista, llegado al poder en junio tras una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy, se ve ahora legitimado por la clara victoria del domingo, donde obtuvo 123 de los 350 escaños de la cámara baja.
Además, su Partido Socialista le arrebató al Partido Popular la mayoría absoluta en el Senado.
Muy detrás queda un PP descalabrado, con sólo 66 diputados, frente a los 137 que obtuvo en las últimas legislativas, en 2016.
La coalición de derechas está descartada, ya que la suma de PP con los liberales de Ciudadanos (57 escaños) y la ultraderecha de Vox, que se estrena en el Parlamento con 24 diputados, se queda en un total de 147. Muy lejos por tanto de la mayoría absoluta, fijada en 176 curules.
Varias opciones para Sánchez
Pedro Sánchez en cambio dispone de varias opciones, que deberá sopesar.
Puede seguir gobernando en solitario, como lo ha hecho durante más de 10 meses, aunque esta vez con 123 diputados y no ya 85. "Lo vamos a intentar", avisó este lunes Carmen Calvo.
Otra opción sería abrir su gobierno a la izquierda radical de Podemos, que le ha garantizado su apoyo. La formación ha salido debilitada de las legislativas (42 escaños, frente a 67 en la anterior legislatura), y no podrá dictarle sus condiciones.
Con el apoyo de varios partidos regionales, Sánchez rozaría la mayoría absoluta. Y le bastaría con la abstención de un solo diputado catalán para ser entronizado en una segunda votación de investidura en el Parlamento, donde es suficiente con tener más síes que noes.
Igualmente, una tercera opción sería ampliar su coalición con Podemos a los separatistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), sumando una mayoría de 180 escaños.
En los últimos meses, Esquerra se ha mostrado más moderada que el partido del expresidente regional Carles Puigdemont, Junts per Catalunya. Pero no deja de ser un aliado incómodo, con su planteamiento de negociar un futuro referendo de autodeterminación en Cataluña, condición inaceptable para Sánchez.
Abroncado por la derecha
La derecha mientras tanto lo acusa de estar listo para pactar con los separatistas en detrimento de la unidad de España.
En teoría, Pedro Sánchez podría también aliarse con Ciudadanos, con el que sumaría mayoría absoluta, 180 escaños.
Pero su líder, Albert Rivera, ha desplegado en el último año una campaña muy virulenta contra el socialista, y está tratando ya de posicionarse como el líder del centro-derecha, tras la debacle del PP.
Por lo demás, la posibilidad de aliarse con Ciudadanos parece levantar resistencias entre la militancia socialista, como quedó en evidencia la noche del domingo, cuando cientos de ellos le gritaron a Sánchez "¡Con Rivera no, con Rivera no!".
Este mismo lunes, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, aminoró aún más la posibilidad de un acuerdo con Sánchez.
“Tenemos al frente de Moncloa [la oficina del presidente del gobierno] un peligro público, una persona capaz de hacer cualquier cosa”, dijo la flamante diputada, y prometió que “vamos a ser los líderes de la oposición”.