Trípoli, Libia | AFP | por Imed LAMLOUM

La comunidad internacional seguía dividida en torno a la ofensiva lanzada por el mariscal Jalifa Haftar sobre Trípoli, sede del Gobierno de Unidad Nacional (GNA) y bombardeada con cohetes que dejaron seis muertos.

Gran Bretaña presentó el lunes por la noche en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución sobre Libia que reclamaba un cese al fuego y un acceso humanitario sin condiciones a las zonas de combate cerca de Trípoli. Pero según diplomáticos de la ONU el proyecto no recaba la unanimidad.

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Desde el 4 de abril, cuando lanzó la ofensiva, el Ejército Nacional Libio (ENL) del caudillo Haftar está estacionado al sur de la capital, aunque proclame a diario diferentes victorias.

En dos semanas de combate murieron al menos 189 personas y 18.000 tuvieron que huir, según la ONU.

Cuando el martes por la noche se reunía el Consejo de Seguridad en Nueva York, sobre la capital libia caían cohetes.

Seis personas, tres de ellas mujeres, murieron en los barrios residenciales de Abu Slim y Al Antisar, en el sur de la capital, según la Oficina de Coordinación de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA).

El alcalde del barrio de Abu Slim, Abdelrahman Al Hamdi, confirmó el balance de seis muertos, añadiendo que otras 35 personas resultaron heridas. En un anterior balance, los servicios de emergencia dieron cuenta de tres muertos y ocho heridos.

Fayez al Sarraj, el jefe del GNA, reconocido por la comunidad internacional, se desplazó al lugar durante la noche.

“Crímenes de guerra”

En un video difundido por su servicio de prensa, Sarraj denunció "la barbarie" del mariscal Haftar que califica de "criminal de guerra".

"Vamos a presentar mañana todos los documentos a la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad", agregó.

Sarraj estima que era "responsabilidad jurídica y humanitaria del Consejo de Seguridad y de la comunidad internacional responsabilizar a ese criminal por sus actos".

El martes, la fiscal del CPI Fatou Bensoudau advirtió que no dudará en ampliar sus investigaciones por crímenes de guerra y contra la humanidad en Libia.

Pero el ENL desmintió haber disparado cohetes y denunció "actos terroristas".

En un comunicado, "el mando general" del ENL acusa a "milicias terroristas que controlan la capital de disparar ciegamente cohetes de tipo Grad y obuses" hacia la ciudad.

En Nueva York seguían el miércoles las negociaciones en el Consejo de Seguridad para adoptar un proyecto de resolución.

Rusia, que la semana pasada bloqueó un proyecto de declaración que invitaba al ENL a suspender su ofensiva, sigue objetando referencias críticas contra Haftar, según diplomáticos de la ONU.

El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dimitri Polyanski, dijo el miércoles a la prensa que "necesitamos tener un buen documento" del proyecto pero se negó a dar ningún detalle sobre los puntos de desacuerdo.

Preguntado sobre si el proyecto de resolución podía ser adoptado esta semana, contestó: "Depende de ellos, no de nosotros", sin dar precisiones.

Combate “para toda la humanidad”

El mariscal Haftar se niega a detener su ofensiva y Sarraj rechaza todo proceso político si antes no hay un cese al fuego y las tropas se retiran hasta las líneas de antes de que comenzara la ofensiva. "Posiciones irreconciliables", observa un diplomático.

En el Consejo de Seguridad "todo el mundo quiere evitar una guerra civil larga con muchas víctimas civiles", indica otro diplomático.

El ENL quiere legitimar su ofensiva sobre la capital presentándola como una guerra contra el "terrorismo".

"No combatimos sólo para Libia sino para toda la humanidad. Queremos sacar a los terroristas de la capital", insistió el martes por la noche un portavoz del ENL.

El GNA desmintió que entre sus fuerzas hubiera personas acusadas de terrorismo.

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