La Paz, Bolivia | AFP |
El gobierno boliviano investigaba este lunes un ataque armado de narcotraficantes, perpetrado la semana pasada y apoyado por pobladores, contra policías antidrogas en la provincia central de Chapare, donde el presidente Evo Morales es líder de los cocaleros.
El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, dijo en rueda de prensa que diez pobladores de la comunidad de San Rafael, en Chapare, están siendo investigados por supuestamente haber dado protección a narcotraficantes que dispararon contra policías antidrogas, dejando dos heridos.
Videos caseros en las redes mostraron a cocaleros de la zona increpando y atacando con palos y armas a los policías, mientras los narcotraficantes huían en una avioneta dejando dos uniformados heridos.
De inmediato, la oposición destacó el liderazgo del presidente en la zona y el hecho de que los pobladores estarían afiliados al sindicato del mandatario.
"No nos interesa si son o no de sindicatos, el trabajo nuestro es identificar a toda persona que esté involucrada en actividades del narcotráfico", atajó Romero.
El viernes pasado, días después del ataque a los policías, la fuerza antidroga destruyó en la misma zona un laboratorio de cristalización de la cocaína y 13 pozas de maceración, un procedimiento previo a la elaboración de esta droga.
Legal e ilegal
Según datos de la oficina antidroga de las Naciones Unidas (UNODC) la mayoría de los 24 laboratorios de cristalización de cocaína destruidos en 2018 en el departamento de Cochabamba (centro), estaban emplazados en el Chapare.
El organismo registró un total de 48 laboratorios destruidos en 2018 en todo el país. La mitad estaban en poblados de Cochabamba, el departamento donde se encuentra el Chapare, erigiéndose esa región como el centro principal de cristalización de cocaína.
Bolivia erradicó en 2018 un total de 11.174 hectáreas de cultivos de coca y decomisó unas 235 toneladas de cocaína y marihuana.
Según Naciones Unidas, hasta 2017 existían en el país 24.500 hectáreas de producción de coca. La ley permite 22.000 hectáreas para fines legales como el mascado, la infusión y los rituales religiosos andinos.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, según datos de Naciones Unidas, tras Colombia y Perú.