Río de Janeiro, Brasil | AFP
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, reafirmó este jueves su promesa de campaña de trasladar la embajada de su país en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, en la senda inaugurada por Estados Unidos.
“Como afirmado durante la campaña, pretendemos transferir la embajada de Brasil de Tel Aviv a Jerusalén. Israel es un estado soberano y nosotros lo respetamos”, tuiteó Bolsonaro, que asumirá sus funciones el próximo 1º de enero.
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Brasil: Bolsonaro moviliza a sus simpatizantes y pide “amnistía”
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que enfrenta un juicio por un presunto intento de golpe de Estado y no puede ser reelegido hasta 2030 por decisión de la Justicia, afirmó este domingo frente a miles de partidarios que su caso constituye “una negación de la democracia”.
“Quiero decir a quienes no me quieren en Brasilia: unas elecciones sin Bolsonaro son una negación de la democracia en Brasil”, expresó durante una manifestación en la famosa playa de Copacabana, en Río de Janeiro. Según un fotógrafo de la AFP, había en el acto menos gente que en una concentración realizada en el mismo lugar en abril de 2024.
El dirigente de extrema derecha que presidió Brasil entre 2019 y 2022 llegó alrededor de las 10:15 locales (13:15 GMT) al estrado, abriéndose paso entre manifestantes vestidos de amarillo y verde, los colores de Brasil. En el escenario, un cartel mostraba al presidente estadounidense Donald Trump con el puño en alto, después del ataque que sufrió en julio durante la campaña electoral en Pensilvania.
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“Vamos a enviar un mensaje a Brasil y al mundo”, afirmó el ultraderechista en un video publicado en redes sociales. “Estoy aquí porque quiero dejar un Brasil mejor para mis hijos. Vivimos un momento oscuro”, declaró a la AFP uno de los manifestantes, el exmilitar de 64 años José de Souza Vitorino.
El lema de la manifestación es reclamar una “amnistía” para las personas condenadas por su implicación en los disturbios del 8 de enero de 2023 en Brasilia. Ese día, miles de bolsonaristas asaltaron y vandalizaron el palacio presidencial, el Congreso y la sede de la corte suprema, una semana después de la investidura del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Mientras Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos, sus simpatizantes exigían una intervención militar para derrocar a Lula, quien había derrotado a su líder en las elecciones de 2022.
Esos disturbios son una de las razones que llevaron a la fiscalía a inculpar en febrero al expresidente por un supuesto plan de golpe de Estado para mantenerse en el poder. Se le acusa de ser el líder de una “organización criminal” que conspiró durante meses con ese propósito. Podría enfrentar una pena acumulada superior a 40 años de prisión.
Candidato “por el momento”
El jueves, la Fiscalía refutó los argumentos de la defensa, que sostenía, entre otras cosas, que la corte suprema no era competente para juzgar a Bolsonaro, junto con otras 33 personas, incluidos exministros y altos mandos militares. La próxima etapa será el 25 de marzo, cuando el máximo tribunal examinará si existen suficientes elementos para abrir un juicio.
Bolsonaro, de 69 años, asegura que es víctima de una “persecución” política para impedir que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2026. Fue inhabilitado hasta 2030 por cuestionar la fiabilidad del sistema brasileño de urnas electrónicas, pero él espera que la condena sea anulada, o que se reduzca su pena, para postularse a un segundo mandato.
“Por el momento, soy candidato”, reiteró el miércoles. “¿Por qué debería renunciar a mi capital político para apoyar a alguien?”. Sueña con un regreso al estilo Donald Trump, de vuelta en la Casa Blanca a pesar de sus problemas judiciales, y espera que el presidente estadounidense, a quien admira, ejerza “influencia” a su favor.
“Enviar un mensaje”
El año pasado tuvieron lugar tres grandes concentraciones a favor de Bolsonaro. Mientras que la primera, en febrero en Sao Paulo, atrajo a cientos de miles de personas, las otras dos tuvieron menos éxito. Para el analista político André Rosa, el objetivo de la manifestación del domingo va “mucho más allá de lograr la amnistía” para los agitadores de Brasilia.
Se trata de “enviar un mensaje a sus competidores dentro de la derecha (...) y reafirmar su intención de ser candidato en 2026″. Bolsonaro se resiste a respaldar a otro candidato, aunque se ha animado a mencionar como posibles relevos a su esposa Michelle y su hijo el diputado Eduardo Bolsonaro.
Pero suenan sobre todo otras figuras como el gobernador del estado de Sao Paulo y exministro de Bolsonaro Tarcisio de Freitas y el popular cantante Gusttavo Lima. “Sigue activo con la esperanza de lograr las condiciones jurídicas para disputar las elecciones”, explica a la AFP Rosa.
La incertidumbre también rodea a la izquierda: Lula, de 79 años y con una popularidad lastrada principalmente por la inflación, se mantiene ambiguo sobre sus intenciones de aspirar a la reelección. Mientras tanto, no deja de atacar a su predecesor, a quien tilda de “cobarde” por haber “planeado un golpe de Estado” antes de “huir” a Estados Unidos a finales de 2022.
Lula llamó el sábado a “defender cada día la democracia contra quienes todavía hoy tienen como proyecto el regreso del autoritarismo”, con motivo del 40º aniversario del fin de la última dictadura militar, que Bolsonaro evoca con nostalgia.
Fuente: AFP
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Golpe de Estado: desestiman defensa de Bolsonaro y sus socios y plantean que sean imputados
La Fiscalía de Brasil ha desestimado las alegaciones de la defensa del expresidente Jair Bolsonaro y sus socios y se ha mostrado a favor de que sean imputados por el Tribunal Supremo por delitos de golpe de Estado e insurrección. Se trata, no obstante, de una declaración protocolaria, como parte de la denuncia que recibió el Tribunal Supremo, que abre un periodo para que las defensas de los acusados puedan presentar sus alegaciones.
La Fiscalía ha apuntado que la investigación contiene “de manera pormenorizada” los hechos constitutivos de delito, ahondando además de “forma comprensible e individualizada la conducta criminal por cada uno de los denunciados”.
Además de Bolsonaro, la Fiscalía hace referencia, entre otros, a los exministros de Defensa Paulo Sergio Nogueira y Walter Braga Netto; al exministro de Seguridad de la Presidencia, el general Augusto Heleno; al exasesor del expresidente brasileño Mauro Cid; o el antiguo jefe de la Marina, Almir Garnier Santos.
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Entre otras alegaciones, las defensas argumentaron que el Tribunal Supremo no es el foro competente para juzgar estos casos, la falta de acceso a todas las pruebas, o que el relator del caso -el juez Alexandre de Moraes- se habría excedido en su competencias. Todas ellas improcedentes, según ha desestimado la Fiscalía.
Archivar o imputar
Ahora compete a De Moraes preparar sus alegaciones sobre cada uno de los acusados y presentarlos a sus compañeros jueces del Supremo, que decidirán si archivar las denuncias o bien imputar a Bolsonaro y su círculo más cercano.
Bolsonaro forma parte de una treintena de personas sobre las que la Fiscalía ha presentado una acusación de golpe de Estado por los ataques a las instituciones del 8 de enero de 2023 en Brasilia, cometidos por una turba de acólitos del expresidente, descontentos con la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva.
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La Fiscalía ha subrayado que Bolsonaro intentó impedir de forma coordinada que se cumpliera el resultado de las presidenciales de 2022, si bien “el plan” comenzó en 2021 con otra serie de acciones y declaraciones con las que cuestionaba las decisiones de los tribunales y la limpieza del sistema electoral.
Asimismo, la Fiscalía ha alertado de la existencia de un plan de Bolsonaro para llevar a cabo no solo un golpe de Estado, sino también los asesinatos de Lula, el vicepresidente, Geraldo Alckmin, y el juez del Supremo, Alexandre de Moraes.
Fuente: Europa Press
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Defensa de Bolsonaro denuncia “irregularidades” en la causa por intento de golpe
La defensa del expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha denunciado “irregularidades” en los procedimientos abiertos contra él por un presunto intento de golpe de Estado en 2022 para mantenerse en el poder tras la victoria electoral del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Paulo Cunha Bueno, abogado de Bolsonaro, ha indicado en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X que el equipo de la defensa ha presentado su “respuesta” a las acusaciones, en el último día del plazo fijado por el juez del Tribunal Supremo a cargo del caso, Alexandre de Moraes.
De esta forma, ha afirmado que las “irregularidades de procedimiento” en la causa “anulan y hieren mortalmente a la acusación”, antes de apuntar a la “incompetencia del tribunal” y criticar las “restricciones que ha sufrido y sigue sufriendo la defensa”.
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“Esto es, sin duda, la herida más profunda que empaña una de las acciones más emblemáticas de nuestra historia legal”, ha señalado Bueno, quien ha subrayado que el equipo de Bolsonaro “sufre una falta de acceso a los elementos recopilados durante la investigación”, contando en sus manos “sólo con los seleccionados previamente por la Fiscalía”.
En este sentido, ha apuntado que “sólo los elementos que apoyan la acusación han sido publicados, mientras que el resto han sido retenidos, sin justificación plausible, como si dependiera de la acusación deliberar por adelantado qué es o no es importante para la defensa”.
“El pilar de la defensa es un logro del Derecho penal moderno y representa uno de los fundamentos más profundos de la democracia. Ponerla en peligro es, sobre todo, comprometer la credibilidad del proceso mismo”, ha argumentado, al tiempo que ha denunciado “una acción penal semisecreta” contra Bolsonaro.
Por otra parte, ha señalado igualmente a la existencia de “irregularidades” en el acuerdo de colaboración del coronel Mauro Cid, antigua mano derecha del expresidente y cuyo testimonio fue de gran relevancia para las investigaciones sobre la supuesta trama golpista que intentó mantener a Bolsonaro en el poder.
Fiscalía
La Fiscalía General de Brasil denunció a mediados de febrero al expresidente brasileño Jair Bolsonaro y a otras 33 personas por intento de golpe de Estado tras la victoria de Lula da Silva en las elecciones presidenciales de 2022, en la que se convirtió en la primera denuncia contra un exjefe de Estado del país iberoamericano por intentar atentar contra el Estado de derecho.
Así, subrayó que Bolsonaro intentó impedir de forma coordinada que se cumpliera el resultado de las presidenciales, si bien “el plan” comenzó en 2021 con otra serie de acciones y declaraciones con las que cuestionaba las decisiones de los tribunales y la limpieza del sistema electoral. Además, alertó de la existencia de un plan para el asesinato de Lula da Silva, De Moraes y el actual vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin.
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Por su parte, Bolsonaro dijo que la acusación forma parte de un “truco” utilizado frecuentemente en la región para perseguir y acallar las voces de la oposición y adelantó que seguirá haciendo lo que esté en su mano para dar a conocer “lo que pasa” en el país.
“Todo régimen autoritario, en su ansia por el poder, necesita fabricar enemigos internos para justificar la persecución, la censura y las detenciones arbitrarias”, sostuvo, antes de argumentar que se trata de una práctica ya vista en lugares como Venezuela, Nicaragua, Cuba o Bolivia.
Fuente: Europa Press
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Bolsonaro fue imputado por intento de golpe en 2022
- Brasilia, Brasil. AFP.
La Fiscalía brasileña imputó ayer martes al expresidente Jair Bolsonaro y a 33 colaboradores por un intento de golpe de Estado en 2022 para impedir la asunción de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva. El organismo presentó cargos “contra 34 personas acusadas de incitar y ejecutar actos contrarios a los Tres Poderes y al Estado Democrático de Derecho”, dijo en un comunicado.
“La organización tenía como líderes al entonces presidente de la República (Jair Bolsonaro) y su candidato a vicepresidente (Walter Braga Netto)”, también imputado, agregó. Bolsonaro, de 69 años, fue acusado principalmente de “golpe de Estado”, “tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho” y “organización criminal armada”, según el mensaje de la Procuraduría General de la República (PGR).
De ser hallado culpable por estos delitos, se enfrentará a entre 12 y 40 años de prisión, de acuerdo con el Código Penal. “Las investigaciones revelaron la operación de ejecución de un golpe” en el que se contemplaba “incluso la muerte del presidente electo de la República (Luiz Inácio Lula da Silva) y su vicepresidente (Geraldo Alckmin), además de un juez” de la corte suprema, detalla la PGR. Bolsonaro ha negado las acusaciones y se considera un “perseguido” por la justicia.
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“Último intento” en 2023
Entre los imputados figuran también el exdirector de inteligencia Alexandre Ramagem, el excomandante de la Marina Almir Santos, el exministro de Justicia Anderson Torres y Mauro Cid, ex mano derecha de Bolsonaro, quien tiene un acuerdo de colaboración premiada. La fiscalía sostiene que la trama golpista que pretendía revertir la derrota electoral de Bolsonaro frente a Lula no se consumó por falta de apoyo institucional de los altos mandos del Ejército.
Pero los acusados hicieron “un último intento” el 8 de enero de 2023, cuando simpatizantes de Bolsonaro atacaron las sedes de los poderes estatales en Brasilia, “incentivados” por el expresidente y sus colaboradores, dijo.
La imputación, basada en una investigación de la policía, queda ahora en manos de la corte suprema, que deberá decidir si juzga al exmandatario por estos hechos. “El intento de golpe de Estado (...) se convirtió en una acusación vacía, que no tiene absolutamente ninguna prueba contra Bolsonaro”, reaccionó en la red social X uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro.
La defensa del ultraderechista se mostró “asombrada” e “indignada”. El expresidente “nunca” estuvo relacionado con ningún “movimiento que persiguiera la deconstrucción del Estado democrático de derecho”, dijo en una nota. El diputado teniente coronel Luciano Zucco, líder de la oposición en la cámara baja, cuestionó por su parte la “imparcialidad” de la acusación.
“Examinando las pruebas”
El presidente del máximo tribunal, Luis Roberto Barroso, dijo el lunes que Bolsonaro sería juzgado “examinando las pruebas” y sin “una visión politizada”. Bolsonaro también se adelantó al anuncio de la fiscalía más temprano este martes, al declarar a periodistas en Brasilia que no tenía “ninguna preocupación” por la posibilidad de ser inculpado.
Sus declaraciones tuvieron lugar en el Senado, adonde acudió para discutir estrategias para impulsar una ley de Amnistía para los acusados por el asalto a las sedes de los poderes del Estado. La corte suprema ha condenado a casi 400 personas por ese ataque, algunos hasta a 17 años de prisión. Bolsonaro tuvo que declarar ante la policía como presunto instigador de esos disturbios.
Inhabilitado para 2026
Según la indagación previa de la policía, Bolsonaro “planeó, actuó y tuvo dominio de forma directa y efectiva” de una trama golpista, que finalmente no se consumó por “circunstancias ajenas a su voluntad”. Bolsonaro habría discutido la elaboración de un “decreto presidencial” que justificaba la necesidad de un “estado de defensa” para evaluar la validez del proceso electoral de octubre de 2022, en el que resultó electo Lula.
Las discusiones contemplaron la detención del entonces presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, y el llamado a nuevas elecciones, de acuerdo con el informe policial. La policía ya recomendó inculpar a Bolsonaro en otros dos casos: por obtener un certificado de vacuna anticovid fraudulento y desviar artículos de lujo recibidos como obsequios cuando era presidente.
Además, en junio de 2023 fue condenado por la justicia electoral, que lo inhabilitó para ser candidato en las presidenciales de 2026 por cuestionar sin pruebas las urnas electrónicas de votación. Pese a ello, ha reiterado su intención de concurrir a esa contienda y ha confiado en que el presidente estadounidense, Donald Trump, a quien considera su “amigo”, le ayude a revertir su inhabilitación.