Bruselas, Bélgica | AFP
Por Toni CERDÀ y Clément ZAMPA
Las señales contradictorias del presidente electo brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, genera dudas sobre el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que tras casi 20 años se encuentra en la recta final, señalan analistas.
"El ministro de Economía 'in pectore' Paulo Guedes dijo la noche del domingo que Mercosur no era la prioridad y que preferían abrirse más al mundo, (y) la búsqueda de acuerdos bilaterales", dice a la AFP Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano con sede Madrid.
Esto envía "señales contradictorias", según este analista, ya que "por un lado, busca la apertura al mundo y el Acuerdo de Asociación con la UE implica eso precisamente", pero por el otro no quiere convertir al Mercosur "en el eje de su política exterior y comercial".
Bolsonaro, que el domingo se impuso con el 55% de los votos al izquierdista Fernando Haddad, hizo campaña prometiendo enfatizar los "acuerdos bilaterales", una visión que choca con la negociación en curso entre el bloque europeo y el sudamericano.
El futuro mandatario de la novena economía mundial, un proteccionista de todas las horas, cuenta para su "superministerio" económico con Paulo Guedes, un ultraliberal de 69 años y formado en la universidad de Chicago.
Para Christophe Ventura, del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París, con sus declaraciones, Guedes "pone la pelota en el campo de los socios del Mercosur para que estos últimos, especialmente Argentina, cortejen a Bolsonaro para quedarse".
Esta sería una estrategia similar a la puesta en práctica antes de su llegada al poder por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994 con sus vecinos Canadá y México.
Cinco años después, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, de un lado, y la UE, del otro, iniciaban unas negociaciones, todavía en curso, para lograr un acuerdo comercial que, de confirmarse, sería el más importante nunca firmado por el bloque europeo.
La UE ‘a la espera’
"Brasil es un socio importante en nuestras negociaciones con Mercosur (...) La UE está dispuesta a seguir reforzando esta colaboración con el nuevo gobierno", indicó un portavoz de la Comisión Europea. Sin embargo, la incertidumbre planea en la capital europea.
Una fuente del ejecutivo comunitario, quien quitó hierro a la elección -"los cambios de gobierno son normales en ambas partes"-, reconoció que la UE se encuentra "a la espera" de conocer las intenciones de Bolsonaro, que asume el 1 de enero.
Los ministros europeos de Comercio Exterior deben abordar el estado de las negociaciones entre la UE y el Mercosur, cuya próxima ronda todavía no tiene fecha, durante un encuentro en Bruselas el 9 de noviembre.
La última ronda de negociación en septiembre se estancó en temas como la protección de las indicaciones geográficas o el ritmo de liberalización del sector de autopartes sudamericano. Meses atrás, las críticas sobre la falta de avance apuntaban a Brasil.
- 'La sombra de los militares' -
Más allá del comercio las declaraciones misóginas, homófobas y racistas de Bolsonaro --un ex militar de 63 años-- chocan con una UE adalid de los derechos humanos y de la lucha contra el cambio climático en sus relaciones diplomáticas.
"Es obviamente un populista de extrema derecha. Detrás de él, vemos la sombra de los militares que estuvieron mucho tiempo en el poder en Brasil, constituyendo una terrible dictadura", advirtió el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Las cabezas visibles de la ultraderecha en la UE, el italiano Matteo Salvini y la francesa Marine Le Pen, no dudaron en felicitar a Bolsonaro, mientras que el jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, evitó hacerlo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, urgió al brasileño al "respeto" a los "principios democráticos" y al "Acuerdo de París sobre clima", un tratado del que Bolsonaro anunció su intención de salirse antes de dar marcha atrás.
"Antes de la campaña, realizó declaraciones desconcertantes (...) Durante la campaña, ha sido un poco más razonable. Y ahora en sus primeras intervenciones parece muy razonable", apunta Cristina Terra, profesora de economía del ESSEC Business School.
Sin embargo, muestra de su delicada posición, la carta de felicitación de los jefes de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunciada el lunes, todavía no había sido enviada el mediodía del miércoles por falta de acuerdo entre ambos sobre el contenido, según una fuente europea.