Buenos Aires, Argentina | AFP.
La policía argentina detuvo este martes al arquitecto Oscar Thomas, exdirector de la represa hidroeléctrica binacional Yacyretá, y único prófugo en la causa de "los cuadernos de la corrupción", que investiga sobornos en la obra pública durante los gobiernos kirchneristas.
Thomas fue apresado en un departamento del céntrico barrio Norte de Buenos Aires, luego de que se recibiera un llamado en el ministerio de Seguridad, que había ofrecido una recompensa para hallarlo de 500.000 pesos (12.500 dólares).
El arquitecto tenía orden de captura desde el 1° de agosto, y el juez Claudio Bonadio le había rechazado el pedido de eximición de prisión presentado por su abogado, José Manuel Ubeira.
Por el caso de "los cuadernos de la corrupción", la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015) quedó procesada prisión preventiva el lunes como supuesta "jefa de una asociación ilícita", según el juez. Sin embargo, la exmandataria mantuvo la libertad por estar amparada por fueros parlamentarios en su condición de senadora.
Cristina Kirchner y otras 41 personas, entre empresarios y exfuncionarios que quedaron procesados el lunes, fueron embargados por 4.000 millones de pesos (cien millones de dólares) cada uno.
Entre los procesados, a 30 se les impuso prisión preventiva, pero 13 de ellos, la mayoría empresarios, gozan de libertad por acogerse a la figura legal del "arrepentido" y colaborar con la causa.
La trama de sobornos fue destapada por una serie de detallados cuadernos, especies de diarios cotidianos que llevó un chofer del ministerio de Planificación y cuyas copias terminaron en manos de la justicia.
Thomas, quien fuera director ejecutivo de la represa Yacyretá entre 2003 y 2015, fue mencionado en esos cuadernos como uno de los que supuestamente pagaba sobornos.
En el proceso de construcción de Yacyretá, que comparten Argentina y Paraguay sobre el río Paraná y cuyo costo estimado fue de unos 19.000 millones de dólares desde el inicio de la obra en 1983, hubo numerosas irregularidades. En la década del 1990, el entonces presidente argentino Carlos Menem (1989-1999) lo definió como un “monumento a la corrupción”.