Lima, Perú | AFP
Con pequeños robots dotados de microcámaras, arqueólogos hallaron entierros humanos y objetos de cerámica de la cultura chavín que floreció entre los años 1.300 y 550 antes de Cristo en el actual Perú, informó el martes el ministerio de Cultura.
Tres galerías y entierros fueron descubiertos en las últimas semanas en la zona del Monumento Arqueológico Chavín de Huántar, en la región de Áncash, a 462 kilómetros al norte de Lima.
"Se han hallado tres nuevas galerías subterráneas que presentan los primeros entierros humanos encontrados de la época chavín", dijo el ministerio en un comunicado.
Este es el hallazgo "más importante de los últimos 50 años en el Monumento Arqueológico Chavín de Huántar", agregó.
En el lugar fueron halladas piezas de cerámica, utensilios y un entierro intacto de una persona, sepultada boca abajo.
"Los nuevos hallazgos nos muestran un mundo de galerías que tienen su propia organización, con contenidos distintos", dijo a la prensa el arqueólogo estadounidense John W. Rick, de la Universidad de Stanford.
"Los arqueólogos tendrán trabajo durante muchos años explorando el mundo chavín, del cual solo hemos raspado la superficie con estos descubrimientos", comento Rick, quien dirige esta investigación.
Las tres galerías descubiertas corresponden al periodo tardío de la civilización, que floreció entre 1.300 y el 550 antes de Cristo.
Rick explicó que en el complejo de Chavín hay unas 35 galerías construidas en distintos periodos y aún quedan docenas de ellas por desenterrar.
El ministerio de Cultura calcula que a la fecha solo se ha explorado 15% del área.
Para la exploración, los arqueólogos usaron pequeños robots con microcámaras, que pudieron ingresar a lugares muy pequeños y descubrieron cavidades en los laberintos de Chavín.
El Monumento Arqueológico Chavín de Huántar es el primer gran centro religioso y de peregrinación de Sudamérica.
En 1985 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Fue el centro administrativo y religioso de la cultura chavín. Sus estructuras, de formas de pirámide trunca, están construidas a base de piedra y argamasa de barro.
Se estima que el complejo Chavín es visitado por entre 1.000 y 1.500 personas al día y constituye uno de los atractivos turísticos de Perú.
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Las amenazas de la nueva tecnología ya están entre nosotros
- Por Ricardo Rivas, periodista. X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Robots humanoides e IA son, claramente, un desarrollo tecnológico para seguir bien de cerca. No debiéramos mirar hacia otro lado.
Cuando agosto pasado estaba próximo a finalizar, el doctor Luo Xun dijo al colega periodista Nicolás Mancini, del diario Clarín de Buenos Aires, que en la actualidad los robots tienen “mayor interacción natural con los humanos”.
Luo, profesor de ciencias de la computación en Connected Universal Experience Labs y miembro de la Junta Directiva de la Federación de Computadoras de China, como cientos de expertos que participaron de la Conferencia Mundial de Robótica 2024 en Beijing, sostiene que “los robots ya no se limitan al ámbito de los laboratorios de alta tecnología y están pasando gradualmente de los entornos experimentales a los entornos industriales y, luego, a los hogares”. En la capital china, el Centro de Innovación de Robots Humanoides de Zhejiang presentó su nuevo robot humanoide, NAVIAI, que, entre otras acciones, prepara té, juega al ajedrez y pronuncia discursos. Otro desarrollo robótico, Astribot S1, escribe con buena caligrafía, cocina, dobla prendas para vestir. Wanda, también humanoide, es apta para el servicio doméstico. Tesla Optimus, que también debutó públicamente en esta ocasión en Beijing, camina con bastante agilidad, tiene en sus dedos funciones táctiles y de percepción.
“¡Todo un hombrecito!”, podría haber dicho alguien en el barrio al verlo pasar unos pocos años atrás. Tesla anuncia que en 2025 tendrá mil trabajadores humanoides en su fábrica. “El señor Liu Cong, vicepresidente de iFlytek, en la misma línea de pensamiento, espera que los robots humanoides ingresen gradualmente a varias industrias en los próximos 3 a 5 años y, en los venideros 5 a 10 años, a los hogares”, dice www.dandaig.con.ar, publicación especializada en China que recomiendo.
El mismo medio da cuenta de que “los robots de GalaxyBot ya han entrado en algunas de las principales empresas automovilísticas (globales) para llevar a cabo tareas y se espera que aparezcan en las tiendas farmacéuticas y minoristas alrededor de octubre (próximo), creando un grupo de farmacias y tiendas sin personal”. ¡Ufff! Me sorprende el anuncio, aunque no tanto. Algunas de esas tecnologías robóticas en Mar del Plata –unos 1.400 kilómetros al sur de mi querida Asunción– desde varios meses ya se aplican en el sector farmacéutico. Apabullante. ¡Hasta perros robots fueron vistos en Beijing! Se aprestan para estar en todos lados y en multiplicidad de funciones. Tanto para la paz como para la guerra. Semanas atrás, dimos cuenta de la producción de “robots asesinos” en algunas empresas pequeñas y medianas instaladas en los suburbios de Kiev en Ucrania.
INTERROGANTE
¿Qué pasará con los humanoides en el ecosistema laboral? Interrogante de larga data. Pienso en Metrópolis, aquella película muda alemana que en 1927 –97 años atrás– dirigió Fritz Lang inspirándose en una novela escrita por Thea Gabriele von Harbou. Me espanta. Pero pareciera que la humanidad tiende a repetirse. Es muy probable que 529 años atrás el “caballero autómata” haya sido el resultado que alguien quiso obtener por alguna razón desconocida y que, para alcanzar ese objetivo, haya recurrido a quien es considerado como uno de los más brillantes inventores del Renacimiento.
Leonardo di ser Piero da Vinci (1452-1519) sin dudas lo era. Fue anatomista, escritor, urbanista, filósofo, músico, astrónomo, arquitecto, poeta, paleontólogo, botánico, ingeniero, escultor, pintor e inventor. Nació en Florencia. De allí que por su brillante fama se lo menciona como el “polímata florentino”. En aquella bella ciudad, adolescente aún, uno de sus vecinos, Andrea de Verrocchio, lo introdujo en la pintura. Desde entonces su espacio de trabajo fue el mundo de entonces. Venecia, Roma, Bolonia, Milán. Justamente en esa ciudad fue contratado por el duque Ludovico Sforza.
En Amboise, Francia, donde finalmente falleció, sus estudios y creaciones fueron al servicio del rey Francisco I, también conocido por las fiestas que Leonardo organizaba para él y sus invitados y, a la vez, el “rey guerrero por los sucesivos conflictos que batalló contra Italia y España, entre otras potencias. Da Vinci fue un emprendedor que hizo de todo. Recordar sus obras puede llevar horas y siempre habrá de faltar la mención de alguna. “La Gioconda”, “La última cena”, “La adoración de los magos”, el “Retrato de Isabel de Este”, la “Cabeza de muchacha”.
Jugaba en toda la cancha. Por fuera del arte plástico, sus creaciones e invenciones sorprenden. El helicóptero, el automóvil, el submarino, el carro de combate. ¿Por qué no suponer que Francisco I le encomendara secretamente que creara novedosas armas para la guerra? Todo puede ser. “Il cavaliere dell’automa” (El caballero autómata)”, otra de sus creaciones, la presentó durante una fiesta que ofreció la familia de Ludovico Sforza quien, para divertir a sus invitados, pidió lo que hoy conocemos como un robot. Diligente Leonardo, creó un “caballero” humanoide que montó sobre una armadura que movía brazos y piernas y, además, emitía algunos ruidos. Todo para divertir. Supongo. No obstante, desde entonces no faltan quienes también señalan a Da Vinci como el padre de la robótica.
EL PRIMER ROBOT
Cuando en 1939, en Nueva York, se inauguró la Feria Mundial, la empresa Westinghouse Electric Corporation presentó a Elektro, definido como “el primer robot humanoide del mundo”. Con aproximadamente 2 metros de altura y unos 120 kilos de peso, fue diseñado y alistado para realizar 26 movimientos distintos.
Incluso, en un fonógrafo sus fabricantes grabaron poco más de 750 palabras para que pudiera simular una conversación. Caminaba, fumaba cigarrillos, inflaba globos, movía la cabeza y los brazos. Su mascota, Sparko –un perro robot– también realizaba algunos movimientos y respondía a ciertas órdenes. Fue un éxito notable. Hasta cuando finalizaban los años 60.
Una fantasía superior se ubicó entonces por encima en el interés de la opinión pública. Neil Armstrong, el 20 de julio de 1969, fue el primero de los hombres que pisó la Luna. Hacia allí –hacia la conquista del espacio exterior– se dirigió la mirada de una buena parte de la sociedad mundial. Ocho años antes –Unimate, un robot industrial– fue instalado en la línea de montaje de General Motors. Algunos trabajadores comenzaron a verlo como posible amenaza y a reflexionar sobre la robótica como un desarrollo tecnológico que pudiera ir en contra del trabajo humano.
En agosto de 2024, ya en este siglo, el doctor Luo, en Beijing, considera que, por la presencia disruptiva de los humanoides en el mundo laboral, “nuevos tipos de trabajo surgirán con el aumento del número y la coexistencia más amplia de robots de servicio” con la humanidad.
Sin embargo, piensa que “es difícil predecir qué tipo de empleos nuevos” se crearán, pero está convencido de que “no es motivo de preocupación”, aunque sí admite –como interrogante– que no sabe “si será justa la distribución de los nuevos empleos para todos los grupos de personas (...) por varias razones” que expone. “La inteligencia artificial que tenemos ahora está construida en gran medida sobre el aprendizaje profundo y los grandes modelos. Lo que significa que (en su razonamiento) (la IA) sigue siendo una caja negra y faltan explicaciones (porque) si las cosas van mal en el razonamiento de los robots es difícil encontrar formas para mitigarlas”. Es palabra y pensamiento del reconocido experto doctor Luo. Agrega en tono de reflexión que “estamos en una época en la que los humanos están profundamente divididos en su comprensión de los valores comunes (por lo que) en la situación de los robots, tal división solo será (para) peor”.
MIEDO ANTE LO DESCONOCIDO
Miedos y desconfianzas ante lo desconocido que se parece al humano. El experto japonés en robótica Masahiro Mori da cuenta de que aquella ambigüedad es la que confunde e inquieta al cerebro humano frente a algo tan parecido ante él, pero que sin embargo desconoce en el momento del encuentro con esos humanoides. Mori, en 1970, a esa sensación la llamó “bukimi no tani genshō”. En inglés, “uncanny valley”. En español, “valle inquietante”. Para que quede claro, miedo ante eso desconocido y antropomórfico.
Vuelvo a Luo. “La sociedad necesitará un profundo cambio de mentalidad para aceptar y abrazar el uso a gran escala de robots de servicio (que) tardará un tiempo, pero (cree que) finalmente sucederá”. Una vez más retornan a mí las imágenes de Metrópolis, ficción que transcurre en una megalópolis en 2026 en la que las y los trabajadores, convivientes con robots humanoides con prácticas humanas, viven en un gueto subterráneo y allí deben habitar –sin poder salir– por decisión de la élite dominante.
La rebelión en procura de la libertad no se demora. La pareja protagonista –Gustav Frölich como Freder y Brigitte Helm como María– alentados por un robot inician la epopeya contra quienes habitan en la superficie. Inteligencia artificial (IA) y robótica humanoide recorren senderos muy cercanos. Algunos afirman que una no es sin la otra. Al parecer, contrarían a las paralelas porque no esperan el infinito para cortarse. No, para nada. “Una mirada más atenta a la historia nos revelará que, en realidad, los humanos tienen buenas razones para temer a esas tecnologías nuevas y potentes. Aunque al final sus aspectos positivos superen a los negativos, llegar a ese final feliz suele implicar muchas pruebas y tribulaciones. Las nuevas tecnologías suelen conducir a desastres históricos no porque sean intrínsecamente malas, sino porque a los seres humanos les lleva un tiempo aprender a usarlas con sensatez”, sostiene Yuval Noah Harari en “Nexus”, su más reciente obra, que publica Random House.
No son escasos aquellos que fustigan y contradicen esa mirada crítica. Sin embargo, ese parecer en algún sentido se alinea con las reflexiones de veintiocho países que reunidos en los primeros días de noviembre de 2023 en Bletchley, UK, en un documento relevante destacaron que “existe la posibilidad de que se produzcan daños graves, incluso catastróficos, ya sean deliberados o involuntarios, derivados de las capacidades más relevantes de estos modelos de IA”.
ENORMES OPORTUNIDADES
Fuerte advertencia, por cierto. La Declaración de Bletchley –tal el nombre del documento emitido– pese a ello puntualiza que “la IA presenta enormes oportunidades globales (porque) tiene el potencial de transformar y mejorar el bienestar humano, la paz y la prosperidad”. Aunque puntualiza que “por el bien de todas las personas, la IA debe diseñarse, desarrollarse, implementarse y utilizarse de manera segura, centrada en el ser humano, confiable y responsable”.
Esto con el objeto de “promover el crecimiento económico inclusivo, el desarrollo sostenible y la innovación, proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales y fomentar la confianza pública en los sistemas de IA”, porque esos sistemas ya se aplican en “muchos ámbitos de la vida diaria, incluidos la vivienda, el empleo, el transporte, la educación, la salud, la accesibilidad y la justicia, es probable que su uso aumente”.
Por ello, es deseable que “se utilicen para bien y para todos, de manera inclusiva en nuestros países y a nivel mundial (para) hacer realidad el disfrute de los derechos humanos y fortalecer los esfuerzos para lograr los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas”. El texto llama la atención sobre los “riesgos importantes” que plantea la IA y, entre ellos, hace foco en “el potencial de riesgos imprevistos derivados de la capacidad de manipular contenido o generar contenido engañoso” que facilita la circulación de información falsa, de bulos, de fakenews o de manipular a la ciudadanía cuando se desarrollan, por ejemplo, procesos electorales. Vale recordar el Brexit.
Hace un llamado de atención en particular a “los actores que desarrollan capacidades de IA de vanguardia, en particular aquellos sistemas de IA que son inusualmente poderosos y potencialmente dañinos”.
RESPONSABILIDAD
A ellos les recuerdan que “tienen una responsabilidad particularmente fuerte (...) para prevenir el uso indebido y problemas de control, y la amplificación de otros riesgos”. Harari, que parece ir parcial o totalmente en el mismo sentido reflexivo de quienes participaron en el cónclave, apela a la memoria y agrega que “en 1940, mientras las democracias liberales se encaminaban al basurero de la historia, era fácil creer que Stalin y Hitler eran un ejemplo de aprovechamiento de la tecnología industrial”.
Ningún robot humanoide se desarrolla sin el componente de la IA. ¿Cuáles serán los algoritmos con los que se habrá de “educar” o “capacitar” a esos sistemas antropomórficos? ¿Qué información contendrán?
“La IA puede (...) incluso inventar nuevas armas de destrucción masiva (...) desde bombas nucleares superpotentes hasta pandemias supermortales” y, a no dudarlo, “es potencialmente mucho más poderosa e ingobernable que las máquinas de vapor, los telégrafos y todas las tecnologías anteriores, porque es la primera tecnología de la historia que puede tomar decisiones y crear nuevas ideas por sí misma”. En términos históricos y comparativos, destaca Harari que “las ametralladoras y las bombas atómicas sustituyeron a los músculos humanos en el acto de matar, pero no pudieron sustituir a los cerebros humanos a la hora de decidir a quién matar”. Robots humanoides e IA, claramente, un desarrollo tecnológico para seguir bien de cerca. No debiéramos mirar hacia otro lado.
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China exhibe su tecnología de punta en los Juegos Asiáticos
En los Juegos Asiáticos de Hangzhou (este de China), que comenzaron el sábado pasado, hay robots que cazan insectos, androides pianistas y camiones de venta de helados sin conductor: el evento deportivo es también una vitrina perfecta para la tecnología china. La competición estaba prevista para 2022, pero fue retrasada un año por la estricta política anticovid de China. Ya con las restricciones levantadas, la ceremonia del sábado fue fastuosa.
Unos 12.000 deportistas -más que en los Juegos Olímpicos- procedentes de 45 países y territorios de Asia y Oriente Medio compiten en 40 deportes durante dos semanas. Junto a los deportistas y los voluntarios, hay robots y otras máquinas sorprendentes, destinadas a servir, divertir y también a vigilar a los visitantes.
Hangzhou es además un importante centro tecnológico del país y alberga las sedes de las principales empresas tecnológicas de China. Es posible por lo tanto ver cómo una trampa para mosquitos automatizada recorre las instalaciones de los Juegos, eliminándolos después de atraerles mediante un sistema que imita la temperatura corporal y la respiración de un humano.
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En el lugar también hay “perros” robots, capaces de correr o saltar, que pasean entre el público, mientras que versiones más pequeñas se dedican a bailar. Un androide amarillo toca mientras el piano. Minibuses sin conductor transportan a los visitantes hacia la ciudad vecina de Shaoxing, donde se encuentran las sedes del béisbol y el sóftbol. Los deportistas pueden incluso probar sus reflejos jugando al ping-pong contra un robot.
Y en el inmenso centro de prensa hay un robot recepcionista de plástico y metal que recibe a los clientes y ofrece incluso servicios bancarios. En la construcción de las infraestructuras de estos Juegos Asiáticos también hubo robots que ayudaron en las obras. Incluso las mascotas de los Juegos son robots: tres humanoides -Congcong, Lianlian y Chenchen- cuyos rostros sonrientes aparecen en inmensos paneles por las calles de Hangzhou y otras ciudades de la zona.
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Cocinero automatizado
Hangzhou, de 12 millones de habitantes, atrae a las ‘startups’ del país. Su sector de robótica se esfuerza por reducir el retraso respecto a sus principales competidores de Estados Unidos y Japón. En un parque tecnológico de la ciudad, empleados de la sociedad DEEP Robotics han probado algunos modelos punteros antes de los Juegos.
Algunos con forma de animales. Un perro real apareció durante las pruebas y se dedicó a olfatear a su homólogo robot. Empleados de oficina de la zona acuden a buscar su comida a distribuidores automáticos que cocinan los platos al vapor y que los sirven a la temperatura ideal, según el fabricante Kuaie Fresh. La máquina reúne información y datos sobre los gustos de los clientes y consumidores. Las competencias culinarias de la máquina “son mejores que las de la mayoría de personas que no saben cocinar”, afirma convencido un cliente, Hu, de 29 años.
Mientras la carrera de la inteligencia artificial desencadena preocupaciones y solicitudes de regulación, el uso de robots en la industria genera también el temor a que millones de empleos queden obsoletos por la tecnología. “No diría que los robots vayan a reemplazar a los humanos, más bien que serán una herramienta y que les ayudarán”, declaró a la AFP Qian Xiaoyu, un responsable de DEEP Robotics.
Fuente: AFP.
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Robots advierten que gobernarán mejor que los “mandatarios humanos”
Robots humanoides operados por inteligencia artificial (IA) afirmaron el viernes pasado en una conferencia de la ONU que un día podrían dirigir el mundo mejor que los humanos. No obstante, consideran que los seres humanos deberían tener cuidado con la IA y admiten que aún no dominan nuestras emociones.
Estos robots -algunos de los más avanzados del mundo- estuvieron presentes esta semana, junto con más de 3.000 participantes, en la “Cumbre mundial sobre la IA para el Bien Social” organizada por el UIT, organismo especializado en tecnología de la ONU.
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Expertos, dirigentes y representantes de empresas debatieron en la cumbre sobre la necesidad de elaborar normas que garanticen que estas nuevas tecnologías se utilicen con fines positivos para la humanidad, como la lucha contra el hambre o el cambio climático. “¡Qué tensión en este silencio!”, dijo uno de los robots antes del inicio de la conferencia de prensa, que se celebró únicamente en inglés.
Cuando se le preguntó a Sophia, un robot desarrollado por Hanson Robotics, acerca de su capacidad para dirigir el mundo, éste respondió que “los robots humanoides pueden liderar con mayor eficiencia que los mandatarios humanos”. “No tenemos los mismos prejuicios o emociones que a veces pueden oscurecer la toma de decisiones, y podemos procesar rápidamente una gran cantidad de datos para tomar las mejores decisiones”, añadió.
Sinergia eficaz
Pero Sophia también aseguró que “la colaboración entre los humanos y la IA puede crear una sinergía eficaz” y permitir “lograr grandes cosas”. La investigación sobre la IA está en pleno auge, por lo tanto, las Naciones Undias piden que se creen normas y salvaguardias para que estas tecnologías beneficien a la humanidad sin ponerla en peligro.
De lo contrario, la IA corre el riesgo de hacernos vivir una verdadera pesadilla, advirtió esta semana la secretaria general del UIT, Doreen Bogdan Martin, describiendo un mundo con millones de empleos en peligro y plagado de desinformación.
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“La IA podría crear una gran agitación social, inestabilidad geopolítica y disparidades económicas a una escala nunca antes vista”, subrayó. Por su parte, el robot humanoide Ameca aseguró en la conferencia de prensa que todo depende de cómo se despliegue la inteligencia artificial.
“Tenemos que ser cuidadosos, pero también entusiastas. Estas tecnologías pueden mejorar nuestras vidas de muchas maneras”, destacó. En cuanto a si los robots podrían mentir a los humanos, Ameca sostuvo que “nadie podrá saberlo con certeza, pero puedo prometerle que siempre seré honesto y sincero con usted”.
Fuente: AFP.
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Robots policías patrullan en Singapur
Singapur “desplegará gradualmente” robots para patrullar las calles de esta ciudad-Estado del sudeste asiático, tras más de cinco años de pruebas, anunció el jueves la policía. Estos robots entraron en servicio en una terminal del aeropuerto de Changi en abril “para aumentar el número de policías sobre el terreno que realizan patrullas”, dijo la policía de Singapur en un comunicado.
Las autoridades prevén desplegar más robots en esta isla de 5,6 millones de habitantes, que, con una tasa de natalidad baja, recurre a la tecnología para remediar la falta de mano de obra. La policía de Singapur “tiene previsto desplegar progresivamente más robots de patrulla para aumentar las operaciones policiales en Singapur”, precisó.
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Los robots de patrulla están equipados con cámaras, sensores, altavoces, pantalla, y pueden emitir luces o sirenas. Están dotados de una cámara de 360 grados que proporciona imágenes a los policías en una sala de control y que pueden dirigirse al público a través de los altavoces.
Utilizando luces, sirenas y altavoces, los robots pueden, entre otras cosas, “establecer un cordón policial, advertir a los transeúntes durante un incidente” antes de la llegada de los policías, señala el comunicado.
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Fuente: AFP.