Beirut, Líbano | AFP
Al menos 18 yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) murieron en un bombardeo aéreo contra su último bastión en el este de Siria, anunció el viernes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En los ataques del jueves por la noche en la localidad de Susa, en la provincia de Deir Ezzor fronteriza con Irak, murieron "al menos 18 combatientes del EI", la mayoría extranjeros, según el OSDH.
Un alto comandante yihadista, de nacionalidad iraquí, forma parte de las víctimas, según esta oenegé que cuenta con una gran red de fuentes en el país en guerra.
El Observatorio no pudo decir si estos ataques fueron obra de la aviación de Bagdad o de la coalición internacional contra el EI dirigida por Estados Unidos, dos de los actores que intervienen en este sector.
El ejército iraquí anunció por su parte en un comunicado que mató a "elementos" del EI en un bombardeo aéreo el jueves en Siria contra una "célula de comando" de yihadistas.
No se pudo confirmar por fuentes independientes si el ataque al que hace referencia el OSDH es el mismo que mencionó el ejército iraquí.
La coalición internacional interviene en Siria en apoyo a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y árabes que lucha en el terreno contra el EI.
Después de un fulgurante ascenso en 2014 y la proclamación de un "califato" en regiones conquistadas entre Irak y Siria, el EI se encuentra ahora acorralado en zonas desérticas, especialmente en el centro y el este de Siria, país donde ya solo controla menos del 3% del territorio, según el OSDH.
La guerra en Siria dejó ya más de 350.000 muertes y llevó al exilio a millones de personas.
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Siria crea un “Consejo de Seguridad Nacional” tras matanza de 1.300 civiles
- Damasco, Siria. AFP.
Las nuevas autoridades sirias crearon un “Consejo de Seguridad Nacional”, presidido por el presidente interino Ahmed al Sharaa, anunció ayer miércoles la presidencia, después de que cerca de 1.400 civiles fueran abatidos desde el 6 de marzo.
En un decreto publicado en su cuenta oficial de Telegram, la presidencia indicó que Al Sharaa decidió “formar el Consejo de Seguridad Nacional”, que estará encargado de “coordinar y gestionar las políticas de seguridad y políticas”. Según el decreto, el Consejo se formó “para reforzar la seguridad nacional y responder a los desafíos de seguridad y políticos”.
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Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé radicada en el Reino Unido con una red de informadores en Siria, al menos 1.383 civiles murieron a manos de las fuerzas de seguridad sirias y de grupos aliados desde el 6 de enero, en una zona altamente poblada por alauitas en el oeste del país.
El expresidente sirio Bashar al Asad, derrocado en diciembre por una coalición dirigida por islamistas, pertenece a esa minoría religiosa. El Consejo estará compuesto por los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa e Interior; el director de los servicios de inteligencia, dos miembros de carácter “consultivo”, nombrados por el presidente, y un “experto”, según el decreto. El Consejo se reunirá de forma “periódica” y “las decisiones sobre seguridad nacional y a los desafíos a los que se enfrenta el Estado se pondrán en marcha previa consulta de los miembros”, indica la fuente.
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Tras once años, Paraguay recupera estatus en defensa de los derechos humanos
Luego de una década, Paraguay obtuvo nuevamente el puntaje más alto por parte de la Red Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos (RINDHCA), alcanzando la categoría A en cuanto a defensa de los derechos humanos. Con esto nuestro país puede acceder a una serie de beneficios tanto a nivel local como internacional, explicaron.
“Fueron dos periodos en los que Paraguay estuvo prácticamente sin categoría, en el periodo anterior se solicitó la acreditación, se rindió el examen pero no obtuvo la calificación necesaria y quedó en categoría B. Ahora nosotros hemos solicitado un nuevo examen, rendimos y tuvimos un muy buen examen que nos da la posibilidad de ingresar a la categoría A”, expuso Rafael Ávila, defensor del Pueblo.
En contacto con “Arriba Hoy”, emitido por GEN/Universo 970 AM, Ávila mencionó que el examen ya fue realizado el 1 de mayo del 2024 y recién este 12 de marzo se entregó la certificación. Nuestro país no solo accedió a la categoría más alta, sino que también obtuvo la mejor calificación entre otros países que también fueron sometidos al mismo examen.
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“Esto significa que somos una institución confiable, podemos tener operación internacional, acceder a muchos beneficios para los funcionarios, capacitación para los mismos, existen muchos puntos y podemos ocupar cargos de gobernanza en Naciones Unidas”, manifestó el defensor quien resaltó que son varios los puntos que se tienen en cuenta por esta organización.
Se evalúa el seguimiento a las denuncias, el manejo de recursos de la institución, también acceden a informes sombra recabando información de todas las instituciones civiles respecto a la Defensoría. “Nosotros nos esforzamos dentro de ese cambio de imagen que queremos dar a la Defensoría, que brinde contención a la gente que está necesitando, esa es la Defensoría que queremos”, sostuvo.
Ávila precisó que debido al estatus inferior al que llegó nuestro país, incluso en un momento solicitó retirarse de la RINDHCA, sin embargo, esto no es posible ya que esta organización está conformada por todos los países del continente americano y afortunadamente en la fecha, se ha recuperado la anhelada categoría.
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Siria camina al borde de una peligrosa guerra religiosa
- Por Juan Carlos dos Santos G.
- Columnista
- juancarlos.dossantos@nacionmedia.com
No hay protestas masivas en ciudades o universidades europeas y de los Estados Unidos, tampoco en las grandes ciudades de Canadá o América Latina, por la situación que desde hace varios días se está desarrollando en Siria ante la total indiferencia de la comunidad internacional y sus organismos progresistas como las Naciones Unidas.
Más de 1.300 personas han sido ejecutadas a sangre fría, al más puro estilo del Estado Islámico, en las ciudades de Latakia y Tartus, en la costa mediterránea siria, todas ellas pertenecientes a minorías religiosas y étnicas como los alauitas, de confesión chiita, cristianos y drusos.
En las redes sociales corren libremente videos de ejecuciones de adultos, mujeres, adolescentes y niños, por parte de la horda radical que ahora gobierna desde Damasco y cuyos líderes posan sonrientes, al recibir en la capital, visitas de apoyo, sobre todo de líderes de cuestionados gobiernos europeos y también referentes de organismos multilaterales como las Naciones Unidas.
No hemos visto a Kareen Khan, el fiscal de la Corte Internacional de la Haya, realizando acusaciones por esta limpieza étnica y política, pero sí disfrutando de generosos banquetes e hipócritas reuniones con Ahmed Al Sharaa, el responsable de esta situación.
De nuevo Occidente cae en la trampa del terrorismo. No hay otra manera de explicar el por qué, líderes que se precian de serlo, siguen apoyando a asesinos encubiertos por una ideología que no sienten, no profesan ni creen. Por favor, Occidente debe entender que el terrorismo islámico no es ni de derecha ni de izquierda y mucho menos el terrorismo de origen ispa.
Afortunadamente, casi de manera inmediata a la caída de Bashar al Asad, el sanguinario, pero limitado exlíder sirio, Israel decidió, de manera unilateral, acabar con la maquinaria bélica de ese país, dejándolo sin tanques, sin aviones de combate y sin flota naval. De no haberlo hecho, otra sería la historia del renovado grupo Estado Islámico al contar en su poder con un arsenal más fuerte que nunca.
El doble rasero de los medios de prensa es inaudito. Pareciera que es algo normal que esto pase en Siria, pero no es así. Afortunadamente las bases militares rusas que aún están en territorio sirio fueron abiertas para albergar a cientos de sirios, sean musulmanes chiitas, cristianos y drusos, quienes huían como podían de la carnicería ordenada desde el nuevo gobierno de Damasco.
Esta situación podría acelerar y ojalá así sea, la formación de un nuevo país entre Siria e Israel. Los drusos estaban buscando hace tiempo esa oportunidad y van a aprovechar este contexto para lograrlo y, es más que justo. Tanto los drusos como los kurdos son pueblos milenarios, originarios del Medio Oriente y que necesitan tener su propio país.
Una nueva guerra civil se cierne sobre la golpeada Siria, un país que podría pasar en menos de un año, de estar fraccionado por cuestiones políticas a otro salpicado por violencia interreligiosa y étnica. Lo segundo es mucho más peligroso porque ya se ha tenido una experiencia como Ruanda, a mediados de los años 90, donde el mundo reaccionó recién cuando Hollywood comenzó a hacerse eco del tema.
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Casi 1.500 muertos deja sangrienta operación militar en Siria
- Latakia, Siria. AFP.
Las autoridades sirias anunciaron el lunes que la operación militar contra individuos leales al depuesto presidente Bashar al Asad terminó “con éxito” en el oeste del país, donde enfrentamientos y ejecuciones masivas dejaron cerca de 1.500 muertos, según una oenegé.
“Anunciamos el fin de la operación militar [...] tras el éxito de nuestras fuerzas en alcanzar todos los objetivos fijados”, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa, Hasan Abdel Ghani, citado por la agencia oficial de noticias SANA.
El presidente sirio interino, Ahmad al Sharaa, subrayó que no permitirá a los seguidores del derrocado presidente, respaldados según él por “partes externas”, que “arrastren el país” a una nueva “guerra civil”.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que cuenta con una extensa red de informadores en Siria, 973 civiles de la minoría alauita, a la que pertenece el expresidente Asad, fueron abatidos por “las fuerzas de seguridad y grupos aliados” desde el jueves.
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Al menos 481 miembros de las fuerzas de seguridad y combatientes pro-Asad murieron en los combates, añadió el OSDH, con sede en Reino Unido. Las autoridades no han comunicado ningún balance.
La ola violencia empezó en el oeste de Siria con un ataque de los partidarios de Asad contra las fuerzas de seguridad en la ciudad de Jableh, en la gobernación de Latakia.
La región es la cuna de la comunidad alauita, una rama del islam chiita de la que proviene el clan Asad que durante más de medio siglo, primero con Hafez y luego con su hijo Bashar, gobernó el país de forma autoritaria y represiva.
Irán, un antiguo aliado de Asad, negó el lunes cualquier implicación en los actos de violencia que azotaron el país, escenario de una guerra civil durante más de 13 años.
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“Comisión indpendiente”
Al Asad, que huyó a Moscú con su familia, fue derrocado en diciembre de 2024 por una alianza de rebeldes islamistas sunitas encabezada por el grupo radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS) de Al Sharaa. El nuevo dirigente interino ordenó el domingo que una “comisión independiente” investigara las matanzas de civiles, que despertaron la indignación internacional.
“Lo que está pasando en el país (...) son desafíos que eran previsibles. Tenemos que preservar la unidad nacional, la paz civil, tanto como sea posible y, si Dios lo quiere, seremos capaces de vivir juntos en este país”, subrayó en una mezquita de Damasco, la capital.
El canciller sirio, Asad al Shaibani, sostuvo por su parte desde Amán, Jordania, que “somos garantes de todo el pueblo sirio y de todas las confesiones, y protegemos a todo el mundo del mismo modo”.
Siria es un país compuesto de varias comunidades: sunitas, mayoritarios, kurdos, cristianos y drusos. Los alauitas estuvieron fuertemente representados en el aparato militar y de seguridad del clan Al Asad.
El restablecimiento de la seguridad es el principal desafío para el nuevo poder sirio.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que las matanzas de civiles “deben cesar inmediatamente”, mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio condenó las “masacres” y pidió que sus responsables “rindan cuentas”.
La administración autónoma kurda de Siria, que controla grandes partes del este y del norte de países, condenó también las “prácticas (que) nos llevan a una época negra que el pueblo sirio no quiere volver a vivir”.
“¡Estado sunita!”
El lunes, había poco tráfico en las calles de Latakia, la mayor ciudad de la costa oeste, indicó un corresponsal de AFP.
“La situación es un poco más tranquila, la gente ha empezado a circular de nuevo tras veinte días de gran miedo y ansiedad”, declaró Farah, una estudiante de 22 años que no quiso dar su apellido.
El OSDH y varios activistas publicaron estos días videos que muestran decenas de cuerpos y hombres con uniformes militares disparando a personas a quemarropa.
AFP no pudo verificar estas imágenes de forma independiente.
En Damasco, las fuerzas de seguridad dispersaron una sentada de protesta contra las matanzas, después de que contramanifestantes irrumpieran en la zona al grito de “¡Estado sunita!” y varios lemas contra la comunidad alauita.
Desde su llegada al poder, al Sharaa ha tratado de ganarse el apoyo de la comunidad internacional y tranquilizar a las minorías.
Pero el recrudecimiento de la violencia pone en entredicho su capacidad para mantener la seguridad y asesta un duro golpe a sus intentos de ganarse la confianza internacional, indicaron los analistas.